Ottawa, Ontario, Canadá… [Mark A. Kellner/ANN]
La introducción el 2 de febrero de la pieza legislativa C-38, «Civil Marriage Act» (legislación sobre el matrimonio civil), por el Ministro de Justicia Canadiense, Irwin Cotler, ha levantado preocupación por la libertad religiosa del clero, congregaciones e individuos por todo Canadá, de acuerdo a Barry W. Bussey, director de asuntos públicos y libertad religiosa para la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Canadá.
La legislación, la cual se espera sea aprobada por el Parlamento Federal antes de junio, redefine el matrimonio como «la unión legal de dos personas a exclusión de todas las demás», contrario a la unión de un hombre y una mujer. Y mientras la legislación estipula que los clérigos están «libres para rehusar oficiar matrimonios que no están en conformidad con sus creencias religiosas», Bussey expresó a la Red de Noticias Adventista (ANN) en una entrevista telefónica, que tal protección no puede venir de la rama legislativa federal.
«Nuestra preocupación ha sido siempre la de mantener la libertad de expresión religiosa de la fe», dijo Bussey, quien es también abogado.
La pieza legislativa parece proteger a los clérigos de tener que oficiar en matrimonios contra sus conciencias. Sin embargo, la Corte Suprema afirmó muy claramente en diciembre, que el Parlamento Federal no tiene autoridad para otorgar tal protección — esto es función de la legislatura provincial.
La constitución canadiense ha dividido la jurisdicción sobre el matrimonio entre los gobiernos federal y provincial–el gobierno federal tiene jurisdicción sobre la «capacidad» del matrimonio, en tanto que el gobierno provincial se encarga de «solemnizar» el matrimonio, explicó él. La inserción de estas cláusulas de excepción religiosa por parte del gobierno federal, no tiene peso legal en realidad.
Debe aclararse que, dado el ambiente actual, es improbable que alguna provincia requiera que los clérigos actúen contra sus conciencias al oficiar en los matrimonios. Sin embargo, al menos dos provincias han dicho que todos las personas autorizadas para casar, que no son clérigos, deben casar a parejas del mismo sexo, aún si ello viola su conciencia», explicó Bussey.
La semana pasada se llevaron a cabo cuatro días de audiencias en el Tribunal de Derechos Humanos de British Columbia en un caso que implicaba a una persona de allí, miembro de la organización, Los Caballero de Colón, capítulo de Colombus, que agrupa a laicos católicos. El capítulo rehusó alquilar su salón de actividades sociales a una pareja de homosexuales de igual sexo que deseaba tener su recepción de boda en el salón. «El asunto esencial es mantener la libertad religiosa», dijo Bussey. «No estamos interesados en vender con engaño nuestro punto de vista moral a nadie, pero nos preocupa que aún podamos continuar con nuestra fe».
De acuerdo con informes de los medios noticiosos, como un 66% de los canadienses encuestados dicen que votarían contra el matrimonio entre personas de igual sexo si se llevara a cabo un plebiscito. Según el diario «National Post», Cotler dijo que el gobierno no llevaría asuntos de «derechos humanos fundamentales» a los votantes. Y el mismo diario informó anteriormente de que el Ministro de lo Exterior, Pierre Stewart Pttigrew, le dijo a una audiencia de New Brunswick, Canadá, que la Iglesia Católica Romana no debería involucrarse en el debate sobre la pieza legislativa C-38: «Encuentro que la separación de la iglesia y el estado es una de las invenciones más hermosas de los tiempos modernos», dijo el Ministro, según el diario.
En Canadá hay 329 congregaciones adventistas las cuales reúnen semanalmente a 53,000 adoradores y miembros bautizados.
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