7 de noviembre, 2006 New York, New York, Estados Unidos…. [Noticias IRLA /Personal ANN]

Si bien las Naciones Unidas se han ocupado de líneas seculares, el aporte de los grupos religiosos es necesario, dice el Dr. Jonathan Gallagher, representante de la Iglesia Adventista ante las Naciones Unidas (ONU).

Al destacar que las iglesias necesitan tomar la iniciativa y participar en las Naciones Unidas, agregó: «Necesitamos hacer que esas reuniones tengan más en cuenta a la fe de manera de involucrar a las grandes comunidades religiosas del mundo», y explicó que con frecuencia los grupos religiosos no parecen sentirse atraídos por la actual agenda de la ONU.

Gallagher pronunció estas palabras el pasado 2 de noviembre, durante un foro de planificación de una conferencia que cada año reúne miles de representantes de las sociedades civiles.

Los funcionarios de la ONU están de acuerdo de que en el pasado la religión no ha tenido un papel preponderante en las agendas y en la planificación, pero Gallagher dijo que en tiempos recientes es evidente un mayor énfasis respecto de la contribución hecha por los grupos religiosos.

«Es esencial reconocer las contribuciones sociales de los creyentes. La gente de fe tiene mucho para contribuir al bienestar de este mundo, y su participación puede hacer una real diferencia en las vidas de muchas personas», concluyó Gallagher.

Además de los temas tradicionales de la libertad religiosa, en la última década los adventistas se han ocupado de otros temas de la agenda de la ONU y de otros organismos internacionales. Entre ellos se encuentra la protección del medio ambiente, la lucha contra el SIDA, temas relacionados con las mujeres, el tráfico humano y la pobreza.

«Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son acaso la plataforma más abarcadora donde se puede oír la voz de las comunidades religiosas con mayor intensidad», dice Rajmund Dabrowski, director de comunicaciones de la Iglesia Adventista mundial.

Al entender este rol vital de los grupos religiosos en la tarea de aliviar el sufrimiento humano, el año pasado, un grupo de iglesias cristianas entre las que estaban los adventistas acordaron ser socios intencionales en la lucha contra la pobreza, la malaria, la inequidad entre los sexos, el SIDA, y otros temas urgentes que enfrenta la raza humana.

Dabrowski agrega: «La ONU y otros foros internacionales ofrecen a las iglesias cristianas una plataforma de participación práctica respecto de lo que afecta a las personas más allá de su religión, etnia y trasfondo». Y concluye: «Hay mucho más que podemos hacer y como cristianos podemos tener una contribución única».

Image by ANN. Reger Smith Jr./ANN

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