Sydney, Australia, 22 de enero de 2008… Elizabeth Lechleithner/ANN

Descubrir si los niveles de Omega 3 tienen un impacto sobre los estados depresivos es el enfoque de un nuevo proyecto conjunto de investigación entre el Instituto Australasiano de Investigación con sede en el el Hospital Adventista de Sydney, y la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW).

Estudios que recomienden especialmente Omega 3 como el santo cáliz de la salud no son para nada algo nuevo –el ácido graso hallado en el pescado, las nueces y la semilla de lino han sido citadas hace mucho tiempo como agentes que disminuyen riesgos de la salud que van desde los ataques hasta la psoriasis.

Con el proyecto «Cómo afecta la comida el estado de ánimo», los investigadores dicen que esperan señalar la investigación más reciente que sugiere que los bajos niveles de Omega 3 en la dieta se relacionan con estados de ánimo igualmente abismales, particularmente en los adolescentes.

«La investigación indica ahora un enlace entre la química del cerebro de una persona y su riesgo de desarrollar depresión o una enfermedad sicológica», dice el Dr. Ross Grant, director de ARI. La actividad normal del cerebro depende de la comunicación entre las células, y hay razón para creer que los niveles bajos de Omega 3 bloquean la sinopsis en ambas direcciones, añade él.

Se cree incluso que una deficiencia de ácidos grasos esenciales tales como Omega 3 deforma las membranas celulares del cerebro, conduciendo a disfunciones cerebrales que pueden incluir depresión, autismo, dislexia y desórdenes alimenticios, dice Grant.

Grant y la Dra. Margaret Morris de la Escuela de Farmacología en UNSW dicen que el estudio es oportuno y esperan que sus resultados pongan freno a las estadísticas «moderadas»: el 28 por ciento de los jóvenes sufren de una disfunción depresiva sobresaliente a la edad de 19 años, y la depresión es la causa principal del suicidio y del abuso de sustancias, de acuerdo con los investigadores australianos.

Los investigadores estudiarán las muestras de ADN y los cuestionarios alimenticios de 500 personas entre los 15 y 19 años para examinar las relaciones entre depresión, ansiedad, obesidad y comunicación de las células cerebrales.

Se espera que los resultados preliminares del estudio sean sacados al público el próximo año. El estudio está financiado por Novus Foundation [fundación Novus], el Club Rotario de Wahroonga y Phil McCarrol, un hombre de negocios con sede en Sydney, y es apoyada por el Ministerio de Educación, Ciencia y Entrenamiento de Australia.

-Adventist News Network.

Image by ANN. Cortesía del Hospital Adventista de Sidney

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