21 de septiembre, 2010, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos … Ansel Oliver/ANN
Cuando la Iglesia Adventista del Séptimo Día se prepara para conmemorar el 150 aniversario desde la adopción de su nombre como organización el 1 de octubre, los líderes están urgiendo a los miembros a reflexionar tanto en el significado del nombre como en el impacto que han hecho en su comunidad a nivel local.
Fue en 1860 que los pioneros reunidos en Battle Creek, Michigan, escogieron el nombre para un movimiento que contaba con 2,500 adherentes en las regiones nororiental de Estados Unidos y sudoriental de Canadá. Hoy, el movimiento cuenta con más de 16 millones de adultos bautizados y opera la red protestante más extensa de escuelas y hospitales en todo el mundo.
Respecto a la selección del nombre, Elena G. White, cofundadora de la iglesia adventista, escribió más tarde, «El nombre Adventista del Séptimo Día presenta los verdaderos rasgos de nuestra fe y convencerá la mente incisiva».
«Séptimo día» se refiere al día de adoración de la organización, tomado del cuarto mandamiento del libro de Éxodos. «Adventista» se refiere a la Segunda Venida de Jesús, o la Segunda Venida.
«Creo que el nombre ha sido usado a través de los años de forma muy positiva porque sus miembros han decidido marcar una diferencia aquí y ahora en anticipación de la Segunda Venida», dijo Jim Nix, presidente de la junta de Adventist Heritage Ministry, una corporación de la iglesia que preserva los sitios históricos de la organización.
Nix, que organiza la conmemoración del aniversario, dijo que espera que los miembros emplearán tiempo el sábado 2 de octubre reflexionando en lo que significa continuar el legado del nombre que escogieron los líderes en 1860. Además, él está urgiendo a los miembros a considerar qué diferencia está marcando el nombre en su comunidad
«Temo que si algunas iglesias adventistas cerraran, nadie lo extrañaría», dijo Nix. «Para algunas personas podría no agradarles esa conclusión, pero si ese es el caso, tal vez, pueden pensar en lo que pueden hacer para marcar una verdadera diferencia en sus localidades».
Aunque el nombre vino para describir la iglesia, originalmente fue escogido para el trabajo de publicaciones de comienzos del movimiento. En 1860, los dirigentes llamaron a una reunión la cual atrajo a 25 ministros, con James White, cofundador de la iglesia, urgiendo la formación de una organización que pudiera ser propietaria legal de una casa publicadora. Sin un nombre legal, sin embargo, podía lograr poco.
Muchos favorecían «Iglesia de Dios», incluyendo a White, pero algunos pronto estimaron que el nombre era presuntuoso. Además, otros movimientos ya estaban usando ese nombre.
David Hewitt, un residente de Battle Creek, introdujo entonces y formalmente propuso el nombre «Adventista del Séptimo Día», que llegaría a identificar no sólo el trabajo publicitario, pero al propio movimiento.
Nix dice que se siente orgulloso de pertenecer a un movimiento de 150 años. «Uno va a la reunión de familia y todos se apellidan Jones o Smith y uno se siente orgulloso. Todos somos adventistas del séptimo día, y ese es mi apellido espiritual de familia», dijo él.
«Esta iglesia ha logrado algunas grandes cosas durante los pasados 150 años. Aprovechemos este aniversario para pensar en cómo podemos hacer más», dijo Nix.
Para más información, visite www.150sda.org
Traducción: Aleida Romero