15 de agosto, 2006 Watford, Hertfordshire, Reino Unido …. [Personal de ADRA/ANN]
Más de 25.000 personas, la mayoría de ellas mujeres, de Papua, Nueva Guinea, en el Pacífico Sur, aprenderán a leer y escribir, y otras 2.800 participarán en actividades generadores de ingresos. Esto será una realidad como resultado de un proyecto de tres años financiado por el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) y por la sede del Reino Unido de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA).
Valuado en más de 656.000 dólares, el proyecto durará al menos tres años. DFID ha aportado 630.000 dólares. Los restantes 26.000 han sido aportados por donaciones privadas a ADRA Reino Unido.
Esta iniciativa reducirá la pobreza por medio del trabajo con organizaciones comunitarias y el gobierno de Papua Nueva Guinea que buscará mejorar la educación y las oportunidades de generación de ingresos. La comunidad y el gobierno también aprenderán más del derecho a la educación y de los derechos de las mujeres y de los que tienen desafíos físicos, dijo Bert Smit, director de ADRA en el Reino Unido. Smit explicó que cuando las personas alfabetizadas pueden incrementar sus ingresos y salud pueden también participar con mayor eficacia de la comunidad, y pueden tener mayor influencia sobre las autoridades públicas en temas que afecten sus vidas.
Papua Nueva Guinea, o PNG, goza de relativa paz y de riquezas de recursos naturales. Se dice que es uno de los países más diversos de la Tierra, con más de 850 idiomas y dialectos nativos y al menos tantas sociedades tradicionales, en una población de sólo poco más de 5 millones. Al mismo tiempo, PNG es una de las naciones más rurales: según las cifras del Banco Mundial, sólo el 18 por ciento de su población vive en centros urbanos.
Sin embargo, la pobreza es alta, particularmente en las comunidades rurales: el 37 por ciento de la población vive bajo el nivel de pobreza. En 2005, las Naciones Unidas ubicaron a PNG como una de las naciones más pobres del mundo. La expectativa de vida en el país es de sólo 55 años. La tasa de alfabetización es la más baja de la región, y sólo el 51 por ciento de las mujeres puede leer y escribir.
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