San Luis, Missouri, Estados Unidos, 2 de Julio de 2005. [Víctor Hulbert/ANN]
Hoy es un gran día en San Luis. El “desfile del profeta velado” se tomó la ciudad. Se trata de una celebración de dos días con motivo del día de la independencia en los Estados Unidos. Miles de personas hacen fila en las calles para una celebración con la señorita Estados Unidos, Shandi Finnessey como Gran Mariscal Honoraria; la estrella del Canal Disney Raven Symone; el ídolo americano Aloha Mischeaux; y las voces del Coro de Rock la Iglesia de San Alfonso uniéndose con sus bandas de flotas y las celebraciones callejeras.
Aun cuando los espectadores se acomodan en las aceras con sus canastas de comida y sus sillas de acampar, montones de personas elegantemente vestidas pasan junto a ellos camino a otro gran día, un sábado en la reunión de la Asociación General. Muchos han viajado por avión sólo para estar ahí el fin de semana. ¿Por qué están ahí?
“He venido a adorar y a alabar al Señor con mis compañeros cristianos”, dice Maria Lena Lewis, proveniente de Santa Lucía, mientras toma su camino hacia el auditorio. Ella también está deleitada al encontrarse con un primo a quien ella no había visto desde hacía años. A Florence Callender, de Nnueva York, le gusta el “sentido global de misión, entusiasmo y renovación”. Edward Hastie, un delegado de Brisbane, Australia, dijo sencillamente que aprecia una pausa de sábado en medio de la reunión de negocios.
Vestidos en su tradicional traje hindú para el día de reposo, Sam y Patta Kamahos, provenientes de Hyderabad, India, están simplemente impresionados con los miles de personas que han venido de tantos países para reunirse como pueblo de Dios. “La idea de unidad en Cristo es muy evidente aquí”.
Petra Ferraz, de Suiza, está de acuerdo con eso, disfrutando la idea de “adorar y cantar con una familia mundial”, lo cual es el sentimiento de muchos en un auditorio que irradia con color, mientras algunos himnos son entonados simultáneamente en 16 idiomas. El joven Ezequiel Díaz, un mexicano residente en San Luis, está impresionado. “Esto es diferente a mi experiencia regular en la iglesia”.
“Hay más jóvenes asistiendo hoy que durante la semana. Tres adolescentes, Denrod, Samantra y Elroy, han viajado desde Nueva York. Ellos encuentran la iglesia “más cómoda” aquí. “Es un ambiente relajado y libre” donde ellos esperan “profundizar una relación con Dios y hacer amigos de todo el mundo”.
Aún los directivos del evento se sienten sobrecogidos con la atmósfera. Tom trabaja en el personal de seguridad para los huéspedes. “He ayudado en muchas convenciones religiosas. Esta es la mejor. Ustedes son una gente muy especial. Disfruto estando aquí”.
Jane Botabara-Yap, de Malasia, tal vez lo resume todo: “¡Estoy en el cielo! ¡Esto es como un anticipo de la adoración a Dios en el cielo!”.
Kelechi Onyenso, un ingeniero de Nigeria, concuerda: “Es inspirador, elevador, me hace mirar hacia delante con esperanza”.
¡Feliz Sábado!
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