8 de agosto, 2008 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Elizabeth Lechleitner/ANN
Las excusas no pueden ser parte del mensaje de la iglesia contra el abuso. Así lo dijo Heather-Dawn Small, la «absurda» ciudadana de Trinidad, que ayuda a crear el formidable, pero sensitivo acercamiento para la prevención del abuso de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Desde que ella empezó dirigiendo los Ministerios de la Mujer para la iglesia adventista a nivel mundial en 2001, Small, de 50 años de edad, ha combatido la renuencia por parte de algunos dentro de la iglesia para admitir la realidad del abuso. Aplaudió a la iglesia cuando votó añadir un Día de Énfasis de Prevención del Abuso a su calendario de sábados especiales, ahora celebrado el cuarto sábado de cada mes de agosto. Pero con los pastores locales diciéndole que el 70 al 80 por ciento de su consejería hogareña se centra en el abuso doméstico, dice ella que los restantes 364 días son igualmente vitales.
Dado a su ambicioso programa de viaje, con mucha suerte, la anterior directora de los Ministerios Infantil y de la Mujer para la iglesia en el Caribe, está amante de viajar. Sin embargo, ayudar a los miembros de la iglesia a respetarse los unos a los otros y llegar a ser socios en el ministerio de la iglesia es lo que la impulsa.
En el apremio para el Día de Énfasis de Prevención del Abuso del 23 de agosto, Small habló a ANN sobre la responsabilidad de la iglesia de convencer a cada miembro de que el abuso está desorbitado, no importa la cultura o cómo uno ha sido criado. Y, ella explicó que aunque la iglesia no está equipada para manejar totalmente el abuso, puede y debería servir de conducto, conectando a las mujeres con las agencias locales de consejería. Extractos:
Red de Noticias Adventista (ANN): Desde que la iglesia adventista estableció el Día de Énfasis para la Prevención del Abuso, ¿Qué se ha tratado en forma específica?
Heather-Dawn Small: Nos hemos enfocado en el abuso infantil y la violencia doméstica, particularmente, el abuso entre esposos, lo cual es un gran problema en la iglesia. Durante los primeros años, la mayor parte de lo que enfatizamos fue crear conciencia del abuso en general. Ha sido sólo en los años recientes que hemos empezado a tratar muy específicamente con tópicos tales como Abuso de Poder, que es el tema de este año.
ANN: ¿Son sus esfuerzos bien aceptados?
Small: Hemos tenido, generalmente, una reacción muy buena. Todavía existen aquellas personas que piensan, 'Bueno, ¿necesitamos realmente tratar esto en la iglesia?' o '¿Tenemos que presentar esto en sábado?' Sin embargo, esta actitud se está volviendo menos común. Es más bien como que hace tiempo que debió haberse hecho, que la iglesia pueda tener en la actuaidad un día de prevención al abuso y que los materiales puedan ser provistos.
ANN: Usted viaja extensamente. ¿Dónde encuentra usted que el mensaje contra el abuso en la iglesia debe mayormente enfocarse y cuales tácticas parecen ser más efectivas?
Small: Acabo de regresar de Uganda y Kenia. En África, definitivamente, hay mucho progreso. Por la cultura en algunos de estos países, el abuso, hasta cierto punto, es casi relacionado un «derecho» del esposo. Yo sé que el Caribe, de donde yo vengo, esto fue un problema por mucho tiempo. No lo es ahora, pero tomó años y años para reversar esa forma de pensar. En países donde esta forma de pensar es aún dominante, la iglesia está uniéndose con el gobierno y otras iglesias para dialogar en contra de esto y lanzar programas que puedan esparcirse a través de la comunidad, no sólo con la iglesia. Es mucho más efectivo que tratemos de realizar algo por nosotros mismos. Si existe un programa en la comunidad o una iniciativa del gobierno contra la violencia doméstica ya existente, ¿por qué no unirnos a ellos?
ANN: ¿Qué tomarías en cuenta como uno de los desafíos mayores que la iglesia enfrenta al trabajar para terminar el abuso?
Small: Es poco lo que se puede hacer para, en forma inmediata cambiar el pensar de los varone y aún, en ocasiones, el de las hembras. Al seguir hablando sobre la prevención del abuso, las actitudes cambian lentamente. Tú entiendes, no sucede de la noche a la mañana. Algunos pueden pensar, 'Bueno, está bien, hemos hablado sobre el abuso', y luego lo olvidamos. Pero, sólo cuando reiteramos nuestro mensaje y lo mantenemos en la línea de avanzada es cuando las cosas empiezan a cambiar.
