January 30, 2007 Silver Spring, Maryland,, Estados Unidos …. [Taashi Rowe/ANN]

¿Cuándo fue la última vez que su iglesia se ocupó de problemas que trascienden sus puertas? Si no lo puede recordar, no es el único. Hay muchos otros adventistas que hacen poco para aliviar el sufrimiento de los que los rodean. Según una encuesta adventista mundial realizada en 2002, sólo el 29 por ciento de los feligreses participan en actividades de servicio comunitario.

Esta cifra podría parecer sorpresiva, ya que los adventistas han fundado y dirigen hoy en día varias organizaciones humanitarias, entre las que se encuentra la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), los Servicios Comunitarios Adventistas, el Ministerio Internacional Adventista contra el SIDA y la Sociedad de Dorcas.

Si bien estas organizaciones constituyen una parte importante de los esfuerzos de la iglesia mundial de ayudar a los menos afortunados, la Dra. May-Ellen Colon, directora asistente del Departamento de Escuela Sabática y Ministerios Personales (SS/PM) de la iglesia mundial, dice que el miembro promedio a menudo no participa activamente del servicio comunitario.

En el Congreso Mundial Adventista 2005, la iglesia mundial relanzó su enfoque para compartir el mensaje entre 2005 y 2010. Con la visión de «Contarle al mundo», la iglesia procura «incrementar el porcentaje de feligreses que participan del servicio comunitario para pasar del 29 a al menos el 40 por ciento».

Colon es responsable de animar a los feligreses a trascender las puertas de la iglesia para que esta visión sea una realidad. Colon también dirige programas de entrenamiento en todo el mundo dirigidos a los líderes de la iglesia con el propósito de mejorar el servicio comunitario.

«Es una cifra abismal», dice Colon al referirse al 29 por ciento. Esto puede deberse a un enfoque más tradicional que llevaba a cabo todas las actividades en la iglesia. Sin embargo, dice Colon, «en vez de hacer que la comunidad venga a nosotros, nosotros estamos yendo hacia ella».

«Necesitamos un cambio de paradigma», explica Colon. «Los pastores deberían pastorear la comunidad, no sólo la iglesia».

En la misma reunión de 2005, Kenneth Flemmer, de ADRA, afirmó: «La misión oficial de los adventistas requiere un ministerio de compasión hacia los pobres, pero existe un enfoque tan marcado en el evangelismo que hay una teología descuidada del ministerio hacia las necesidades físicas y humanas de las personas».

«Muchas personas piensan que es parte tradicional de adventismo no participar en las tareas comunitarias», concuerda Monte Sahlin, vicepresidente de ministerios creativos de la Asociación Unión de Columbia en los Estados Unidos, «pero esa malformación se produjo en la década de 1920 y 1930 cuando la iglesia decidió concentrarse mayormente en el evangelismo. Los primeros pioneros de la iglesia estaban profundamente involucrados con los temas de la injusticia y la participación social».

Colon, sin embargo, destaca que muchas iglesias adventistas ya están participando en sus comunidades. Algunas de esas iglesias patrocinan centros de cuidado de niños y programas extracurriculares en varias escuelas públicas. Otras ofrecen el desayuno a niños en situación de riesgo de las escuelas locales, mientras que en otras funciona un restaurante vegetariano los días de semana.

Colon afirma que hay que unir el ministerio social con el evangélico, y menciona los escritos de Elena G. de White, una de las pioneras fundadoras de la iglesia, que denomina a este método el «Método de Cristo», ya que al mostrarle a la gente que uno se preocupa por sus necesidades físicas, es más fácil ocuparse también de sus necesidades espirituales.

Sahlin, que ha escrito tres libros sobre el tema incluyendo Ministries of Compasión (Los ministerios de la compasión) y Understanding Your Community (Cómo entender a su comunidad) dice que no se puede negar que «la participación en la comunidad es absolutamente esencial para el crecimiento de la iglesia».

Colon advierte que no se debería decidir arbitrariamente qué programas son los mejores para la comunidad. En su lugar, sugiere trabajar con las comunidades y sus líderes para ver qué necesidades pueden ser cubiertas. «¿Por qué inventar nuevas maneras de hacer cosas que otros ya han hecho si es posible asociarse con programas que ya son exitosos?», pregunta.

Y también destaca que «en esta era de comidas rápidas, y de resultados y bautismos inmediatos, esta clase de ministerio podría no ganar conversos inmediatamente pero debemos trabajar en la comunidad como personas que desean el bien de los demás, para reflejar el amor de Cristo por la humanidad».

Image by ANN. Cortesía de NSD
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