Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…. [Ansel Oliver/ANN]
Reúna cualquier grupo de editores y seguramente encontrará una diversidad de opiniones. Reúna a 30 editores de libros y revistas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de alrededor del mundo para una conferencia, y la diversidad de opinión se extenderá hasta el valor mismo de la conferencia.
“No tengo dudas de que nuestra obra de publicaciones es crítica para nuestra vida como comunidad espiritual y para nuestro testificar como tal”, expresó Jan Paulsen, presidente de la Iglesia Adventista mundial quien se dirigió al grupo el 20 de abril. Esta creencia puso de relieve una tradición de publicaciones adventista que se remonta a los días de, La Verdad Presente, una revista que ahora se conoce como, Revista Adventista que se publicó por primera vez en 1849. La iglesia opera actualmente un estimado de 56 casas publicadoras alrededor del mundo
Según un autor, el mensaje adventista hoy continúa tan sólido como lo fue entonces. “Lo que cambia, sin embargo, es la forma como lo expresamos ahora para que sea relevante y aplicable a las situaciones de nuestros lectores”, añadió él.
Por una parte, los editores apreciaron la oportunidad de reunirse y conectarse, particularmente, ya que el evento reunió a editores de publicaciones en una amplia variedad de idiomas, incluyendo inglés, español, portugués, alemán, finlandés, francés, noruego, sueco y hebreo, por primera vez. Sin embargo, varios asistentes esperaban tantas mordeduras como ladridos.
Algunos de los asistentes dijeron que la amplitud de los tópicos tratados en la conferencia fue tanto una fortaleza como una debilidad. “Muchos vienen de organizaciones pequeñas y aisladas… Es una oportunidad para ellos estudiar, crecer y orar juntos”, dijo Ted Wilson, vicepresidente de la iglesia y presidente del comité editorial. “Esto une al grupo editorial alrededor del mundo”.
La interacción con editores de alrededor del mundo proporcionó “abundante variedad, pero también relevancia específica limitada”, según Nathan Brown, editor de “Signs Publishing Company” (compañía publicadora señales) en Warburton, Victoria, Australia.
“Se pudo haber dado más uso a los recursos e ideas compartidos entre editores, así como entre publicadoras, y con (las oficinas centrales de la iglesia)”, añadió Brown. “Mayor participación con…dirigentes, departamentos y personal, pudo haber conectado más la reunión con la iglesia mundial”.
En una decisión, los editores votaron establecer una base de datos editoriales mundial, donde todas las editoriales adventistas pudieran tener acceso a artículos, fotos y manuscritos.
“Esto mermará significativamente los costos iniciales para desarrollar libros y revistas”, dijo Howard Faigao, director asociado del departamento de publicaciones de la iglesia.
Los delegados expresaron una necesidad de inversión por parte del departamento de publicaciones de la iglesia mundial a fin de hacer una “útil realidad” la base de datos.
En la esperanza de lograr un mayor impacto en la industria publicitaria, el comité acordó reunirse en el año 2006 en Frankfurt, Alemania, en conjunto con la feria anual internacional del libro a celebrarse allá, la cual es la más grande del mundo.
El comité sugirió seminarios de entrenamiento para escritores y editores en cada una de las regiones administrativas mundiales de la iglesia. El comité recomendará también a la Universidad Griggs, la institución de enseñanza a distancia de la iglesia para que formule un programa para la capacitación de editores. También se dará más énfasis a la creación de materiales para llegar a los musulmanes con el mensaje del evangelio.
Algunos delegados presentaron la preocupación por los derechos de reproducción (copyright). Muchas Guías de Estudios Bíblicos son reproducidas sin autorización. Las revistas adventistas alrededor del mundo tienen advertencias impresas contra la violación de la ley internacional sobre los derechos de impresión. “Es asunto de oferta y servicio al cliente”, expresó José Luís Campos, director de publicaciones de la Iglesia Adventista y copresidente del comité. “Muchos creen que llevan a cabo la obra de Dios al copiar y vender a un precio menor las publicaciones de la iglesia. Sostienen que algunas personas no podrán leer las publicaciones de otra forma”.
“Necesitamos copiar lo suficiente y así, los que piratean las publicaciones, se desanimarán”. Él también animó a las casas publicadoras a que promuevan sus materiales adecuadamente y asegurarse de que cada iglesia recibe sus materiales.
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