2 de abril, 2007 Nueva York, Nueva York, Estados Unidos…. [Elizabeth Lechleitner/ANN]
Con preguntas cubriendo todo el espectro de música a matrimonio– y sí, hasta los Mets de Nueva York–el presidente de la iglesia adventista del séptimo día mundial, el pastor Jan Paulsen, platicó con un grupo de jóvenes profesionales y estudiantes adventistas en la ciudad de Nueva York, el 29 de marzo. La entrevista marcó el décimo quinto episodio en la serie «Hablemos» del pastor Paulsen, presentando un diálogo en vivo sin guión y sin editar.
Si Hablemos Nueva York, giró sobre un tema, éste fue que los jóvenes deben tener tanto que decir en la iglesia como los que dirigen los comités y las juntas de iglesia. ¿Tiene usted que ser elegido como oficial o ser presidente en algún lugar para marcar una diferencia? Ustedes son tan de la iglesia como como yo», expresó Paulsen a los participantes.
Aunque los jóvenes reunidos le dieron la bienvenida a su optimismo y a su mensaje de autorización, muchos dijeron que los recursos limitados y actitudes menos que de respaldo de parte de algunos miembros de más edad de sus congregaciones, aún hacen que la participación en la iglesia sea difícil.
Paulsen reconoció las preocupaciones de los participantes y elogió a aquellos que toman iniciativa, aún cuando sienten que sus congregaciones locales no aprecian o no los apoyan completamente. Dijo que la iglesia necesita dar pasos agigantados «amando e involucrando» a los jóvenes. «No hay razón por qué alguien tiene que haber cumplido los 45 y los 50 años antes que puedan participar completamente en la iglesia.
Uno de los participantes preguntó si el pastor Paulsen sentía que había una oportunidad en la iglesia para los talentos no convencionales, tales como percusión tamboril y coreografía. «Dejen que sus dones espirituales extraordinarios y el cúmulo de sus energías, ideas y talentos creativos fluyan en la vida de la iglesia», contestó el.
«Algunas personas se sienten perturbadas respecto a asuntos que son nuevos y diferentes. Sean pacientes con éstos. Ayúdenles a que ellos te conozcan como una personas cuyo corazón está dedicado a la iglesia. Lo peor que usted puede hacer es no estar involucrado. Permita que sus dones impacten positivamente a la iglesia», aconsejó Paulsen.
Como sucede siempre durante Hablemos, la pregunta sobre la ordenación de la mujer salió a relucir al comienzo. «Esperamos tratar con este asunto como comunidad global, no sólo como unidad cultural», dijo Paulsen. «Respeto la decisión de la iglesia mundial sobre la ordenación de la mujer, sin embargo, reconozco que Dios dotó a las mujeres con un llamado a las funciones ministeriales justo como dotó a los hombres».
«No conozco razón bíblica por qué las mujeres no pueden ser totalmente reconocidas en el ministerio como son los hombres. Las damas ofrecen participación vigorosa y creativa a la vida de las congregaciones locales. La iglesia que niega la participación a los más jóvenes es una iglesia que se está robando así misma de los talentos con que Dios ha dotado a la comunidad», continuó el.
Cuando un participante preguntó acerca de la posición de la iglesia sobre la sexualidad, el pastor Paulsen dijo que el encuentra tal estilo de vida conflictivo con los valores adventistas. «Esta es la única posición que yo puedo tomar con base en la Biblia». Sin embargo, él fue rápido en ofrecer su criterio del estilo de vida al urgir a la iglesia a extender la mano a los homosexuales. «Estoy faltando a Cristo si no puedo…decirles del amor y el cuidado de Cristo y su compromiso hacia ellos».
El presidente de la iglesia adventista mundial añadió que la iglesia no «califica los pecados» y que cada cual tiene deficiencias en diversos grados. «El pecado es fundamentalmente el descarriarse lejos de Cristo… Encontramos personas en el sendero de sus vidas en diferentes etapas, personas que se equivocan y tambalean… Cristo se preocupa por toda persona no importa en qué etapa estén».
Luego el pastor Paulsen urgió a la iglesia a «ser una expresión de la compasión salvadora de Cristo en la comunidad».
Muchas de las preguntas de Hablemos, Ciudad de Nueva York, giraron alrededor de la estructura de la iglesia local y mundial. Un participante cuestionó el papel de las asociaciones regionales administradas por los de la raza de color, un asunto que particularmente impacta a los adventistas en el área de la Atlantic Union de Nueva York donde muchas asociaciones coinciden. Los participantes insinuaron que el racismo había sido en parte responsable por su establecimiento y que la separación de asociaciones ya no era necesaria.
«Nuestra iglesia es muy diversa», dijo Paulsen. «Históricamente, hubo muy buenas razones por qué estas asociaciones fueron establecidas y ellas han ejercido una función positiva. Tienen una profunda pasión por la vida de la iglesia. No se manifiesta un ambiente de competencia, distanciamiento o de hostilidad entre ellos».
Otro joven sugirió que la estructura del liderazgo de la iglesia mundial podría usar una buena reestructuración para liberar fondos para mejorar la educación adventista, arraigar más la misión y enfocarse en otras prioridades. Paulsen estuvo de acuerdo en que, en ciertas áreas, la administración de la iglesia tiene demasiados altos ejecutivos. Sin embargo, dijo que la carencia de una estructura ideal jamas justifica la falta de participación personal en la iglesia.
«Los ministerios de la iglesia dependen casi totalmente de lo que usted está preparado para hacer», explicó él. «No es el dinero lo que puede comprar su participación y efectividad. ¿Está usted preparado para ofrecer su tiempo y energía para marcar una diferencia? El ministerio depende de sus dones, talentos, disponibilidad y finalmente de su propia buena voluntad».
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