Punta Cana, República Dominicana, 13 de mayo de 2008…[Libna Stevens/IAD]
Magdiel García es un pastor de distrito en el sur de México. Ministra a más de 1500 miembros de iglesia en el distrito Maranatha en Pichucalco, Chiapas. Aunque todavía está en sus veinte, ya ha estado empleado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día durante ocho años. Es el pastor de 24 iglesias en su distrito. Con un horario apretado semana tras semana, García visita todas sus iglesias durante una rotación de un mes y medio, a través de servicios durante el sábado, reuniones semanales de oración, reuniones de comité y visitación. Esto sin incluir esfuerzos evangelizadores en todo el distrito y otras actividades.
Él no es el único; treinta y dos pastores más en su región tienen un promedio de 18-24 iglesias. Algunas veces, más.
«Algunos [pastores] pueden tener, incluso, hasta 30 iglesias en mi campo local», dijo García. «No hay un solo pastor que ministre a una o dos iglesias».
No hay mucho tiempo libre, dice él. A García se le une su esposa Raquel. Ella está, igualmente, ocupada en ayudar con el ministerio infantil y el ministerio de la mujer. Coordina y cpacita diaconisas y Sociedades Dorcas, entre otras actividades.
Como pastor de segunda generación, García ama su trabajo.
«Siempre tuve la convicción de ser un pastor desde que era bastante joven. Veía a mi padre y considero ser pastor como un maravilloso llamado de parte de Dios», dijo García.
García dice que administrar bien para conectarse con cada miembro en particular, es un desafío.
«Trato de visitar tres de los hogares de mis líderes de iglesia cada vez que visito una iglesia. Generalmente sólo puedo visitar los hogares de los ancianos, y dependo de ellos para visitar a los miembros que están en necesidad, enfermos y desanimados».
Depender de la ayuda de sus ancianos de iglesia y los laicos hace posible que él sea un pastor. Pero aún así, el asunto es desafiante, dijo él.
«Tengo muchos ancianos y laicos dedicados. Sin embargo, a veces el desafío más grande es conseguir un equipo de trabajo entre los miembros que dirigen ministerios en la iglesia, para ayudar en mi ministerio», añadió García.
Trata, de algún modo, de pasar tiempo de calidad con su esposa y dos pequeños hijos una vez por semana.
García es uno entre cerca de 2300 pastores del personal ministerial de las 15 regiones de la iglesia en la División Interamericana, con una membresía total de más de 3 millones de personas.
Fue elegido junto con otro pastor de distrito en la región de Chiapas del norte para escapar de su ocupado horario y unirse a cientos de pastores de distrito más, como é,l para asistir a la primera Cumbre de la Asociación Ministerial a gran escala en la División Interamericana, llevada a cabo en Punta Cana, República Dominicana, del 30 de abril al 3 de mayo de 2008. Más de 900 personas, incluidos pastores de distrito y sus esposas, líderes de la iglesia y administradores, viajaron para participar en el evento ministerial de cuatro días.
La cumbre no sólo fue una oportunidad para descansar. También fue para inspirar espiritualmente a los ministros. Para recordarles la necesidad de reencontrarse con su identidad pastoral, dadas sus abrumadoras responsabilidades, dijo el pastor Héctor Sánchez, director de la asociación ministerial para la iglesia en Interamérica, y principal organizador de la cumbre.
Una preocupación principal resaltada durante la cumbre fue la necesidad de que los pastores se conecten de manera más personal con sus miembros.
«El pastor de hoy ha perdido algo de su identidad en relación con visitar personalmente a sus miembros», dice el pastor Sánchez. «Queríamos recordarles a los pastores que deleguen más, a fin de que puedan dedicar más tiempo al verdadero trabajo que un pastor necesita hacer», añadió Sánchez. «Un pastor no debe olvidar que su principal trabajo es ser un pastor de su rebaño».
Carl Sterling, quien pastorea siete iglesias en Jamaica Occidental y ha trabajado como ministro por 28 años, concuerda.
