13 de octubre, 2007 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…. [Ansel Oliver]
Los líderes de la iglesia deben enfocarse en sus propias responsabilidades y confiar en los líderes en otras áreas del mundo para hacer lo mismo, dijo el presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial a los líderes de la organización protestante mundial el sábado.
Durante el servicio de adoración del sábado, el presidente de la iglesia, el pastor Jan Paulsen, dijo que los pastores locales y líderes deberían estar animados y con el poder para ministrar en sus propias áreas y asignaciones.
«Ustedes y un servidor tenemos nuestras designadas áreas de responsabilidad», dijo Paulsen. «Hagamos lo mejor allí donde estamos y confiemos en que los otros verán por las de ellos».
En su sermón, «Responsabilidad compartida –Confianza compartida«, Paulsen se dirigió a los líderes congregados en la sede de la iglesia adventista mundial en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, en la apertura del Concilio Anual, la sesión de negocios de dicha organización que empezó el viernes en la noche.
Paulsen reconoció la necesidad de políticas de trabajo actualizadas y enfatizó la unidad de la iglesia mundial en la aproximación hacia los cambios. Citó comisiones actualmente trabajando en el examen de estructuras administrativas de la iglesia y el uso del diezmo. Se espera que los dirigentes miembros de la Comisión sobre Estructuras, Ministerios y Servicios, entreguen su primer informe al final de esta semana.
«Estos son ejemplos de cómo laboramos juntos como una comunidad global para atender asuntos muy abarcantes y complejos», dijo Paulsen.
Recordando la anterior discusión de la iglesia mundial sobre la participación de la mujer en el ministerio de la iglesia, Paulsen dijo que muchas mujeres educadas en la rama ministerial no están tan preocupadas con el asunto de la ordenación como con el hecho de que se les dé empleo en el ministerio.
«Las iglesias locales están reacias, y a las asociaciones de les hace difícil emplearlas. Eso, creo yo, es una falla muy infortunada», dijo Paulsen.
Pero el asunto que tiene el mayor potencial para dividir la iglesia es la teología, dijo Paulsen.
«La unicidad de Jesucristo… nos lleva a eso», aseveró él. «Simplemente no me puedo imaginar a una persona postmoderna en Europa, un comerciante en Asia o en América Latina, más de lo que le importará una jota a un agricultor en África si Cristo tenía la naturaleza del hombre antes de la caída o después», dijo Paulsen. «Las realidades del mundo en que vivimos tienen otras preocupaciones y prioridades que nos ocupan».
Paulsen se refirió a la declaración de la iglesia de Las 28 creencias fundamentales y urgió a los dirigentes «a resistir cualquier tendencia a utilizar recursos efectistas de cualquiera de estas doctrinas y convertirla en una doctrina separada y distinta».
Tales acciones serían divisivas para la iglesia mundial, dijo.
Paulsen dijo también que prevee tensión con la sociedad civil secular sobre asuntos del matrimonio, cohabitación y relaciones de personas del mismo sexo.
«La sociedad pondrá a prueba nuestra conducta en algunas de estas áreas», dijo Paulsen.
«Las leyes en la sociedad impactarán nuestra conducta como iglesia, particularmente tal vez, en asuntos de empleo y en la forma como operamos nuestras instituciones.
«Somos personas que vivimos de acuerdo con la ley, somos ciudadanos obedientes de cualquiera y de todos los países; pero la obediencia a Dios viene primero», dijo él. «Es importante que no perdamos de vista esto cuando los valores de dos mundos diferentes chocan».
Paulsen concluyó sus comentarios enfatizando la primacía de la obediencia a Dios como una expresión práctica de la fe cristiana.
«La obediencia a Dios expresa el lado práctico de la fe, y su punto de referencia es siempre alguien o algo fuera de mi propia persona», dijo él.
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