Asia del Sur: Maremoto causa miles de muertes; ADRA y la Iglesia Adventista se movilizan para ayudar

Colombo, Sri Lanka… [Rick McEdward/Personal de ANN]

Las naciones del Sur de Asia están en dificultades ante la estela de un devastador maremoto que se tragó las regiones costeras desde Indonesia hasta África el 26 de diciembre.

Cientos de aldeas de pescadores han sido diezmadas, ciudades han sido destruidas y muchas instalaciones turísticas están anegadas. Se estima que más de 50,000 personas perecieron debido a las apabullantes olas que siguieron al terremoto de 9.0 en la escala de Richter, con epicentro cerca de Indonesia del Norte. Se teme que miles más estén muertos, de acuerdo con los primeros reportes.

Las áreas más fuertemente golpeadas de Sri Lanka son las del sur de la isla, y a lo largo de la costa del este. Con más de un millón de personas que han quedado sin hogar en Sri Lanka, muchos están esperando ayudas, pues no tienen abrigo, agua potable, ni ropa adecuada. Durante las primeras 36 horas después del maremoto, los esfuerzos por enviarles ayuda fueron obstaculizados porque muchos caminos estaban completamente destruidos. Alrededor del martes en la mañana, pequeños atajos estaban siendo usados para llevar las provisiones de auxilio a los que están en las áreas afectadas.

La gente en Sri Lanka está solicitando ayuda y esfuerzos de asistencia social.

Las estaciones de televisión han organizado depósitos para recoger las donaciones en la mayoría de los pueblos, y la gente está vaciando las estanterías de los supermercados para proveer provisiones secas para quienes han quedado sin hogar. Camiones de reparto se han ofrecido voluntariamente para ayudar a llevar los recursos a las áreas más golpeadas, y virtualmente cada pueblo de la isla está trabajando para salvar vidas.

Dos esfuerzos diferentes coordinados por los adventistas del séptimo día están en curso: Uno es para el público en general, a través de ADRA Internacional; el segundo es para ayudar a restablecer las vidas de los miembros de iglesia que han perdido todo en la inundación. Ese esfuerzo está siendo dirigido por un comité escogido para ayudar en los problemas relacionados con el desastre.

ADRA Internacional ha comprometido 500.000 dólares de fondos privados, como parte de la respuesta inicial de la agencia de beneficencia frente al desastre.

“En este momento, ADRA está sobre el terreno en Tailandia, Sri Lanka, Indonesia y la India, evaluando los daños y ofreciendo soluciones”, dijo Frank Teeuwen, director de la oficina de preparación y respuesta ante el desastre, de ADRA Internacional.

En la provincia de Phuket, Tailandia, ADRA está trabajando con un hospital local para dstribuir paquetes de cuidado personal y proveer asistencia social a casi 3,000 personas. En la India, ADRA está proveyendo abrigo, sábanas, agua potable, contenedores de agua, tabletas de cloro y toldos.

Los recursos que no tienen que ver con alimentos (como sábanas, vestidos y materiales para abrigarse) están siendo distribuidos en Indonesia y en las Islas Andamán.

“Estamos confiados en que nuestros donantes responderán y ADRA será capaz de proveer aún más asistencia social de parte de donantes privados”, dijo Byron Scheuneman, vicepresidente y director de finanzas para ADRA Internacional.

Mientras ADRA atiende las necesidades apremiantes de la comunidad en general, la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sri Lanka está enfocando su energía en localizar y ayudar a los miembros que han sido afectados por el desastre. Cerca de 20 congregaciones adventistas en Sri Lanka están localizadas en áreas costeras. La mayoría de ellas, sin embargo, fueron evacuadas durante el tiempo de las ondas de marea.

De acuerdo con el pastor W.D. Anthony, presidente de la iglesia en Sri Lanka, “en la ciudad costera de Thoduwawa, muchos miembros fueron a territorio seguro y pasaron la noche en la iglesia adventista que está en la población de Diganwala”.

Él agregó que “en este momento el lugar más fuertemente golpeado en la Iglesia Adventista parece ser la iglesia de Kalmunai”. La iglesia adventista de Kalmunai está ubicada en la Costa Este.

Toda la ciudad fue devastada por las presurosas olas. El pastor, P. Jeyraman, estaba en el pueblo con un amigo cuando la onda de marea hizo su golpe. Ellos corrieron hacia una zona territorial, a 10 millas de allí, no sabiendo cuán legos llegaría la inundación. Mientras tanto, un enorme camión fue lanzado sobre la casa del pastor Jeyraman, la cual también fue destruida.

En Kalmunai, la mayoría de las casas de los miembros de iglesia han sido destruidas, o gravemente afectadas, y hasta ahora se sabe de cuatro miembros que han perdido la vida en las inundaciones. De acuerdo con Anthony, Jonh Appadurai, pastor del distrito, ha intentado visitar Kalmunai, pero no ha podido porque los puentes a lo largo del camino fueron destruidos.

“Hemos estado en contacto con la mayoría de las demás áreas, y en este momento parece que algunos han perdido casas, embarcaciones, y todo el mobiliario y pertenencias personales de sus casas”, dijo Anthony. “Hay un pionero de Misión Global del cual no se tiene noticia, en la ciudad meridional de Tangalle, pero debido a que el transporte y la comunicación con el área han sido cortadas, es imposible saber si él, su esposa y su hijo están seguros”.

Tangale está completamente sumergido en el agua, y es uno de los sitios donde algunos de los muchos turistas extranjeros han muerto durante las ondas de marea.

Dos hospitales adventistas en países distintos han abierto sus puertas para ayudar a las víctimas del desastre. El Hospital Adventista de Lakeside, en Kandy, Sri Lanka, ha abierto un centro de recolección de raciones secas y vestido en el hospital, de acuerdo con Percy Dias, director del hospital.

Además, el Hospital Adventista de Penang, en Malasia, inmediatamente estableció un centro de control y un área especial en la sala de conferencias del hospital, para ayudar en la recuperación de las víctimas del primer ataque de un Tsunami en la isla.

“Nuestro personal en el hospital se reunió tan pronto como recibimos información acerca del desastre”, dijo Teddric Jon Mohr, presidente y director ejecutivo del hospital.

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