«Creo que necesitamos regresar a la visitación de casa en casa. Tener un contacto más personal con las necesidades de los miembros, estudiar y orar con ellos», dijo el pastor Sterling. Sterling visita tres de sus iglesias cada sábado, ministra a su membresía, e incluso, acomoda, con dificultad, reuniones de junta después de la puesta del sol. El resto de su semana es usado en servicios diarios/semanales y algunas visitas. Ello, sin mencionar las campañas evangelizadoras en la calle, que dirige a menudo. Un padre de dos hijos universitarios y dos hijas más jóvenes en la escuela, Sterling dice que no pasa mucho tiempo con su familia, pero trata de pasar tanto tiempo de calidad como puede con su esposa y sus hijos.
Emplear tiempo con la familia fue otro asunto enfatizado durante la cumbre. Los pastores y sus esposas participaron en seminarios de enriquecimiento matrimonial, fortalecimiento de la familia y la importancia de mantener saludables a sus familias, no negando atención a sus hijos mientras dirigen sus congregaciones.
Se dedicó mucho tiempo a sesiones de oración por la familia pastoral, los hijos y la iglesia en toda la región de Interamérica.
«Queríamos enfatizar con claridad ante nuestros pastores el orden correcto de prioridades, en teoría y práctica, para que ellos lo sigan: poner a Dios en primer lugar, luego a la familia, y entonces a la iglesia, y todo lo demás después de eso», añadió el pastor Sánchez.
Adicionalmente, se dio énfasis en animar a los ministros para que se aseguren de que los ancianos de la iglesia local, líderes y miembros, sean capacitados para contribuir en el cumplimiento de la misión de la iglesia, dijo el pastor Sánchez. Como resultado, ello dará tiempo para que el pastor cuide de su congregación de manera más personal.
«Podemos lograr mucho más cuando atendemos, capacitamos e inspiramos a nuestros miembros de iglesia para servir a otros», dijo él.
Es más fácil decirlo que hacerlo.
Con un personal pastoral de 2300 en un territorio con tres millones de miembros, el pastor promedio en Interamérica tiene 1304 miembros para atender. Bajar ese promedio podría no ser tan fácil como parece, dijo el pastor Israel Leito, presidente de la iglesia en Interamérica, quien habló en la cumbre.
«Estamos peleando una batalla perdida», dijo el pastor Leito. «Diez años atrás determinamos que una carga promedio para un pastor no debería ser más que 600 ó 700 miembros. Pero hemos hallado que en muchos casos… hay pastores que tienen un promedio de 2000 miembros».
«Esto afecta el ministerio, por cuanto nuestro crecimiento deja atrás la capacidad de producir ministros», añadió él.
Éstos y otros desafíos están siendo estudiados por la iglesia, dicen los líderes de la iglesia. Una encuesta de las necesidades de los ministros está en vías hacerse en Interamérica. La encuesta, que está programada para terminar dentro de los próximos cuatro meses, ayudará a los líderes de la iglesia a entender mejor y proveer para las necesidades de los pastores en Interamérica.
En adición, cada una de las 15 delegaciones regionales envió cinco recomendaciones para fortalecer el ministerio en Interamérica. Las recomendaciones serán estudiadas y presentadas al comité ejecutivo para su aprobación e implementación, de acuerdo con el pastor Sánchez.
Durante la cumbre, 15 pastores veteranos retirados y sus esposas fueron honrados, y tomaron la oportunidad para animar a sus colegas más jóvenes.
«Quiero que todos ustedes recuerden que nunca deben perder la misión para la cual han sido llamados», dijo el pastor Gustavo Gil, quien sirvió por 36 años en la Unión Centroamericana del Norte, en Guatemala.
Entre los oradores invitados y presentadores de seminarios de parte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial estuvieron el pastor Ted Wilson, vicepresidente, el pastor Jim Cress, director de la Asociación Ministerial, Jonas Arrais, director ministerial asociado, y Sharon Cress, secretaria asociada de Shepherdess Internacional.
Para más información sobre la cumbre y la Asociación Ministerial, visítenos en www.interamerica.org.
Para ver una galería de fotos de la Cumbre Ministerial de la División Interamericana, haga clic aquí o vaya a www.photos.interamerica.org.