Silver Spring, Maryland, Estados Unidos …. [Taashi Rowe/ANN]

Por un buen tiempo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha estado muy preocupada por el abuso de mujeres y niños en la isla de Fiji y durante los últimos tres años, la iglesia ha defendido medidas de prevención. El pasado 5 de diciembre los miembros de un grupo de protección al abuso de la región eclesiástico del Pacífico Sur se reunieron con el Centro de Crisis Femeninas de Fiji y llevaron a cabo un taller de un día de duración que atrajo a alrededor de 40 personas de diversos trasfondos.

“Durante mucho tiempo las iglesias pretendieron que el abuso era problema de otros; que no sucedía en la iglesia … pero [inflijir] dolor emocional y físico es un pecado”, dice Ardis Stenbakken, director de Ministerios de la Mujer de la iglesia mundial. La última estrategia de la iglesia es “hablar del problema para que otros tomen conciencia del mismo”, dice.

La iglesia de Fiji se ha unido con otros grupos defensores para educar a los feligreses para que detecten y detengan situaciones de abuso. Entre estos grupos está el Centro de Crisis Femeninas y el Consejo Nacional de la Mujer.

El departamento del Ministerio de la Mujer de la iglesia mundial también ha instituido el “Día de énfasis en la prevención del abuso”, para llamar la atención de un problema a menudo ignorado. Este día especial, reconocido por la iglesia desde 2002, se recuerda cada año, el cuarto sábado de agosto durante los servicios de adoración.

El Ministerio de la Mujer ha impulsado la causa enviando materiales con información sobre el abuso a las iglesias adventistas de todo el mundo, dice Stenbakken.

Tres años atrás, los primeros seminarios en Fiji atrajeron de 200 a 300 líderes de los Ministerios del Niño y de la Mujer, provenientes de diversas iglesias de las islas, dice la directora local del Ministerio del Niño Marica Tokalau. Las mujeres que participaron han organizado talleres en sus iglesias locales. Muchos de los asistentes son mujeres y madres desempleadas que fueron víctimas de abuso, dice Tokalau.

Una mujer de 36 años de edad, que prefiere reservar su identidad, fue una de las participantes en los talleres, y terminó utilizando lo que aprendió para ayudar a una adolescente que había sido abusado por su padre. La joven pudo abrirse a esta mujer, que eventualmente la ayudó a ubicarla en el hogar de un pariente. En el presente, la mujer está brindando ayuda al padre de esa familia.

“En nuestra cultura, el abuso físico y emocional es común en [muchos] hogares”, dice Tokalau. “Golpear o insultar a un niño no es gran cosa, y poco se sabe del impacto que esto tiene sobre un niño. Estamos agradecidos que estos talleres llegaron en el momento en que lo necesitábamos”. Tokalau dice que los programas para crear conciencia han ayudado a algunas personas a reconocer y detener el abuso en sus hogares.

Relatos como este muestran que “estar dispuestos a hablar tiene un gran impacto”, añade Stenbakken.

Dirigida por el departamento de Ministerio del Niño, la iglesia también se ha unido a la Women’s World Summit Foundation a reconocer el “Día Mundial de Prevención del Abuso Infantil” cada noviembre. La iglesia también se ha unido a una coalición de grupos sin fines de lucro y religiosos para llamar la atención del delito creciente del tráfico humano.

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