Carnegie, Pennsylvania, Estados Unidos, 5 de agosto de 2008….Elizabeth Lechleitner/ANN

Lo que el casco de Carnegie necesitaba cuatro años atrás no era una iglesia adventista, sino un café, recuerda Andrew Clark.

Después del huracán Iván, que inundó Carnegie en 2004, los residentes que pudieron escapar del huracán solicitaron a los negocios, justo después, que se trasladasen al centro para ayudar a rejuvenecer el área. Esperando atraer a la gente hacia el centro e impulsar el crecimiento económico, ellos pidieron específicamente un establecimiento con sillas confortables e Internet inalámbrico gratuito (Wi-Fi), dice Clark, quien dirige Servicios Adventistas a la Comunidad (ACS) en la región de Greater Pittsburg.

Con fondos de la asociación local de la iglesia, Clark estableció un café con una tienda de libros usada adjunta. Con ello esperaba atraer a personas entre los 20 y los 30 años que buscaran una buena lectura y una taza de café. En lugar de eso, los adolescentes comenzaron a frecuentar Conscious Café, haciendo que Clark redefiniese el ahora próspero ministerio.

«Recuerdo los primeros tres chicos que entraron», recuerda Clark. «Cuando los vi, pensé: ‘Grandioso. Este lugar va cuesta abajo’». Cuando los adolescentes le preguntaron a Clark si podían comer una merienda que habían tomado de la tienda «todo a dólar» en su café, Clark les dijo: «Está bien», pero recuerda su propia actitud de «coman y váyanse». Entonces, él dice que Dios le impresionó a dejarlos que se quedaran. «Dios dijo, ‘tú sabes, este es mi ministerio, no el tuyo’».

Cuando un voluntario llamó «pastor» a Clark frente a los adolescentes, éstos preguntaron dónde estaba la iglesia.

«‘Ya estás sentado en la iglesia’, le dije», recuerda Clark. «Y el dijo: ‘Bueno, si esta es una iglesia, yo voy a volver todos los días y voy a traer a mis amigos’».

El muchacho lo hizo, y Clark pronto abrió el segundo piso de la tienda, al cual los adolescentes bautizaron «El Aposento Alto». Ellos pasan un rato ahí, juegan, y ayudan con proyectos de la comunidad de ACS, tales como rehabilitación de vivienda. Ellos siguen su propia lista de reglas, que incluyen «respetarse unos a otros» y «no maldecir».

«Es simplemente un lugar donde puedo ir y no tengo que preocuparme de gente que trate de presionarme a hacer cosas que no quiero hacer», dice Jake Crawford, un miembro del Aposento Alto. «Yo le digo a mis amigos: ‘Hey, lleguen por acá. Este es un lugar chévere donde pueden pasar el rato’».

En promedio, Clark dice que cerca de 20 adolescentes pasan por la tienda—algunos toman algo, otros pasan el día. Los eventos especiales, incluyendo programas del sábado en la mañana como los de la iglesia, atraen cerca de 50 personas. «Puede decirse que en cualquier momento cuando ellos lleguen, abrimos las puertas», dice él.

Clark, de 31 años, superó una adicción a las drogas temprano en su vida y dice que compartir su testimonio crea un ambiente de credibilidad donde los chicos pueden hablar libremente.»No es tanto como quien dice: ‘Yo también estoy pasando por un problema de adicción a las drogas; ¿puedes ayudarme?’. Más bien es: ‘¿Puedes ayudarme a entender a mis padres’».

Clark dice que la mayoría de los chicos que pasan el rato en Conscious Café están ahí porque quieren salir de las calles y estar lejos de las drogas y otras influencias negativas. Los padres y los miembros de la comunidad aprecian el ambiente seguro, dice él.

Después de todo, «ellos lo pidieron».

Esa necesidad subyacente es lo que impulsa el ministerio, dice Clark.

«Cuando tú miras la historia de nuestra iglesia, realmente se inició sobre la base de mezclarse con la gente, simpatizar con ellos, satisfacer sus necesidades y ganar su confianza, y luego convertirles en discípulos; no al revés», dice él.

Pregúntele a Clark cuál es el punto clave del ministerio exitoso, y él le dirá: «Asegúrate de por qué estás haciéndolo. Nunca he visto un ministerio que comience con sinceridad genuina y que no sea exitoso».

Nada estrangula a un ministerio más rápidamente que motivos escondidos, dice Clark. «Si estás simplemente tratando de crear una iglesia, obtener reconocimiento, o sentirte bien, eso no le interesa a la comunidad».

Ese tipo de evangelismo conocido como «evangelismo social» está fijando el ancla de una nueva onda de ministerio adventista, dice Sung Kwon, quien dirige Servicios Adventistas a la Comunidad en la región de Norteamérica.

«Tradicionalmente, los adventistas han sido bastante pasivos. Hemos tendido a proclamar una actitud de ‘ven y ve’», dice Kwon. «Ahora estamos aprendiendo a ser más proactivos, y en lugar de eso estamos aprendiendo a ‘ir y ayudar’».

Conscious Café es un ejemplo de esta tendencia hacia un ministerio más involucrado con la comunidad, añade Kwon. «Hay muchas maneras, pero estoy convencido de que tenemos que satisfacer las necesidades de la gente. Jesús dijo: ‘Yo vine para servir’. Como cristianos, ¿qué más podemos hacer?».

Clark dice también que el servicio debe sincronizar con la testificación cristiana. «Necesitamos establecer más ministerios y cultivar iglesias a partir de ellos, no plantar iglesias y pensar: ‘Tal vez habrá algún ministerio aquí’».

Para más información sobre Conscious Café y Servicios Adventistas a la Comunidad, el brazo humanitario de la iglesia, en Pittsburg, visite http://consciouscafe.com/ y http://acsgp.org/

Image by ANN. Cortesía de Conscious Café
Image by ANN Cortesía de Conscious Café

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