February 13, 2007 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos …. [Elizabeth Lechleitner/ANN]»¿Cómo saber si mi ofrenda se utiliza en el campo local o se envía al campo misionero?», pregunta Jack Krogstad, un laico adventista que preside la Junta de Servicios de Auditoría de la Asociación General (GCAS) en la sede central de la iglesia y enseña auditoría en la Creighton University de Omaha, Nebraska. Krogstad sabe que si los feligreses no confían en el manejo de las ofrendas esto afectará la labor de los ministerios y departamentos de la iglesia. Pero establecer y mantener la confianza no siempre es una tarea fácil. Es por eso que durante muchos años la Iglesia Adventista ha seguido estrictos estándares de auditoría, si bien su carácter de organización sin fines de lucro no lo exige. La Junta del GCAS es uno de los elementos vitales del sistema. Durante siete años, ha controlado la labor mundial del Servicio de Auditoría en la sede central de Silver Spring, Maryland. Dirigido desde 1995 por Eric A. Korff, este servicio esta compuesto por 220 auditores en todo el mundo que auditan los balances financieros de alrededor de 2.500 entidades de la iglesia. Según los reglamentos de la iglesia, los auditores deben seguir los estándares aceptados por el Instituto Norteamericano de Contadores Públicos. Con una proporción de laicos de 13 a 5, la Junta del GCAS garantiza un enlace «independiente y objetivo» con elevados estándares de integridad, dice Korff. «La idea», explica Krogstad, «es que la junta aísla el Servicio de Auditoría contra cualquier intromisión o influencia indebida de personas independientes o de funcionarios eclesiásticos» que tienen el poder de contratar o despedir empleados. No es la primera tarea de las auditorías hallar contadores deshonestos de las ofrendas. En su lugar, Krogstad expresa: «Si uno tiene el sistema correcto en su lugar, los tesoreros de iglesia y otros que tratan con dinero nunca pueden ser acusados de malversar fondos. Es nuestra responsabilidad proteger las reputaciones de las personas honestas». Si bien los líderes de la iglesia apoyan la auditoría financiera, Krogstad dice que cuando se creó la Junta algunos cuestionaron cuán positivo sería incluir tantos laicos. «Es una gran responsabilidad estar pertenecer a la junta», continúa diciendo. «Podría nombrarse a laicos con alguna agenda oculta en contra de la iglesia. Pero espero que la Junta del GCAS haya abierto las puertas para contar con una mayor participación laica en todos los niveles de la iglesia». Lowell Cooper, uno de los vicepresidentes de la iglesia y vicepresidente de la Junta del GCAS se muestra de acuerdo. «Las habilidades y el compromiso profesionales con la iglesia demostrado por los laicos de la Junta es de primer nivel. Esto es muy estimado por los líderes y los feligreses de todo el mundo». Krogstad cree que la responsabilidad debe estar arraigada en la iglesia local, y explica que las nuevas leyes impositivas en vigencia en los EE.UU. a partir de 2007 requerirán que las iglesias extiendan recibos por cada contribución en efectivo si los miembros quieren que se deduzcan esos montos de sus declaraciones impositivas. Los auditores locales entonces pueden comparar las copias de esos recibos con el talón de depósito bancario. «En una iglesia grande», explica, «las ofrendas sueltas podrían sumar varios cientos de dólares en efectivo por semana. Este sistema de recibos representa una gran oportunidad para que la iglesia fortalezca su sistema de control sobre el traslado y la utilización del dinero». «No queremos un ‘agujero negro’ a nivel local, agrega Korff. «Todas las ofrendas deberían ser contadas por al menos dos personas. ¿Cuántas congregaciones hacen eso? Creo que nadie lo sabe». Tanto Korff como Krogstad concuerdan en que la iglesia debe continuar trabajando para alcanzar una transparencia financiera total. «Hemos hecho un gran esfuerzo para tener gente de mente abierta con un compromiso y preocupación genuinas por la misión del GCAS, gente que mantenga un elevado nivel de profesionalismo en la Junta del GCAS», dice Krogstad. «Y cuando encontremos puntos específicos donde se podría fortalecer el sistema implementaremos los procedimientos para proteger de una mejor manera a la iglesia y su obra».Todos los derechos reservados (c) 2007 Adventist News Network.

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