14 de diciembre, 2005 Encinitas, California, Estados Unidos …. [Wendi Rogers/ANN]
Él fue una enorme historia de éxito durante la era dorada de Hollywood. Hugh Martin escribió algunos de los más memorables cantos y trabajó con algunos de los entretenedores más sobresalientes de su tiempo.
Escribió los cantos originales para el clásico “Veme en San Luís (Meet Me In St. Louis) estrella invitada Judy Garland, escribió y co-escribió muchos otros cantos memorables y originales.
Tal vez, su major tono conocido, considerado aún un clásico estacional, es “Have Yourself a Merry Little Christmas” (ten una alegre y pequeña Navidad). Trabajó con estrellas tales como Gene Kelly, Andy Williams, Lucille Ball, Ethel Merman, Mickey Rooney y muchos otros que definieron a Hollywood en los años 30 y 40.
El estaba en el centro de todo – éxito, fama y fortuna. Pero no era feliz. Y un día, dijo, “golpeó el fondo de la roca”.
Fue un viraje en mi vida. Las cosas marchaban maravillosamente. Pensé que era una persona exitosa y también que era muy bueno. Realmente, yo tenía una idea inflada de mi virtud”, dijo Martin a ANN en una entrevista telefónica.
Pero luego, añadió, “Dios tenía que hacerme ver que yo no era todo lo que yo pensaba que era. Tuve un quebrantamiento de nervios. Un quebrantamiento nervioso total. Se me diagnosticó mentalmente enfermo. Eso fue 1960”.
Martin entró errabundo a la capilla del hospital un día, “sin nada que hacer”, y “de pronto fuí abrumado con lo pobre diablo que era…Me postré sobre mi rostro y le supliqué al Señor que me sanara. Dije, “Ni siquiera sé que existes, pero si tú existes, yo me entrego a ti por el resto de mi vida’ … para hacer una larga historia corta, él me sanó y me entregué a él”.
Fue 14 años más tarde, en otro hospital, que él conoció a un caballero adventista del séptimo día, que compartía el cuarto del hospital, marcando el comienzo de su vida hoy.
Martin describe el mundo del espectáculo comercial como “maravilloso en cierto modo pero muy temporal, muy superficial”. Dice que vivían para glorificarse a sí mismos. Cada cual estaba allí para lucir lo mejor que podía e impresionar a la gente tanto como pudiera. Era una existencia muy centrada en el yo”.
«Eras incansable y competitivo y no tenías la paz y la alegría que has encontrado”, le dice su buena amiga Del Delker.
Ahora, dice él, “es un mundo totalmente diferente. Un mundo maravilloso, y mucho major que el otro”.
Era el sueño de Martin acompañar a Delker, una dama con una enorme voz de cantante, recuerda él. “Era yo corriendo detrás de Del, no lo opuesto”, se ríe Martin con una voz cantarina que de alguna forma suena como una vieja película.
El la había escuchado en la Voz de Profecía, un ministerio radial mundial de la iglesia adventista, y «se enamoró de la voz de Del».
Lo que hizo después lo describe como «una cosa muy asombrosa. Empaqué mis bolsas y fui al Newbury Park [California] y decidí allí mismo que sería el acompañante de Del.
Pero, cuando ella lo conoció la primera vez, dice Delker, «Ya teníamos todo. Teníamos un grupo de difusión; yo tenía un acompañante. Cuando él fue la primera vez a Newbury Park ya yo estaba con otro programa. Pero se hicieron cambios y de repente me encontré en necesidad de un acompañante».
Martin agrega, «Suceden milagros. Yo terminé tocando el piano para ella… Mi sueño hecho realidad». Y lo fue por varios años. Viajaron juntos por cuatro años, llevando su música a miles.
«Fue el calendario de Dios, ¿no es cierto?» comenta Delker.
Martin no falla un solo compás: «Ciertamente lo fue».
Lo que me asombró fue el cambio inmediato en su vida», dice Delker, quien afectuosamente lo llama Hughy. Le pedí que relatara su historia a una audiencia».
Pero, «Yo era muy tímido y pensaba que no podía hacerlo».
«Bueno, tú puedes hablar todo lo que se te ocurra de mí», le dijo Delker.
Así lo hizo. Los dos compartieron sus historias con miles por todo el país, y todavía a los 91 años, le encanta hablar de eso.
«Tiene 91 para 14», dice Delker, quien habla con Martin tan a menudo como dos veces por semana.
Martin responde: «Estoy enamorado de la vida y eso lo mantiene a uno joven».
Desde entonces ha ayudado a cambiar, «Have Yourself a Merry Little Cristmas» (ten una alegre y pequeña Navidad) a «Have Yourself a Blessed Little Christmas» (ten una pequeña y bendita Navidad), con líricas cristianas cantadas por Delker.
«Solamente me gustaría que todos pudieran oír esta vesión», dice ella.
¿Se escribe Martin todavía con sus viejos amigos de Hollywood, y comparte lo que ha encontrado? «Sí, me comunico con ellos siempre que puedo». Pero, dice él, «Trato de hacerlo sin ser moralista. Pero les hago saber siempre que puedo».
Admite que la mayoría de ellos ya murieron. No sé porque tengo tanta suerte de estar todavía aquí. Todas las queridas estrellas con las que trabajé en MGM ya han muerto».
Firma él desde su hogar en Encinitas, California: «Fue mi placer siempre, hablarle a Del, y también hablar de Jesús. No haría ninguna otra cosa».
Sitios relacionados
Escuche una entrevista con Hugh Martin en «Groud 7 News», cápsula noticiosa de ANN (Red de Noticias Adventista)
Derechos reservados (R) 2005 por Adventist News Network.