9 de octubre, 2010, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Mark A. Kellner, Adventist Review

Cuando la iglesia adventista del séptimo día celebra el aniversario 150 de la adopción de su nombre por la entonces naciente organización de creyentes reunidos en Battle Creek, Michigan, el presidente de la iglesia adventista, Ted N. C. Wilson exhortó a los miembros para que «recuerden su nombre», por el cual el movimiento mundial es conocido.

Dios sabía que su pueblo remanente necesitaba un nombre distintivo que lo identificaría como «los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo», según se indica en Apocalipsis 12:17, dijo Wilson a la congregación de un abarrotado auditorio de la iglesia de la sede el sábado, 9 de octubre. «La selección del nombre ‘adventista del séptimo día' siguió después que los pilares de nuestra fe – nuestras creencias – habían sido establecidas a través de intensivo estudio y consagradas oraciones», agregó él.

El mensaje de Wilson, el cual también fue difundido mundialmente por el servicio satelital del canal oficial de la iglesia, Hope Channel, fue la presentación principal del sábado realizada durante el Concilio Anual, una reunión del comité ejecutivo de la iglesia en el cual se toman decisiones de embargadora. Aunque la recién concluida Sesión de la Asociación General en Atlanta, Georgia, logró mucho de la agenda de la iglesia, las reuniones del Concilio Anual son discusiones importantes de la administración de la iglesia y asuntos relacionados con el personal.

Recapitulando el tema a través de su sermón, Wilson destacó el significado único y la importancia del nombre Adventista del Séptimo Día.

El dijo: «¡Cada vez que lo dices, predicas un sermón!»

«Cuando usted comparte con el publico por escrito o al hablar, no sólo hable de usted como un ‘adventista' o – si está hablando en inglés – no se esconda detrás de la abreviación ‘SDA'. Cada vez que usted dice, yo soy adventista del séptimo día, usted está predicando un sermón. Jamás, nunca, se avergüence de nuestro nombre! Cuando nuestra iglesia empezó, cantidad de nombres fueron sugeridos y considerados, pero cuando el nombre ‘Adventista del Séptimo Día' fue discutido, Dios impresionó a los líderes de la iglesia de que ese era el mejor nombre», agregó Wilson.

El nombre de la iglesia, Adventista del Séptimo Día, «es muy distintivo», dijo Wilson. «El séptimo día se refiere al poder de Dios al crear esta tierra en seis días literales, consecutivos, uno después del otro, días de 24 horas y coronándolo como un monumento de esa creación, el séptimo día sábado. Eso nos recuerda que somos una creación directa de Dios y no una anomalía de la casualidad de un proceso impersonal evolutivo».

Abundando más en el significado del nombre de la iglesia, Wilson destacó, «'Adventista' no dice a dónde vamos. Estamos esperando el inminente retorno de nuestro Señor Jesucristo, y miramos hacia ese evento como la culminación de toda la historia de la tierra. El regreso literal de Cristo, la bienaventurada esperanza, es el gran objetivo y blanco de cada adventista del séptimo día».

«El poderoso nombre enviado del cielo, ‘Adventista del Séptimo Día', es un sermón de dos palabra de esperanza», declaró Wilson. «Señala a Dios como el autor y consumador de nuestra fe. Ensalza a Cristo en toda su belleza. Proclama el tema de la gran controversia desde el principio hasta el fin».

Al mismo tiempo, dijo Wilson, «Tan gozoso como es reconocer que Dios nos ha sostenido todos estos años, tal evento debería generar un cierto grado de incomodidad y más que una pequeña disonancia cognitiva en nuestra mente. Piense a cerca de esto. ¿Cómo puede un movimiento, cuya única misión es preparar al mundo para la pronta venida de Jesús, regocijarse en el 150 aniversario de su distinguido nombre? ¿Cuántos aniversarios más debemos conceder? ¿Por cuánto tiempo más continuará este movimiento antes que regrese el Señor?»

«Ahora es el tiempo de nosotros ser la voz humana de Dios, llamando a la gente a salir de la Babilonia espiritual, según se indica en Apocalipsis 14 y 18. En una cultura inmersa en el pluralismo, el relativismo, el humanismo y hedonismo, Dios ha llamado a los adventistas del séptimo día para que sean una contracultura, un movimiento del fin en el cual cada miembro – con una confianza humilde, semejante a la de Cristo – está dispuesto a abogar por lo correcto, aunque se desplomen los cielos», dijo Wilson.

Para lograr eso, agregó él, «Urjo a cada uno de nosotros en la iglesia adventista del séptimo día a unirse a través del poder del Espíritu Santo para terminar la obra que se nos ha confiado. Avancemos juntos, cada cual trabajando en un esfuerzo unido, tanto la iglesia organizada, sus instituciones y otras entidades y los ministerios de apoyo, muchos de los cuales pertenecen a esa maravillosa organización llamada ASI, que trabaja lado a lado con la estructura oficial de la iglesia», dijo él, refiriéndose a Adventist-laymen's Services and Industries (Servicios e Industrias de Laicos Adventistas, SILA).

Un centro de atención clave del sermón de Wilson fue la Sesión de la Asociación General de 1901 en Battle Creek, Michigan, y el fracaso de la iglesia de esa ocasión en recibir la lluvia tardía del Espíritu Santo, el cual Elena G. White, una pionera cofundadora del movimiento, creyó que Dios quería impartir. Refiriéndose de nuevo a su visión de 1903 respecto a ese tiempo, Wilson citó a Elena G. White diciendo que fue un fracaso del liderazgo no humillarse a sí mismo delante de Dios.

«Sólo puedo dirigir cuando caigo a los pies de la cruz y cuando empleo tiempo en forma personal con Jesús y su palabra», agregó Wilson. «No tengo la sabiduría ni la habilidad para dirigir a menos que la reciba de Cristo. Hoy, quiero confesar delante de ustedes, y mi Dios, mi orgullo y arrogancia, mi egoísmo, mi negligencia en emplear suficiente tiempo necesitado con Dios en oración y estudio de la Biblia y del Espíritu de Profecía», dijo él, refiriéndose a la compilación de los escritos de Elena White. «Les confieso mi envidia y preocupación sólo por mí mismo. Les pido perdón como mis compañeros líderes. Quiero hacer la voluntad de Dios. Quiero humillarme delante de Dios, quiero orar y buscar su rostro. Necesito el poder de la lluvia tardía en mi vida. ¿Se me unirán ustedes?

Se espera que las reuniones de negocio del Concilio Anual se reanuden el 10 de octubre en la mañana, con un énfasis sobre evangelización y testificación.

Click here pulse aquí para un texto completo del sermón de Wilson en PDF en inglés.

Traductor: Aleida Romero

Image by ANN. Ansel Oliver/ANN

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