La Habana, Cuba… [Ray Dabrowski/ANN]
El 5 de junio se añadió otra página a la historia del adventismo del séptimo día en Cuba. Más de 2,500 participantes en la celebración de un siglo de historia de su iglesia, lo recordarán como el segundo día más caluroso en la historia de la temperatura en La Habana, hasta donde se tiene registro. Sólo había sitio para estar de pie en el recinto, con 39 grados Celsius (102 grados Fahrenheit), clima húmedo, y cada ventana, entrada y pasillo hacia la plataforma estaba lleno de personas gozosas celebrando, procedentes de todas partes de la isla.
La Iglesia de La Víbora, en una zona residencial de la periferia de La Habana, estaba rebosante. De acuerdo con los organizadores, al programa de la noche del viernes asistió un grupo variado de adoradores, mayormente de las iglesias locales, mientras que las celebraciones del sábado fueron puestas al alcance de los miembros de iglesia de otras regiones de la nación.
La compacticidad de la iglesia de La Vibora, la cual tiene capacidad para 1,300 personas sentadas, no fue suficiente para los más de 2,500 participantes de cada día del “gran fin de semana”, como comentó un joven asistente. Las celebraciones, anticipadas en un estadio deportivo, no se concretaron, y los cambios de planes en el último minuto crearon un desafío para los líderes de la iglesia.
Lo que para la iglesia local fue una centuria, el año 2004, es también el décimo aniversario de la participación de Maranatha Volunteers Internacional (Voluntarios Internacionales Maranatha) en la misión de la iglesia en Cuba. “Ellos están acostumbrados a una asistencia rebosante”, subrayó Don Noble, presidente de Maranatha, una organización laica adventista involucrada en la construcción y remodelación de iglesias.
De acuerdo con Daniel Fontaine, presidente de la Iglesia Adventista en Cuba, un porcentaje tan alto como el 80 o el 90 por ciento de los miembros de iglesia en Cuba adoran en templos construidos o remodelados por Maranatha. La organización será conocida como “Los Constructures del Seminario”, un centro educativo en las afueras de La Habana, responsable de la preparación teológica y otros programas educativos para los adventistas del séptimo día en Cuba.
En un mensaje escrito que envió para la celebración de los cien años, el pastor Jan Paulsen, presidente de la iglesia mundial, animó a los creyentes cubanos: “Permitan que sus corazones y mentes se llenen con el seguro conocimiento del inminente retorno de Cristo, y que sus vidas continúen reflejando ese conocimiento”. Él felicitó a la iglesia en su momento histórico, y agregó: “Quiero animarles a continuar creyendo en nuestro Salvador, Jesucristo”.
Paulsen agregó: “Cuando el evangelio sea predicado en vuestra nación, que sea predicado en la manifestación del Espíritu y con poder”.
“Es asombroso lo que Dios ha permitido que ocurra en Cuba en la última década o algo así”, comentó Don Noble. “Fuimos sólo un instrumento para ayudar en la habilidad para testificar de la iglesia. Ahora, cantidades récord de personas asisten a las iglesias”.
“Es asombroso lo que una capa de pintura puede hacer por la gente. Fue como un poco de aire fresco y las iglesias se llenaron, los creyentes se emocionaron. En cuanto a nosotros, hicimos una pequeña parte para ayudar a que la iglesia fuese un centro de esperanza para la gente”, agregó Noble.
Después de la celebración de los cien años, Noble, acompañado por su esposa, Laura, visitó el último proyecto, conocido para la comunidad de Maranatha como la “Iglesia en Memoria a Tem Suárez”, en Vertientes, cerca de Camagüey, unos 500 kilómetros al este de La Habana. El nuevo templo en la avenida principal del centro de la ciudad tendrá capacidad para 200 personas sentadas, y está programado para ser dedicado en noviembre.
Suárez, quien murió el año pasado, será recordado como un expatriado cubano que deseaba contribuir con una “diferencia espiritual en las vidas de la gente”. Su familia y amigos en Maranatha recuerdan sus palabras: “La vida espiritual de mi pueblo es más importante que otras cosas externas”. Él era un emigrante con una diferencia, una voz aislada entre muchas otras, dijo un colaborador de Maranatha quien está activo en los proyectos cubanos de construcción de iglesias.
Israel Leito, quien condujo una delegación de la iglesia en representación de la región de Ínter América, la cual incluyó líderes de la iglesia y educadores de Puerto Rico, Venezuela y México, habló de su satisfacción al ver a los adventistas cubanos “como un ejemplo de fidelidad y dedicación a la misión de la iglesia.
“Sí, 100 años es un monumento histórico para nosotros”, dijo Leito a «Adventist News Network» (Cadena de Noticias Adventista). Fue la “permanente fortaleza de la iglesia [lo que] dio un ejemplo de paciencia, fidelidad y una administración social muy cuidadosa en un ambiente no muy favorable, y aun así conservando el carácter de la iglesia de Dios”.
Como una reflexión personal, Leito fue pronto en declarar que para él la visita a La Habana “le produjo gozo al participar en el triunfo de la iglesia. Esta iglesia aquí es bastante multiétnica, y más fundamentada en la membresía que en los líderes, en cuanto respecta a su misión. Eso es lo que quiero decir. Sólo escuchen la música, la expresión entusiasta de gozo cristiano. Esa es la iglesia en Cuba”.
El sábado por tarde, la Sra. Caridad Diego –directora de la Oficina de Asuntos Religiosos del gobierno cubano—, oficiales locales y municipales, representantes del Concilio Cubano de Iglesias y la Sociedad Bíblica se unieron a los participantes en el programa de celebración de los cien años en la Iglesia de La Víbora. Diego expresó su deseo de que “la iglesia continúe su servicio a la sociedad”. Ella reconoció las actividades de la iglesia como una comunidad de fe y para la comunidad en general.
Fontaine, quien inauguró la celebración de los cien años bajo el tema de “100 años renovando vidas”. “El Señor ha hecho posible todo durante estos años pasados”. Él recordó los comienzos de las misiones extranjeras en La Habana; el primer bautismo el 18 de mayo de 1904; la primera congregación establecida en La Habana, y el crecimiento de la iglesia a través de los años, el cual se ve ahora en 565 congregaciones, más de 3,000 bautismos cada año, y una fuerte familia adventista de 35,000 creyentes.
Asistiendo a los servicios en La Habana estuvo Orville Parchment, asistente del presidente de la iglesia mundial. Visitando Cuba por primer vez, Parchment fue el orador principal en la celebración y enfatizó uno de los hitos fundamentales del adventismo –“estar listos” para el retorno de Cristo. Él estaba anonadado por la “calidad de la testificación cristiana en esa nación”, dijo.
“Fue confortante saber que la iglesia ahí está viva y saludable. Lo que yo vi fue entusiasmo, y una entusiasta esperanza en la segunda venida de Jesús. Ellos no están desanimados por las circunstancias de su diario vivir, sino que expresan su felicidad en el Señor”, agregó Parchment.
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