Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, 15 de octubre de 2009…Mark A. Kellner, Editor de Noticias, Revista Adventista/Red de Noticias Adventistas

Una serie de revisiones propuestas para el Manual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el cual delinea una comprensión adventista de la vida cristiana y el gobierno de la iglesia, fue aprobado por los delegados al Concilio Anual esta semana.

Se espera que los cambios, muchos de ellos aclarando o ampliando diversos terminus y condiciones de membresía o gobierno de la iglesia, sean presentados a los delegados a la 59ª Sesión de la Asociación General –la reunión quinquenal de negocios de la iglesia –en Atlanta, Georgia el próximo verano.

Hasta entonces, la edición actual del Manual de la Iglesia, ratificada en la última sesión en San Luis, Missouri, en 2005, permanece en efecto.

Algunos de los cambios editoriales y adiciones incluyeron lenguaje que limitaría la “responsabilidad legal ascendente”, algo que ocurre en organizaciones sin ánimo de lucro tales como la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuando una organización es tenida como responsable por compromisos financieros de otra organización. Otros cambios incluyen el uso de la versión New King James de la Biblia cuando es citada en el manual; la notificación de los miembros cuando ha terminado un período de censura, y el énfasis en que cada iglesia debe tener una junta directiva.

Sin embargo, asuntos un tanto controversiales que tienen que ver con la ordenación de diaconisas y si un presidente de campo local “debe ser” o “deberá ser” ordenado como pastor, esperarán para ser resueltas en una reunión especial del Comité Ejecutivo de la iglesia el 23 de junio de 2010, un día antes de que inicie la sesión. Los asuntos fueron transferidos para ese momento a fin de permitir discusión adicional y la resolución de dichos asuntos. El objetivo, dijo Jan Paulsen, presidente de la iglesia mundial, es asegurar que el Manual de la Iglesia y las “Pólizas” del movimiento estén sincronizadas.

“Tenemos muchas mujeres en nuestra iglesia que hacen una enorme contribución al liderazgo de nuestra iglesia”, dijo Paulsen a los delegados el 13 de octubre. “Las tenemos a ellas en muchas asignaciones diferentes, en muchas partes del mundo. Y yo diría que sin el comprometido apoyo de las mujeres –quienes constituyen más de la mitad de la feligresía de la iglesia—la iglesia se vería seriamente paralizada en sus actividades de extensión, y su flexibilidad para atender las necesidades de la congregación”.

Paulsen añadió que, como líderes de la iglesia, enviar las “señales apropiadas” y hacer las “provisiones correctas” en los documentos de la iglesia es “extremadamente importante”.
En sus sesiones de la Asociación General de 1990 y 1995, la iglesia consideró el asunto de la ordenación de la mujer, concluyendo en ambas ocasiones en no hacerlo.

Aunque el tópico no está en la agenda planeada para la sesión de julio de 2010 en Atlanta, algunos delegados provenientes de Europa, Norteamérica y Australia han expresado periódicamente su esperanza de que surja un plan que permita a sus regiones de la iglesia seguir adelante con la ordenación de las mujeres al ministerio.

Únicamente en China, donde la ordenación es una función tanto de la autoridad adventista regional como del Movimiento Patriótico de Tres Autonomías, se han ordenado oficialmente mujeres al ministerio pastoral adventista.

La declaración de Paulsen, y un voto para anular un cambio de terminología acerca de los presidentes de campos locales, de “deben ser” a “deberán ser” ordenados, pendiente por revisión adicional, vinieron después de una tarde de debate acalorado, con delegados alineándose a cada uno de los lados del asunto. Aunque delegados de Norteamérica, incluyendo al presidente regional Don Schneider y al presidente de la Unión del Pacífico Ricardo Graham, notaron que una mujer sirve actualmente como secretaria ejecutiva del campo local, “llegará el momento cuando ella será considerada para ser presidenta del campo local”, otros estuvieron en desacuerdo.

Allah-Ridy Kone, presidente de la Unión Africana Central, hizo un llamado a la “unidad en la iglesia” y expresó que no hay fundamento bíblico para la ordenación de la mujer. Bert Haloviak, archivista de la iglesia, declaró que Elena White, una de los fundadores de la iglesia, interpretó Isaías 61:6 –“Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados”–como aplicándose igualmente para mujeres y hombres.

“En algunas partes del mundo, la ordenación es Buena para nuestras iglesias. En otros lugares, la ordenación no es buena para nuestras iglesias. Yo les pido que no hagan que esto se convierta en un problema”, dijo Paulsen a los delegados.

Con el asunto de la ordenación momentáneamente puesto a un lado, otros cambios propuestos para el Manual de la Iglesia siguieron adelante y fueron ubicados en la agenda para la sesión de la Asociación General para el próximo verano.

Image by ANN. Ray Dabrowski/Red de Noticias Adventistas

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