10 de diciembre, 2007 Nueva York, Nueva York, Estados Unidos… Personal de PARL/ANN.
Los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día piden, ya, un mayor énfasis sobre los derechos humanos fundamentales en la sociedad y la iglesia.
Jonathan Gallahher, oficial de enlace de la iglesia en las Naciones Unidas, habló en el lanzamiento del Día de los Derechos Humanos en la ciudad de Nueva York, marcando el comienzo de un programa de NU de un año de duración designado para reafirmar derechos y libertades en anticipación al Sexagésimo Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos de esa organización.
«Desde 1948 y la implementación de la Declaración Universal, hemos visto bastantes buenas palabras y teoría, pero aún tenemos cantidad de problemas en el área de derechos humanos, dijo Gallagher. «Alrededor de todo el mundo la gente está sufriendo porque sus derechos básicos de seres humanos están siendo pisoteados. En ninguna otra área es esto más evidente que en libertad religiosa, con persecución e intolerancia aún elevadas en la agenda de violaciones que necesitan que se les ponga paro».
Gallagher señaló a las actuales negaciones de libertad de confesión en varios países, incluyendo Arabia Saudita, Corea del Norte, las Maldives, Myanmar, Eritrea, Cambodia, Vietnam, China, Turkmenistán y otros países de Asia central.
«Mientras celebramos lo logrado durante los últimos 60 años desde la declaración, no podemos estar ciegos a los retos, en constante aumento, a los derechos a la libertad de profesar una confesión y adorar», dijo Gallagher. Como iglesia, permanecemos del todo comprometidos con la libertad de conciencia, y pedimos a cada uno trabajar unidos para asegurar que los derechos humanos son valorados en la práctica y no en la mera teoría».
Hablando en una reunión, previa al lanzamiento el 6 de diciembre, Jean-Pierre Lacroix, Diputado Permanente que representa a Francia en NU, y co-patrocinador del programa, dijo que, aunque «la Declaración no era el punto final, y no todo se había logrado», el aniversario era «una oportunidad para reafirmar la universalidad de los derechos humanos».
En la misma reunión, Craig Mokhiber, diputado director para la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, comentó que el programa propuesto «no era tanto una celebración, pero más que todo, una necesidad de compromiso». Agregó que, actualmente se lleva a cabo un asalto a los derechos humanos», y si eso no es atendido, «el Sexagésimo Aniversario será más como un funeral para los derechos humanos».