Gonaives, Haiti …. [Libna Stevens/Personal ANN]
Aquí hay tanta devastación; la población necesita de todo; personas están muriendo, necesitan alimento, agua, ropa y medicinas», dijo el Pastor Etzer Obas, presidente de la Iglesia Adventista en Haití, mientras se evalúan las consecuencias del Huracán Jeanne que inundó y niveló regiones de su país.
«Las inundaciones están presentes todavía, y la gente está de luto. No pueden llevar las personas a las funerarias, enterrar sus muertos, encontrar sus seres queridos en medio de animales muertos y cuerpos arrastrados juntos», continuó él.
Mientras la suma de muertes alcanza a más de 1,200, y más de 1,500 aún desaparecidos en la estela del Huracán, convertido en tormenta tropical Jeanne, la iglesia Adventista del Séptimo Día en Haití está de luto por la muerte de seis de sus miembros.
Las lluvias torrenciales del Huracán Jeanne continuaron extendiéndose por casi tres días desbordando ríos y arrasando aldeas completas en la región del noroeste.
Los oficiales y miembros de la iglesia se preocupan por sus más de 64.000 miembros, así como las decenas de miles de vecinos afectados por la devastadora tormenta.
Recientemente, Obas y otros funcionarios de la iglesia evaluaron los daños en partes de la ciudad de Gonaives, una de las áreas más afectadas.
«Una sección completa de Gonaives fue sepultada», agregó él.
El juez de Gonaives comunicó a los oficiales de la iglesia que aún hay centenares de cuerpos que no han sido levantados de las aguas, lo cual está causando gran preocupación a todo el país.
Los líderes de la iglesia están preocupados, también, por lo que las inundaciones dejarán al descubierto cuando las aguas bajen. Hay seis iglesias y varias escuelas a las que no se ha podido tener acceso.
La oficina regional de la iglesia para el noroeste de Haití, recientemente inaugurada, sufrió fuertes daños cuando las torrenciales lluvias cubrieron la primera planta del edificio, anegando las computadoras, muebles y otros equipos.
Obas, también habló en una estación de radio FM en Gonaives transmitiendo un mensaje de condolencia a todos los que están de luto por la pérdida de miembros de familia y amigos.
Los líderes de la iglesia en Haití están comprometidos a proporcionar ayuda adicional a las víctimas de la inundación.
En la República Dominicana, el país vecino de Haití en la Isle de Hispaniola(Española), el Huracán Jeanne dejó 27 muertos, 260 heridos, y más de 30,000 viviendas inundadas, en la parte este del país.
Según un empleado de la iglesia que visitó el área, cientos de adventistas fueron afectados por las lluvias torrenciales y las inundaciones de Jeanne. Hasta ahora, no se han reportado muertes entre los miembros de iglesia. Sin embargo, 400 familias perdieron todos sus pertenencias y unas 50 familias fueron dejadas sin hogares a través de las ciudades y pueblos de San Pedro, Ceibo, Nagua y Samana.
La trayectoria de destrucción de la tormenta tropical Jeanne no solamente golpeó a Haití y República Dominicana. La mortífera tormenta, se convirtió en huracán mientras se movía al noroeste para abatir la costa este de Bahamas y la Florida el fin de semana pasado.
Seis días después de azotar la Isla La Española, Jeanne golpeó el norte de Bahamas con vientos de 150 millas y descargó lluvaias torrenciales por 12 horas en el área. Los hogares en Gran Bahama y Abacos fueron demolidos o inundados. Además, los escombros dejados por el paso del Huracán Frances por las Bahamas tres semanas antes estaban esparcidos por todas las islas. Afortunadamente, los líderes de la iglesia no informan de pérdidas de vidas entre sus miembros de iglesia.
«No tuvimos el tipo de daño tan extenso que dejó Frances, pero Jeanne aumentó los daños de nuestras iglesias, escuelas y los hogares de los miembros”, dijo Keith Albury, presidente de la iglesia en Bahamas del Norte. «Estamos en el proceso de valoración una vez más”.
Hay planes en marcha esta semana para distribuir más agua y materiales para techados. «Frances ha sido una monumental pérdida a la economía de Gran Bahama, 1,800 hogares destruidos, 700 damnificados sufrieron daños mayores resultando en aproximadamente 10,000 personas desubicadas”, Albury dijo.
Después del desastre de Frances, la iglesia distribuyó bolsas de alimentos, agua, y más de 300 comidas calientes diarias, usando la única iglesia adventista con energía eléctrica, así como carpas, y el uso de camiones de entrega. Además, la iglesia ofreció albergue temporalmente a los desamparados y proveyó consejería y ayuda a las víctimas traumatizadas por los huracanes.
En medio de inundaciones, escombros y falta de electricidad, la iglesia continúa animada prestando sus servicios a la comunidad, según expresó Albury.
Gran Bahama dista mucho de volver a la vida normal. La iglesia en este lugar aún necesita más materiales para ayudar a su membresía y vecinos a restaurar sus vidas una vez más. Las iglesias aún no han podido llevar a cabo sus servicios religiosos completos y las escuelas funcionan parcialmente hasta que la electricidad se restablezca.