11 de mayo, 2007 Irwindale, St. James, Jamaica…. [Nigel Coke/ANN]
Hombres armados dispararon a un pastor adventista del séptimo día de 49 años y escaparon después de un frustrado intento de robo en Jamaica el 10 de mayo. Las autoridades locales investigan el crimen.
El pastor Egnal Grant fue sometido a cuatro horas de cirugía por heridas de bala en el abdomen en el Hospital Regional Cornwall en St. James, Jamaica Occidental.
Grant informó que tres hombres armados lo acorralaron inmediatamente después que llegó a su hogar en Irwindale, St. James el jueves en la tarde. El pastor Glen Samuels, presidente para la iglesia adventista en Jamaica Occidental, se comunicó con Grant justo después de su cirugía. De acuerdo a su informe, después que los hombres armados le dispararon, lo requisaron y demandaron dinero. Grant dijo a los asaltantes que él era un pastor adventista, después de lo cual luego escaparon.
Grant, quién estaba solo en el momento del ataque, fue llevado al hospital por vecinos. Actualmente se recupera de heridas del intestino delgado.
El personal de oficina de la Asociación Occidental de Jamaica se reunió el viernes en la mañana, 11 de mayo. Ellos expresaron gratitud por la protegida vida de Grant, pero igual, se alarmaron por la racha de crímenes relacionados con disparos de revólveres en Jamaica en los años recientes.
«Continuamos preocupados por el uso de armas de fuego en esta sección en particular de nuestra isla», dijo Samuels. «Como iglesia, nos comprometemos en continuar apoyando a la nación a restaurar y rescatar a nuestros jóvenes que han caído en la desafortunada trampa de la violencia viciosa».
No es esta la primera vez que la iglesia adventista en Jamaica se ha comprometido a combatir el crimen violento. Esfuerzos formales comenzaron cuando, en el 2003, Samuels estuvo a punto de revólver por un lídere local bien conocido de ganga. [Vea ANN del 13 de septiembre, 2005: Jamaica: Los adventistas asignan fondos de la iglesia para parar la violencia]. La iglesia adventista en Jamaica podrá continuar llegando a la considerable población desempleada de la república isleña que con frecuencia optan por una vida de crimen.
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