November 28, 2006 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos …. [Taashi Rowe/ANN]Cualquier miembro de la Iglesia Adventista reconoce que la obra pastoral no es tarea de una persona. También los pastores admiten que a pesar de su rol de liderazgo, compartir el evangelio y atender las necesidades de la iglesia es tarea de un equipo. En muchas partes del mundo, no se sabe lo que es que un pastor esté a cargo de una sola iglesia. En la India, hay más de un millón de feligreses y menos de 1.000 pastores. En la China, 80 pastores están a cargo de alrededor de 340.000 miembros. En Zambia, la Iglesia Adventista tiene 500.000 miembros y sólo 120 pastores. Esto hace que no sea inusual que algunos pastores tengan de 8 a 20 iglesias que atender, dice el Pastor G. T. Ng, secretario de la Iglesia Adventista en la región de Asia Pacífico Sur, un área donde los laicos participan activamente. Un ejemplo de esto es Emmanuel Mwale, a cargo de siete iglesias en Chipata, Zambia. En cierto momento llegó a tener 11 iglesias al mismo tiempo. No hace falta decir que nadie puede ocuparse de varias congregaciones al mismo tiempo, especialmente cuando éstas están separadas unas de otras. «No es una tarea fácil», dice el Pastor Mwale, y agrega que ser pastor de una iglesia es mucho más que sólo cumplir las tareas administrativas. «En el presente, visito las iglesias de vez en cuando. Esto significa que debo preparar a los ancianos y enseñarles cómo hacerse cargo de una iglesia». Nathan DeLima dice que en México es común que un pastor tenga 10 iglesias. DeLima tiene 16 iglesias, por lo que depende de sus ancianos para gran parte del trabajo. Al igual que a Mwale, a DeLima le preocupa la vida espiritual de sus congregaciones. «Los miembros necesitan ser alimentados», dice. «Tengo 1.000 miembros. No puedo verlos a todos de manera que visito a los enfermos o a los que están en crisis, a los más necesitados». En muchas partes del mundo la iglesia no puede contratar a más pastores. Por lo general las razones son financieras. Otro desafío es la preparación de pastores. Muchas veces, la mayor parte de la preparación se recibe recién en el trabajo. Mwale relata que se le asignaron iglesias después de tan sólo seis meses de entrenamiento básico. Durante cuatro meses por año, continúa recibiendo preparación teológica. Esto significa que sus responsabilidades pastorales deben esperar a que regrese o que tenga que viajar para llevar a cabo por ejemplo un bautismo. En la India, sólo entre el 10 y 15 por ciento de los feligreses cuenta con educación formal por lo que es difícil conseguir pastores calificados a partir de la membresía, dice el Pastor John Rathinaraj, secretario de la Iglesia Adventista en la región del Sudeste Asiático. «Tenemos menos de 1.000 pastores y 2.000 voluntarios», explica. A menudo, los voluntarios adquieren tanta experiencia que terminan con mayores conocimientos que los que provienen del seminario». «Creemos que si tuviéramos un pastor por iglesia el laico se sentaría y no haría nada», dice Cornelius Matandiko, presidente de la Iglesia Adventista de Zambia. «Es ventajoso que nuestros ancianos sientan el desafío de estudiar la Palabra, visitar a los feligreses y participar en campañas de evangelización. Esto hace que crezcan espiritualmente y produce el crecimiento de la iglesia. Los laicos son la razón del veloz crecimiento de la iglesia». Monte Sahlin, vicepresidente de la Iglesia Adventista en la región del Atlántico Medio en los Estados Unidos, no está de acuerdo. Para Sahlin, autor del libro Adventist Congregations Today: New Evidence for Equipping Healthy Churches (Las congregaciones adventistas hoy: nuevas pruebas para tener iglesias saludables), el cremiento de la iglesia donde hay pocos pastores no representa una relación causa-efecto. Al contrario, como la iglesia crece, cada vez hay menos pastores por feligrés». Michael Kaminsky, secretario de la Iglesia Adventista en la región Euroasiática, disiente, y explica que durante el régimen soviético, la religión estaba prohibida por lo que no había iglesias o pastores oficiales. En ese entonces, el evangelio se transmitía por medio de las personas laicas. Esto cambio a partir del fin del comunismo, cuando la gente dejó que los pastores hicieran todo el trabajo. Pero Kaminsky dice que los miembros que se unieron a la iglesia básicamente por medio de campañas públicas muy pronto la abandonaron. En 2001, la iglesia decidió revisar los métodos que los pioneros habían utilizado durante la era soviética, y ahora el énfasis está dado por el evangelismo personal. «Queremos que nuestros feligreses estén involucrados para que nadie de nuestro territorio llegue a depender demasiado de los pastores», dice Kaminsky. La mayoría de los pastores aprecian recibir más ayuda de sus feligreses. En lugares como Japón es difícil hallar ministros, de manera que a menudo se traen pastores y laicos de Corea. Masaka Shoji, presidente de la Iglesia Adventista en Japón, dice que los feligreses no están llenando esta falta de líderes, y que los pastores están sobrecargados. Harald Wollan, secretario de la Iglesia Adventista en la región Transeuropea, dice que en los países escandinavos, no hay suficientes pastores y cada vez más los laicos están a cargo de la predicación. Wollan dice: «Por el contrario, en Gran Bretaña hay gran participación de los laicos aunque hay pastores suficientes. Cuando visité Serbia me impresionó ver cuántos jóvenes participaban y cuántos ancianos estaban a cargo de iglesias supervisados por sus pastores». «La iglesia le pertenece a las personas», dice Francois Louw, de la Iglesia Adventista en África del Sur. «No podemos depender de un pastor para compartir el evangelio. La iglesia está creciendo con rapidez. Donde hay muchas congregaciones, la gente se ve impulsada a hacerse cargo». Wollan concluye: «No importa cómo los llamemos–ancianos, pastores asistentes, líderes laicos–todos sabemos que sin su incansable trabajo sin paga alguna, la labor de la iglesia se detendría».Todos los derechos reservados (c) 2006 Adventist News Network.