ANN: ¿Cuán abarcante es el mensaje de la iglesia contra el abuso? ¿Hay límites a lo que la iglesia puede lograr?
Small: Nuestro blanco es crear ambientes donde la mujer se sienta segura expresándose. Pienso que es uno de las funciones que el Departamento del Ministerio de la Mujer llena — un lugar donde la mujer puede sentirse segura acercándose a un líder o a otra mujer y decir, 'Escucha, yo tengo un problema'. Esto me ha pasado un sinnúmero de ocasiones mientras he viajado, y siempre trato de conectar a estas mujeres con una trabajadora social a través de la directora del Ministerio de la Mujer local. Como iglesia, no estamos equipados para bregar apropiadamente con el abuso mismo, aunque estamos creando conciencia al problema. Esta es la razón porque tenemos que asociarnos con agencias legales y consejerías establecidas en la comunidad.
ANN: La iglesia no cita el abuso como una razón válida para el divorcio. ¿Cómo aconsejas a la mujer que está en peligro y en situaciones sin solución?
Small: Siendo esposa de pastor por tantos años, y dirigiendo ahora el Ministerio de la Mujer, la preocupación inmediata es el bienestar de la mujer y sus niños. En muchos casos, la mujer tiene que escapar. Por supuesto, el desafío es que si no hay refugios, ¿hacia dónde escapa? Los miembros de iglesia algunas veces tienen miedo de ofrecer sus propios hogares por miedo a que el esposo venga y les haga daño también. En algunas ocasiones la iglesia puede ayudar a reubicar la mujer. Reconozco que la pregunta sobre el divorcio puede volverse un tanto complicada, y mientras no lo considere como una opción inmediata, no voy a descartarla por lo que hay mujeres que han decidido por el divorcio cuando sus esposos rehúsan ser ayudados. Pero nuestra preocupación inmediata es que la mujer pueda lograr salir del ambiente si es dañino o peligroso.
ANN: Tú has dicho que es difícil cambiar actitudes arraigadas hacia el abuso. ¿A qué edad pueden los niños comenzar a aprender patrones de conducta apropiados para que así las nuevas generaciones puedan, esperanzados, revertir el pensar antiguo?
Small: En Sud América, la iglesia tiene un programa orientado a los niños de nivel elemental. Ellos crean personajes e historias con cuadros que capacitan a los niños sobre el abuso infantil y la violencia doméstica. Hay materiales disponibles, personas que van a las escuelas disfrazados como estos personajes — ellos cantan, actúan, bailan y los niños aprenden a cómo respetar a otros y cómo respetarse a sí mismos. Su tema ahora mismo es el abuso a los envejecientes. Visité a Brasil al comienzo de este año, y me asombré por lo bien pensado que es el programa. Y, cuando comenzamos con los niños, estamos viendo las próximas generaciones que se avecinan. Cuando ponemos en sus mentes la importancia al respeto por los demás y asimismos, pienso que ese mensaje va a permanecer con ellos, y está impactando a los padres también.
ANN: ¿Has notado algún factor que pareciera influir hacia la actitud del abuso?
Small: La posición social y los niveles de educación, desafortunadamente, no significan nada, sea que se trate del abusador o del abusado. Este es por lo tanto, un grand desafío. Nos gustaría poder decir que el nivel educativo cambia las cosas, que las personas comienzan a ver que es incorrecto, pero no vemos que eso este sucediendo.
ANN: Para materiales de recursos del Día de Énfasis para la Prevención del Abuso,tú mencionaste que, actualmente, afinas tópicos específicos de abuso en vez del tratamiento tipo sombrilla de anteriores. ¿Qué temas tienen que ser tratados aún?
Small: Aunque hemos hablado del abuso infantil, no hemos señalado en forma particular el abuso sexual de los niños. Creo, sin embargo, como tú puedes verlo en las noticias, que este es un problema enorme. Igual, cuando hemos hablado del abuso entre esposos, no hemos hablado del abusador. Creo que eso es algo con lo que tendremos que tratar. ¿Sólo condenamos a esas personas o aún las concideramos hijos de Dios? Después que se ha tratado el abuso mismo, después que la ley y los trabajadores sociales han sido involucrados, ¿procuramos rehabilitar al abusador? También necesitamos averiguar qué es lo que causa que una mujer joven se mangenga con un hombre que es abusivo, aún antes de casarse. Estamos descubriendo que una buena cantidad de violencia doméstica empieza mucho antes de llegar a los votos matrimoniales. Necesitamos preguntarnos ¿cómo podemos ayudar a las mujeres con edad de casarse para que hagan la elección correcta y que se vean a ellas mismas como dignas de algo mejor?
–Red de Noticias Adventista (ANN)