Magangue, Colombia …. [Personal ANN]
Payasos, contorcionistas, ilusionistas y malabaristas son esenciales para una noche de diversión de la familia en el circo. Pero, no importa a qué lugar vayan las personas en Colombia a ver el show del Circo de la Familia Kimbray, los asistentes pueden aprender acerca de Jesús.
Si usted fue a este circo hace poco, podría haber sido una noche cuando dos payasos hicieron el papel de los personajes de la parábola del Hijo Pródigo. El relato bíblico habla de un joven que abandona a su padre en busca de placeres. Cuando derrocha toda su herencia, sus amigos lo abandonan, y él regresa a su hogar para descubrir que su padre lo está esperando con brazos abiertos.
Después de contar la historia a las numerosas y entusiasmadas personas en el circo, una persona encargada les hace un llamado para que vuelvan a Dios.
Este peculiar circo está dirigido por un equipo de personas, marido y mujer, Carlos y Belén Rodríguez, y es respaldado por sus hijos y nietos.
Belén fue la primera de la familia en hacerse miembro de la iglesia adventista del séptimo día hace siete años. El 5 de noviembre, el hijo mayor Willman, y su esposa, Elizabeth, también fueron bautizados.
«Por lo general hemos tenido muchos inconvenientes en ser recibidos por otros miembros de la iglesia, porque ellos no comprenden cómo una familia de cristianos podría trabajar para un circo», dice Belén.
«Nunca ántes había escuchado de que un circo fuese administrado por miembros de iglesia», admitió el pastor Abraham Guerrero, director de evangelismo para la iglesia en la Zona de Sabanas, Colombia.
«En nuestra vida cotidiana, como iglesia, solemos pensar de un circo como algo ajeno a nuestros miembros. De hecho, por lo general encontramos actuaciones en las que se hace magia y se toca un estilo de música del todo diferente al que oímos en nuestras congregaciones y aun en el hogar», dice Guerrero. Sin embargo, después de un viaje para ver el show del circo, Guerrero dice estar convencido que este [circo] sería una buena herramienta para evangelizar.
Carlos es el ilusionista y director del Circo Kimbray. Explica que, después de su propio bautismo un año atrás, él y el resto de la familia querían encontrar formas de usar su negocio para hablarles a otros acerca de Jesús.
Ahora, aunque el show tiene los elementos típicos para un circo, tales como payasos, contorcionistas, ilusionistas y malabaristas, también tocan música sagrada, y la actuación se cierra con una invitación a seguir a Dios. Ellos también dan estudios bíblicos.
«Nos gustaría saber de otros miembros de iglesia alrededor del mundo que tengan un negocio como el nuestro para intercambiar ideas sobre cómo compartir el amor de Dios con las multitudes», dice Rodríguez. «Hemos oído de ‘formas creativas de evangelismo’, y pensamos que ésta bien podría ser una. Sin embargo, nos gustaría tener alguna ayuda, a fin de poder hacerlo mucho mejor», agregó.
Aunque, originalmente, la familia es del departamento de Antioquia, Colombia, viaja por todo el país y tiene un promedio de asistencia a cada show de cerca de 200 personas.