18 de octubre 2020 | Rumania| Por: ADRA Rumania y Adventist Review

La Agencia de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Rumania, inauguró el nuevo Centro Educacional “Esperanza para Inmigrantes”, en Bucarest, el 7 de octubre de 2020. Miembros del equipo ADRA, voluntarios, donadores y visitantes, asistieron al evento. El centro atenderá las necesidades de personas refugiadas, especialmente las de aquellas procedentes de Siria, Irak, Yemen, Somalia y Etiopía, informaron los dirigentes.

La construcción del centro se llevó a cabo en 2020, pese a las restricciones impuestas por la pandemia. Varias organizaciones adventistas del séptimo día y donadores anónimos contribuyeron a hacer de este proyecto una realidad.

El centro “Esperanza para Inmigrantes» ofrece cursos y actividades para adultos y niños, incluyendo clases de idiomas. [Imagen: ADRA Rumania]

El centro ADRA está ya ofreciendo cursos de idiomas en rumano, inglés y árabe. Provee, además, entre otros servicios, clases sobre sastrería y música, juntamente con servicios de barbería para hombres. El centro está abierto para seminarios, recepciones y celebraciones familiares hasta donde es permitido. Todo ello en forma gratuita. “Nos gozamos en la oportunidad de apoyar este nuevo proyecto de ADRA”, dijo Robert Mandache, presidente de la Asociación de Muntenia.

“Sentimos que estamos pagando una deuda por la ayuda y asistencia que cada uno de nosotros ha recibido de Dios como “extranjeros y peregrinos” en este mundo. Esto es algo que nos compele a ayudar a otros, especialmente a los más vulnerables”. ADRA Rumania tiene una larga historia de apoyo a inmigrantes y a sus derechos. Al establecer este centro educacional, la agencia ADRA continúa con una iniciativa que lanzó en 2015 de ayudar a las familias y jóvenes inmigrantes en Rumania.

“La inauguración de este nuevo centro comprueba, una vez más, que la empatía y el cuidado hacia nuestros prójimos debe ser nuestra configuración intrínseca, algo que trasciende las barreras geográficas, culturales, étnicas, religiosas o de género”, dijo el director ejecutivo de Adra Rumania, Robert Georgescu. El secretario ejecutivo de la Asociación Muntenia, Gabriel Ișvan, dijo que estaba muy impresionado con el proyecto.

“Aquí he encontrado inmigrantes que se han integrado muy bien a la sociedad rumana, pero que no son egoístas, sino que han realizado esfuerzos concretos para ayudar a sus inmigrantes compatriotas. Ellos no pueden sentirse felices a menos que sepan que otros están seguros o en mejores condiciones. Apoyamos sus iniciativas, siguiendo el ejemplo y exhortaciones de nuestro Salvador”.

El nuevo centro educacional ADRA Rumania es n proyecto conjunto apoyado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día regional en Rumania. [Imagen: ADRA Rumania]

Para el administrador asistente de los voluntarios ADRA, Mihai Brașov, quien coordinó el proyecto, este es un sueño que se ha vuelto realidad. “Me siento gozoso de inaugurar este centro en donde nuestros amigos pueden descubrir a nuestra nación hospitalaria, nuestro idioma y hacerse amigos de los voluntarios ADRA”. Para Valentin Filimon, director de educación y libertad religiosa de la Asociación Muntenia, la educación ha sido y sigue siendo el instrumento más valioso para cambiar la situación de cualquier persona.

“La ayuda ofrecida a través de este centro no es solamente una intervención temporaria, sino que su objetivo es equipar a los beneficiarios con las habilidades y competencias necesarias para una mejor experiencia de vida”, dijo. Mohaned Alkorejee, un radiólogo que emigró de Irak, es uno de los inmigrantes que ha recibido asistencia en el centro. Dijo lo siguiente en relación con la ceremonia de inauguración del 7 de octubre: “Fue un maravilloso día, en el que conocí a personas buenas, personas maravillosas que trabajan en ADRA.

Había escuchado acerca de esta organización, pero pude ver la diferencia entre lo que leí y lo que vi. Desde el primer momento de la reunión, uno se siente como si estuviera en casa con su familia. Era un asombroso ambiente de aprendizaje e intercambio de conocimiento. Participamos en lecciones con un maravilloso maestro que hace un extraordinario esfuerzo por aprender nuestro idioma en solamente pocos días. Muchas, muchísimas gracias, ADRA”, dijo. Para la compositora y voluntaria de ADRA Rumania, Theea Miculescu, el ayudar a inmigrantes es una calle de dos vías. “El ser parte de esta misión no es solamente una experiencia del maestro, sino también una en la que aprendo de mis estudiantes”, dijo.

“Amo a cada uno de ellos, pero también recibo el mismo calor humano. Esto es como una familia”. Los dirigentes dicen que a través de “Esperanza para Inmigrantes” ADRA Romania reconoce la parte humana de la actual crisis de refugiados, así como el valor de cada persona involucrada.

“Al respetar los derechos humanos y actuar con compasión, comunicamos un claro mensaje de fortaleza en medio de esta compleja y frágil situación. A través de actividades específicas, ADRA desea minimizar el impacto de esta avasalladora e insoportable situación en cuantos hombres, mujeres y niños sea posible”.

La original version (versión original) de esta historia se publicó em  ADRA Romania.

Traducción – Gloria A. Castrejón

 

 

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