Los Ángeles, California, Estados Unidos…. [Dan Weber/Adventist Mission/Personal de ANN]
No importaba que Joe ya no estuviera en una pandilla, y que no tuviera la intención de regresar algún día a esa vida. Cuando iba a las entrevistas de trabajo, todo lo que los empleadores en potencia podían ver eran sus tatuajes que revelaban su antigua afiliación a una pandilla.
“Yo simplemente quiero remover esto”, dice Joe. Quiero “iniciar una nueva vida sin actividades de pandilla o tatuajes. Veo que la gente me mira de manera un poco diferente. Antes acostumbraban mirarme y yo solía ver en sus rostros algo como ‘¡Oh!.. ése es un alborotador, un causante de problemas… Y ahora no veo eso”.
Joe no ve ese tipo de sospecha ahora, y Gracie, su esposa, tampoco, porque ambos lograron remover sus tatuajes. Él y cientos de otros ya no tienen estos duraderos recordatorios de su pasado, debido a un programa desarrollado por un médico adventista del séptimo día y su iglesia local.
A través de los últimos ocho años, el Dr. Steven I. Popkow y el Programa de Remoción de Tatuajes Ágape Light, en Los Ángeles, han estado ayudando a la gente a escapar de los estigmas que, a menudo, representan los tatuajes. El programa se propone remover las marcas físicas de los tatuajes e introducir las personas a Cristo.
“Primeramente comenzó con tatuajes relacionados con pandillas, para ayudar a aliviar esas cicatrices”, dice el pastor Katz. Ahora “se abrió para hacer que, virtualmente, cualquier persona que tenga un tatuaje en sus manos, su rostro o su cuello, pueda eliminarlo gratuitamente”.
Cada mes, durante dos horas un viernes de tarde, la sala de espera del Dr. Popkow está llena. A menudo, él trata entre 30 y 40 personas. Antes del tratamiento, el pastor Katz se entrevista con cada paciente y ora por la conducción de Dios en sus vidas. Entonces el Dr. Papko usa un láser verde para remover el color del tatuaje y un ungüento para el área en tratamiento. Todo el procedimiento toma menos de 10 minutos. A lo largo de ocho años ha tratado más de 1000 pacientes. Cada uno de esos pacientes necesita a menudo cinco o seis tratamientos.
“En el proceso de ayudarles a salir de eso, tenemos una oportunidad para hablarles y traerles más cerca de Cristo y presentarles a Cristo, y ese es el más grandioso gozo en mi vida”, dice el pastor Katz.
Este programa provee un servicio valioso para aquellos que, de otro modo, no podrían lograr remover sus tatuajes. El Dr. Popkow dice que él ha notado una “diferencia en la vida de las personas cuando no tienen los tatuajes. Se ven diferentes, actúan diferente, tienen trabajos y se sienten diferentes. Es simplemente asombroso”.
Aunque el programa es gratuito, requiere responsabilidad. Los pacientes asisten a un servicio vespertino el viernes para conseguir sus documentos para el tratamiento. El Dr. Popkow y el pastor Katz dicen que, al principio, los pacientes están escépticos acerca de asistir al servicio vespertino. Pero ellos dicen que pronto muchos llegan a disfrutar el programa, y algunos descubren un deseo de conocer más a Jesús.
Susan es una madre soltera que logró quitar sus tatuajes a través del programa, y ha encontrado valioso el acompañar en las reuniones. “Creo que son grandiosas, porque a veces estamos tan ocupados que no vamos a la iglesia tan a menudo como deberíamos, o como nos gustaría hacerlo”, dice ella. “Cuando voy ahí, siempre lloro, porque cada vez que ellos hablan, parece que estuviesen hablando de mi vida”.
El Dr. Popkow dice que la participación de la iglesia es parte integral del programa.
“Sin un pastor, no creo que tendríamos un programa”, dice el Dr. Popkow. “Ellos hacen el servicio del viernes en la noche, oran con los pacientes [y] la consejería –descubrir cómo está el proceso en cada caso”.
Susan se pregunta si el Dr. Popkow haría el programa sin costo si él fuera simplemente un buen tipo y no un cristiano. Ella concluye que “nuestro cuerpo es nuestro templo. El doctor cree en la iglesia y cree en Dios. Creo que él realmente quiere hacer una diferencia, y el Señor lo está usando en esta tierra para hacer esto, ayudar a las personas a vivir mejor la vida”.
Joe es una más de esas vidas que han cambiado a través del programa. Recuerde que, por los tatuajes de pandilla que tenía desde sus ocho años de edad, Joe no pudo instalarse en un trabajo. Pero desde que los tatuajes fueron eliminados, él ha conseguido un trabajo estable.
“Es un ministerio grandioso”, dice el Dr. Popkow. “Es muy gratificante ver a la gente cambiar y mejorar, y regresar a la sociedad con una perspectiva positiva.”
Esta historia puede ser vista en la próxima edición en DVD de Adventist Mission (Misión Adventista). Para mayor información visite www.adventistmission.org
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