Phnom Penh, Cambodia, 25 de Octubre de 2005 …. [Taashi Rowe/ANN]

Los 12 estudiantes mayores de la escuela secundaria sintieron tan fuertemente que el sábado es el Día de Reposo –un día para adorar y descansar–, que rehusaron tomar sus exámenes gubernamentales en ese día, no importando cuáles fuesen las consecuencias. Los estudiantes, quienes asistían a la Escuela Adventista de Cambodia entendían que no tomar sus exámenes significaba no ser elegibles para asistir a ninguna universidad patrocinada por el gobierno en Cambodia.

Eso sucedió en el año 2004 y Sharon Rogers, directora de la Escuela Adventista de Cambodia, una institución adventista del séptimo día en Phnom Penh, la capital de Cambodia, dice que todos esos estudiantes están continuando sus estudios, pese a no haber tomado sus exámenes.

Rogers explica que la Escuela Adventista de Cambodia es una institución única en esa nación del Asia del Sur, la cual a menudo es vinculada con el genocidio de 1,5 millones de cambodianos en la década de 1970, durante el régimen de Khmer Rouge bajo Pot Pol. La escuela cristiana es una anomalía en un país donde el 95 por ciento de la población es budista.

La escuela, que está celebrando su décimo aniversario esta temporada, inició sus labores en 1995 con dos profesores y 30 estudiantes desde el jardín infantil hasta segundo grado. La Escuela Adventista de Cambodia tiene ahora 17 profesores y 292 estudiantes.

Rogers dice que ella es una fiel creyente en las escuelas de iglesia, y encontró esa escuela especialmente necesaria en Cambodia, donde los estudiantes tienen que asistir a la escuela el sábado.

Rogers llegó a la institución en 1996 cuando su esposo se trasladó a Cambodia para construir iglesias. Cuatro días después de haber llegado, «descubrí que sería la directora de la Escuela Adventista de Cambodia, una institución de preescolar hasta quinto grado elemental, al mismo tiempo». La escuela ha añadido un grado cada año desde entonces.

Abrimos matrículas, y comenzamos a recibir estudiantes, pero tuvimos que suspender las matrículas cuando teníamos 105 estudiantes matriculados, porque no teníamos suficiente espacio para más personal», dice ella.

Y ha sido casi lo mismo cada año desde entonces. La Escuela Adventista de Cambodia, que no tenía un edificio oficial para la escuela en el principio, se ha mudado cinco veces. La escuela compró un terreno en 1999 en Phnom Penh Thmey, un suburbio de Phnom Penh, y tiene planes de construir tres edificios, aunque sólo un edificio ha sido terminado.

«Nosotros ni siquiera hacemos publicidad para la institución», declara Rogers. «Los estudiantes vienen porque los amigos les dicen a otros acerca de la calidad de nuestros programas en su entrenamiento moral y académico. ¡Yo pienso que ellos vienen porque Dios los envía a nosotros, para que les hablemos de la pronta venida de Jesús!», añade Rogers.

La institución trabajó para lograr la exención de los exámenes gubernamentales, los cuales evaluarían (los sábados) el aprendizaje antes de promover a los estudiantes a instituciones universitarias o de más alto nivel académico. Este año fue la primera ocasión cuando los estudiantes de la Escuela Adventista de Cambodia pudieron tomar los exámenes gubernamentales en otro día.

«Ahora nuestros estudiantes pueden ir a las escuelas oficiales también, si deciden cambiar sus escuelas por alguna razón, o –cuando el momento llegue–, puedan ir a universidades del gobierno», dice Rogers.

En agosto de este año, los graduandos de noveno y duodécimo tuvieron que tomar los exámenes del estado. Todos ellos pasaron.

«Esta es la primera ocasión cuando hemos oído que en una institución el cien por ciento de sus estudiantes pasan el examen del estado», añade Rogers. «Usualmente, por lo menos el 30 por ciento de los estudiantes en el país no pasan el examen de noveno grado, y otros más no pasan el examen de duodécimo. Este año una escuela adicional, de bastante élite, pasó también el cien por ciento de sus estudiantes».

Ella explica que la mayoría de las escuelas en Phnom Penh tienen un promedio de éxito del 70 al 90 por ciento en esos exámenes, y en el campo, el promedio es más bajo, alrededor del 50 por ciento.

La escuela está apoyada por personas e iglesias de alrededor del mundo. Rogers dice que las iglesias han ayudado a construir salones de clase y dormitorios, mientras que los miembros de iglesia a menudo ayudan a pagar la colegiatura de los estudiantes.

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