Jakarta, Indoniesia…[Jonathan Catolico/Ray Dabrowski/ANN] Tres meses después que el tsunami del 26 de diciembre azotara el norte de Sumatra, la isla Nías, con cerca de 1 millón de residentes, fue devastada por un terremoto el lunes 28 de marzo por la tarde, con una magnitud de 8.7 en la escala de Richter. El epicentro del terremoto se ubicó a 18.6 millas mar adentro.
El gobernador de Sumatra del Norte dijo que más de 1,000 personas habían perecido, según cálculos hasta el 29 de marzo. Informó, además, que 90 por ciento de los residentes sufrieron la devastación y 80 por ciento de las casas y edificios fueron destruidos en Gunung Sitoli, capital de la isla de Nías.
Jannus Hutapea y Stefanus Suwandi, familiares de dirigentes laicos adventistas, fueron sepultados en escombros, y sus hogares estuvieron entre los devastados, según Djoko Suwarso, director de comunicación de la iglesia adventista en Indonesia occidental.
Igual que la reacción humanitaria para ayudar las víctimas del tsunami en la vecina Aceh, el terremoto de Nías trajo el rostro humano de la cristiandad a todos los que se encuentran afectados por la tragedia. Inmediatamente después que las noticias llegaron a Jakarta, dirigentes laicos de la iglesia en la capital reaccionaron con prontitud al solicitar la ayuda de los 10,000 miembros de inglesia en la región.
«No sólo debemos orar, pero debemos ayudar prácticamente con alimentos y materiales», dijo Tourisman Siahaan, dirigente laico en Jakarta.
La iglesia adventista en Sumatra Central, en el distrito de Sibolga, se ha convertido en el centro de operaciones de auxilio a los sobrevivientes del desastre.
Indonesia tiene la población musulmana más grande en el mundo. Entre las denominaciones cristianas, hay cerca de 210,000 adventistas del séptimo día que adoran en 1,700 congregaciones.
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