Silver Spring, Maryland, Estados Unidos … [Mark A. Kellner/ANN]

Aunque la Biblia promete un “nuevo cielo y una nueva tierra” en la conclusión del Apocalipsis, esa no es una razón válida para que los cristianos adventistas del séptimo día ignoren las urgentes preocupaciones ambientales, dijeron expertos que hablaron con Aventist News Network.

“Creo profundamente que como mayordomos de la creación de Dios, a nosotros se nos han encomendado responsabilidades que a veces descuidamos por ignorancia”, dijo el Dr. Zdravko (Zack) Plantak, director del Departamento de Religión en el Columbia Union College (Universidad de la Unión de Columbia), una institución adventista en Takoma Park, Maryland. “A veces se nos debe recordar cuán importante es para Dios la tierra que a Él pertenece”.

Tales preocupaciones –algunas veces rechazadas por cristianos evangélicos como la furia de los así llamados “tree huggers” (“abrazadores” de árboles) —están comenzando a emerger entre esos mismos evangélicos. En los Estados Unidos, de acuerdo con los reportes de los medios de comunicación, la Asociación Nacional de Evangélicos está preparando según se informa una declaración en borrador para impulsar al Congreso de los Estados Unidos a dar paso a una legislación que impondría controles sobre las emisiones de carbón, las cuales algunos creen que son una fuente de calentamiento global.

Los adventistas “necesitan hacer que resuciten nuevamente la belleza de nuestra doctrina y la importancia de la salud y de un estilo de vida saludable”, dijo Plantak a ANN.

La mayordomía no se trata solamente de dinero, sino también acerca de cómo estamos administrando nuestra vida, tiempo, energía, e incluye preocupaciones acerca de otras cosas”.

De acuerdo con el Dr. Allan Handysides, director de Ministerios de la Salud para la Iglesia Adventista del Séptimo Día mundial, los efectos de la contaminación significan mucho más que una mancha oscura en el cielo –tocan nuestras vidas individuales.

“Si usted analiza el asunto de la contaminación, verá que es un peligro grande, un gran peligro para la salud”, dijo Handysides, subrayando los claros vínculos entre la contaminación del aire y el cáncer del pulmón. Él enfatizó que los médicos y oficiales de la salud en general están advirtiendo a las mujeres embarazadas que no consuman pescado, por causa de los crecientes niveles de contaminación de mercurio en las aguas a nivel mundial.

“Hay mucha evidencia de lo que la contaminación ha hecho para contribuir al deterioro de la salud”, dijo él.

Pero no es solamente la cubierta oscura de contaminación sobre una ciudad o en un río aquello por lo cual los adventistas deben estar preocupados, dijo el Dr. David Dyjack, decano asociado para las Prácticas de Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda, en California.

“Las infecciones respiratorias agudas son la causa principal de muerte entre los niños menores de 5 años. Estas infecciones están asociadas con una baja calidad de aire en el interior de los hogares y cabañas”, dijo Dyjack a ANN.

El aire deficiente se produce al quemarse combustibles de “biomasa”, como la madera o el estiércol seco, dijo él, los cuales se usan en la mitad de los hogares del mundo. Tales quemas crean irritantes que hacen que los pulmones sean más susceptibles a la infección y la enfermedad.

“Nos gustaría animar a las comunidades a desarrollar la capacidad de construir estufas de cocina con buen rendimiento de energía, las cuales utilizan menos combustible, producen menos contaminación y disminuyen el tiempo que las mujeres emplean reuniendo leña”.

“Ese es el tipo de intervención de la cual nos gustaría que la iglesia mundial se ocupara”, dijo Dyjack.

A través de los años, los adventistas del séptimo día como cuerpo eclesiástico han expresado su preocupación acerca de los asuntos que tienen que ver con el ambiente. La declaración oficial de doctrina de la iglesia incluye una afirmación de que “Somos mayordomos de Dios, a quienes Él ha confiado tiempo y oportunidades, habilidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus recursos”.

Según los líderes de la iglesia, ese punto de vista viene de la creencia adventista en un creador divino del universo, incluyendo la tierra. El cuidado por la creación –y el respeto por el acto creador de Dios al descansar durante el día de reposo—son valores medulares para los cristianos adventistas.

En 1996, los líderes de la iglesia mundial emitieron una declaración acerca de la mayordomía del ambiente, la cual afirma que “La Iglesia Adventista del Séptimo Día cree que la raza humana fue creada a la imagen de Dios, y consecuentemente debe representar a Dios como su mayordomo y administrar el ambiente natural de una manera fiel y productiva”.

Considerando que los adventistas contemplan en sus creencias el involucrarse en campañas ambientales, Handysides advirtió a los miembros de la iglesia que fuesen claros en sus motivos y su comprensión de los asuntos relativos a esto. Él dijo que está particularmente preocupado por aquellos ambientalistas que confieren a las plantas y los animales el mismo valor espiritual de los seres humanos; si bien es cierto que debemos ser buenos mayordomos de toda la vida, dijo él, no debemos suscribirnos a ninguna cosa que se acerque al panteísmo.

Plantak agrega que “algunas veces pensamos en los extremos –tenemos vehículos deportivos o debemos tener bicicletas. Debe haber un balance; debemos encontrar maneras como podamos ser responsables. No es un asunto de ser fanáticos de la naturaleza o “abrazadores” de los árboles. Es un asunto de nuestra relación con Dios y nuestras responsabilidades”.

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