Freeport, Bahamas … [Nigel Coke/Personal de la DIA]
Cientos de adventistas del séptimo día y oficiales del gobierno rindieron homenaje al fallecido pastor Keith Densel Albury, antiguo presidente de la iglesia en el norte de Bahamas, en dos servicios relacionados con una ceremonia fúnebre oficial. Los servicios fueron llevados a cabo el 11 y 12 de febrero. El pastor Albury murió el 24 de enero, con 48 años de edad, en las instalaciones de Scottsdale Healthcare, Arizona, Estados Unidos, después de una batalla contra el cáncer que duró un año.
Los acompañantes al funeral, provenientes de Jamaica, las Bahamas, las Islas Turquía y Caicos, y las Islas Caimán, fueron dirigidos por el pastor Patrick Allen, presidente de la iglesia en las Indias Occidentales. Al pastor Allen se unieron miembros del gobierno de las Bahamas, líderes cívicos y líderes de otras denominaciones, en el Gimnasio G.L. Isaacs de Kendal, y en las instalaciones de la Iglesia Adventista del Séptimo día de Freeport.
Al servicio fúnebre llevado a cabo en la tarde del sábado asistieron su excelencia el gobernador, General Arthur D. Hanna, y el primer ministro, el honorable Perry Christie, dando a la ceremonia un aire de círculos oficiales, generalmente reservado para el personal de alto gobierno.
En su tributo en nombre de la Iglesia Adventista del Séptimo día en las Indias Occidentales, el pastor Allen dijo que el pastor Albury «fue un hombre que tenía una visión de lo que debía ser, y hacía que sucediera. Quienes, entre nosotros, tranbajamos con él, tuvimos la impresión de que la excelencia era lo menos que él pediría». El pastor Allen añadió que el pastor Albury fue una extraordinaria persona, un líder sincero y sin temor, y un devoto cristiano, quien tenía un tremendo celo por la obra del Señor.
El senador Tommy Turnquest, quien representó al líder de la Oposición, honorable Hubert Ingraham, se refirió al pastor Albury como a un gigante de la fe cristiana y la misión en las Bahamas, quien en su función como presidente de la Asociación de las Bahamas, y después en la Misión del Norte de Bahamas, hizo un impacto positivo y se convirtió en una inspiración para los ciudadanos de Bahamas de todas las denominaciones cristianas.
La homilía del sábado fue presentada por el amigo íntimo y colega del pastor Albury, pastor Leslie McMillan, quien dio lo que él describió como «el mensaje que el pastor Albury hubiera querido que nosotros escuchásemos, es que la salvación está en Jesús, y que eso es lo que cuenta por encima de todo lo demás en el mundo. Está por encima del poder, la posición y las posesiones». McMillan dijo que la esencia de esta realidad se siente cuando uno está en el lecho de muerte, y no hay nada más que importe.
En sus declaraciones, el primer ministro Christie dijo que el desafío entregado por la muerte del pastor Keith es que la iglesia escriba y publique su historia.
«Tenemos una oportunidad para reconocer que hay una historia para contar acerca de un hombre joven que vino de origen humilde en la Isla Harbour, viniendo a Yellow Elder, yendo a Government High, y «en el vernáculo de las calles» luchó por sus estudios universitarios, porque no tenía los medios ni el apoyo de la familia», contó el primer ministro Christie.
En breves declaraciones durante el servicio del domingo, Ingraham, líder de la oposición, recordó cómo el pastor Albury le había impresionado cuando se conocieron en un evento algunos años atrás. «Su amplitud de conocimiento, su entendimiento, convicción y enfoque bien transmitidos, me hicieron preguntar más acerca de él», dijo el Sr. Ingraham.
El pastor Albury comenzó su obra en las Bahamas como un interno ministerial en 1979, y más tarde sirvió como director de ministerios de la iglesia, secretario ejecutivo y presidente de la asociación.
Al pastor Keith Albury le sobreviven su esposa Ann y sus hijos Anson, Alden y Brendon.
Para mayor información acerca del servicio fúnebre del pastor Albury, visite www.wiunion.org