8 de abril de 2008, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos…Elizabeth Lechleitner/ANN
Para poner de frente la inconclusa misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, los oficiales de la iglesia, votaron ayer en la Reunión de Primavera, desarrollar planes creativos y de responsabilidad financiera para llegar a los grupos de personas aún no alcanzados en sus respectivos territorios.
Por un informe del 6 de abril, en la Reunión de Primavera, los delegados supieron del «enorme» alcance de la tarea que le espera a la iglesia. Desde 1990, cuando la iglesia estableció lo que se conoce ahora como la Oficina de Misión Adventista, los adventistas están trabajando en 19 nuevos países. Sin embargo, la iglesia no tiene actividad organizada en 26 países. Estos incluyen a Afganistán y Somalia. En el 2006, mientras la población del mundo creció por 95 millones -ahora en 6.5 billones -solamente 1 millón de personas se unió a la iglesia adventista. Y aún existen 2.1 billones de gente más en el mundo que los que había en 1990 cuando Misión Global fue organizada, y a quienes no se ha llegado.
«Nuestro Dios se especializa en lograr lo imposible», dijo Homer Trecartin, director de planes para la Secretaría de Misión Adventista de la iglesia a nivel mundial. Trecartin citó docenas de estadísticas «animadoras. En las últimas décadas, por ejemplo, la población adventista en Cambodia ha surgido, de nada, a 8,000. Y, más o menos, uno de cada 12 jamaiquinos es adventista.
La proporción en Arabia Saudita, sin embargo, es mucho menos alentadora, dijo Trecartin. Con ello sugiere que, mientras la gente con opiniones sobre el mundo cristiano han hallado el adventismo relevante, la iglesia debe hacer un trabajo de conexión mucho mejor con musulmanes, judíos, budistas, indúes y otros grupos de credos con diferentes puntos de referencia, dijo él.
Tal vez, haciéndose amigos con vecinos y compañeros de trabajo de diferentes credos es tan crucial como enviar misioneros a países extensamente sin alcanzar, dijo Trecartin. Citó estadísticas que muestran que casi 80 por ciento de hindúes en América del Norte «no conocen un cristiano que puedan llamarlo amigo». Tal iniciativa local podría ser igualmente efectiva, dijo Trecartin. Señaló que «en el Reino Unido-Inglaterra -viven más musulmanes que en Kuwait».
Las tendencias, dijo él, son semejantes en otras sociedades «libres» entre otros grupos religiosos.
«Si no logramos conocer a los que están alrededor nuestro, ¿cómo llevaremos el mensaje de la iglesia, jamás, a su países de origen?» preguntó. «Con urgencia necesitamos hacer más en las regiones difíciles, las más pobladas. Pero, ¿cómo esperamos ser eficaces allá si aún tambaleamos en lugares seguros?»
Los medios de comunicación, tales como Radio Mundial Adventista, a la cual la iglesia, a menudo, confía las áreas «más pobladas», no puede darse el lujo de desperdiciar esfuerzos. De igual forma, los miembros de iglesia tampoco pueden darse el lujo de encerrarse a ellos mismos en círculos mayormente cristianos, dijo Trecartin.
La programación de RMA sólo está disponible en 70 de los 13,540 idiomas del mundo. Otros programas de radio de la iglesia elevan el total a 108. Sin embargo, «para 95 por ciento de los idiomas del mundo, tenemos que confiar que aquellos que los hablan, también sean fluentes en otros idiomas. Si no los hablan, no estamos llegando a ellos», dijo él.
Igual, solamente un décimo de un por ciento de los grupos más grandes del mundo, tienen una Biblia disponible en su idioma. «Si somos el pueblo del Libro, ¿qué estamos haciendo?» preguntó Trecartin. «No estamos hablando aquí de analfabetos; estamos hablando de aquellos que leen y escriben, pero no tienen tanto como una Biblia en su idioma. Si ellos no leen otro idioma, no podemos compartir la palabra de Dios con ellos».
A pesar de algunas estadísticas desanimadoras, Mark Finley, un vicepresidente de la iglesia a nivel mundial, dijo que los adventistas no deberían concluir que terminar la obra de la iglesia es imposible. O, que sólo redoblar los esfuerzos vencerá los retos. «La primera reacción nos lleva al desespero; la segunda, nos conduce al agotamiento físico, emocional y espiritual», dijo Finley.
Por el contrario, el informe de la mañana debería incitar «más cuidadoso e inteligente razonamiento estratégico» entre los dirigentes de la iglesia. Finley también sugirió que un reenfoque en Dios y la misión llevaría a los líderes de la iglesia a «reajustar las finanzas y a renovar las prioridades de la iglesia en la misión».
Delbert W. Baker, presidente de la Oakwood University de la iglesia adventista en Huntsville, Alabama, expresó más adelante, que estaba agradecido de que los oficiales de la iglesia estuvieran poniendo de frente los retos de la misión. «Es cómodo rondar alrededor de los negocios de la iglesia», dijo, «pero creo que la misión es la médula de esos negocios. Fuimos confrontados con la imposibilidad de la tarea y, a la vez, de la necesidad de encontrar alguna forma -de manera creativa -para presentar este titánico objetivo».
«En esencia», dijo Michael L. Ryan, un vicepresidente de la iglesia a nivel mundial, «es que mañana, cuando salgamos de esta reunión, tendremos al mundo para contarle».
Red de Noticias Adventista, ANN