Oaxtepec, Morelos, México… [Edersein Álvarez/DIA]
La Iglesia Adventista del Séptimo Día en el sur de México reconoció recientemente la obra de sus más destacados evangelistas de la página impresa. La celebración reunió 200 de los colportores sobresalientes de la región en el congreso anual en Morelos, México, del 27 de febrero al 2 de marzo.
El pastor David Javier, presidente de la iglesia en el sur de México, volvió a asegurar a los asistentes que ellos son esenciales como líderes en la obra de Dios.
“Ustedes son instrumentos que Dios ha escogido para manifestarse al mundo y hacer grandes cosas en el nombre de Jesús”, dijo el pastor Javier. Más adelante compartió con los presentes cómo los colportores toman parte activa en el cumplimiento de la misión de la iglesia. “Ellos [los colportores] son muy importantes… Ayudan en campañas evangelísticas, enseñan cursos bíblicos, toman parte activa en el liderazgo de sus iglesias locales, y ganan almas para Cristo”.
Los colportores presentes en el evento pudieron asistir a varios seminarios acerca de cómo vender mejor sus libros, conocer acerca de la nueva literatura disponible, y ser mejores vasijas para compartir el mensaje de esperanza con cada persona que encuentren.
Los 200 colportores destacados que asistieron, quienes representan una cuarta parte de los evangelistas de la página impresa del territorio, fueron reconocidos con una variedad de premios que incluían efectivo, equipos, colecciones de libros, entre otros. El primer premio fue entregado a cuatro de los más destacados colportores, quienes vendieron la mayor cantidad de libros y revistas el año pasado. Los cuatro recibirán un viaje con todos los gastos pagos y se unirán a otros colportores de todo el territorio de la División Interamericana en un viaje especial al Valle de los Valdenses, en Italia, el próximo mes de mayo.
El pastor Howard Faigao, secretario de publicaciones para la iglesia mundial, invitó a los colportores presentes a unirse a los más de 40.000 evangelistas de la página impresa de alrededor del mundo para ser instrumentos de grandes cosas, y compartir la literatura cristiana para salvar a las almas que perecen en el pecado.
