Silver Spring, Maryland, Estados Unidos… [Elizabeth Lechleitner/ANN]
Las instituciones de salud de la Iglesia Adventista del Séptimo Día alrededor del mundo continuarán practicando tratamientos médicos con base en las evidencias, que no contradigan la Biblia o los escritos de Elena G. de White, pionera de los comienzos de la iglesia, acordaron los líderes de la denominación protestante global, durante una sesión de negocios el 16 de octubre en la sede de la iglesia.
Los 300 delegados aprobaron suplementar los lineamientos de los Ministerios de Salud de la iglesia mundial con una lista de tratamientos y terapias cuestionables oficialmente «desestimulados» por la Iglesia Adventista del Séptimo Día –entre ellos la hipnosis, la terapia magnética, remedios herbales no comprobados, y diagnóstico de péndulo.
La actualización de las orientaciones indica un «resurgimiento» de compromiso por parte de los adventistas alrededor del mundo para con la temperancia y una vida saludable, dijo el Dr. Meter Landless, uno de los directores asociados de Ministerios de la Salud para la iglesia mundial.
Antes de tomar el voto sobre la actualización, muchos delegados pidieron mayor justificación para los cambios.
Un delegado dijo que los principios adventistas del cuidado de la salud estaban basados mayormente en la medicina occidental, y tendían a desmeritar la autenticidad y el valor de la medicina tradicional, a menudo favorecida y más ampliamente aceptada en los países asiáticos.
«No estamos destacando la medicina occidental, la medicina oriental, o siquiera la medicina alternativa», dijo el Dr. Allan Handysides, director del departamento de Ministerios de la Salud para la iglesia mundial. «Simplemente estamos diciendo que cualquier tratamiento o terapia usado por la iglesia debe estar respaldado por evidencia inequívoca».
Handysides explicó entonces que la mayoría de los reglamentos de los Ministerios de la Salud –aunque ciertamente aplicables a los miembros de iglesia per se—están diseñados principalmente para ayudar a las instituciones adventistas al cuidado de la salud, en la planeación de programas de tratamiento, que sólo deben incluir tratamientos y terapias «racionales», dijo él.
Al mismo tiempo, aclaró Handysides, que algunos tratamientos, aunque puedan ser discutiblemente «irracionales» están lejos de lo siniestro y, si se halla que son útiles y no tienen efectos laterales negativos, serían aceptables para el uso individual.
Cuando los tratamientos herbales fueron sacados a relucir para su discusión, Handysides reiteró el llamado de la iglesia en busca de evidencias de uso seguro y exitoso. «Lo que estamos diciendo es: ‘Muéstrennos la evidencia’, si vamos a incorporar esta práctica en nuestras instituciones adventistas al cuidado de la salud».
«Nadie puede decir que las hierbas no tienen efectos», dijo Thomas J. Ziurkle, uno de los directores asociados de salud. «El problema es que no podemos separar los efectos buenos, de los efectos malos». Por cuanto las hierbas son tan populares, él explicó que los cirujanos preguntan ahora de manera rutinaria si sus pacientes están tomando tales suplementos lo cual podría contrarrestar o hacer interferencia con los medicamentos regulares –algunas hierbas, explicó él, interrumpen la coagulación de la sangre y otros procesos corporales.
Landless hizo eco de la precaución sobre los tratamientos herbales, pero advirtió a la iglesia que no se vendara los ojos en contra de nueva evidencia científica. «Algunas veces tendemos a citar lo que es conveniente», dijo él. «Cuando la revista National Geographic señaló que el mensaje adventista sobre la salud estaba basado en la evidencia, todos nosotros saltamos al tren celebrando. Sin embargo, en 2004, la Organización Mundial de la Salud difundió orientaciones que reconocían la importancia de usar las terapias herbales tradicionales, particularmente en áreas del mundo donde hay limitaciones económicas».
«Trabajemos con nuestras comunidades; tomemos lo que sea bueno, evaluémoslo, y promovámoslo», dijo Landless.
Un delegado de la región del Pacífico Sur de la iglesia preguntó por qué sería incluso necesaria la lista de las prácticas objetables. Si la ciencia eventualmente comprueba algunos elementos que están en la lista, preguntó ella, ¿por qué adoptar lo que pronto puede ser un inventario obsoleto?
«Donde hay evidencia parcial de que un tratamiento puede funcionar, no lo hemos incluido», dijo Handysides, citando la acupuntura como un ejemplo. «Podemos defender cada uno de los elementos de esa lista».
Martin W. Feldbush, director de Adventist Chaplaincy Ministries [Ministerios Adventistas de Capellanía], añadió que la lista ayudaría a los administradores y a los médicos de hospitales adventistas y otras instituciones al cuidado de la salud, para que planeen programas apropiados de tratamiento.
Adicionalmente, cuando surjan tratamientos «divisivos» o «radicales», sería conveniente referirse a tal lista, dijo Larry Evans, subsecretario de la iglesia mundial. «Si las cosas cambian, podemos cambiar la lista», dijo él.
Por encima de todo, enfatizó Handysides, la iglesia, al distinguir entre los tratamientos útiles y los perjudiciales, no debe interferir con su ministerio médico. «Si decimos ‘definitivamente no a ninguna droga’, nos estamos enfrentando a una situación: se están usando medicamentos de acuerdo con orientaciones muy buenas, muchas veces en nuestras instituciones adventistas, y necesitamos ser cuidadosos de que no hagamos que esa práctica sea problemática».
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