9 de abril, 2011 – Tuxla Gutiérrez, Chiapas, México…[Raúl Lozano/DIA]
Es sábado de mañana, y los miembros de Templo Auditorio Advenista del Séptimo Día de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, se apresuran para el servicio de adoración de Ministerios Familiares a las 8 a.m.. Se reunen en la iglesia para la «Hora del Poder«, un programa rico en alabanza y oración.
Juntos leen una lectura escogida comparten sus bendiciones de la semana. Nadie se escapa temprano, porque la mejor parte está al final: una de las familias se lleva la Biblia de la iglesia al hogar.
Los líderes recién elegidos del Ministerio de la Familia para Templo Auditorio decidieron tratar algo nuevo. Surgieron un proyecto titulado, «Con el poder de su palabra», el cual comenzó en octubre pasado. El objetivo principal del proyecto fue promover el estudio de la Biblia y la conexión con Dios a través de la oración, que los lleve a un reavivamiento en la iglesia.
El proyecto envuelve familias leyendo dos capítulos de la Biblia por día durante la semana, y dos capítulos en la iglesia durante la «Hora del poder». Otras actividades planeadas incluyen un retiro espiritual con todas las familias, seminarios para parejas jóvenes, y un seminario profundo para analizar los capítulos de la Biblia leídos cada dos meses.
«Compramos una Biblia nueva que circulara entre las familias de la iglesia y, cuando lanzamos el proyecto, invitamos a cualquier familia que se llevara la Biblia a su hogar y leyera dos capítulos al día», dijo Israel Jiménez, director de ministerios de la familia de la iglesia Templo Auditorio Adventista. «En la actualidad, después de cuatro meses, cada sábado en la mañana preguntamos qué familia desea llevarse la Biblia. Por lo general hay cuatro o cinco familias solicitándola».
Cuando se escoge la familia, sus miembros comparten cualquier otra solicitud particular por la cual quieren que la iglesia ore durante la semana. La siguiente semana durante la «Hora del poder«, la familia regresa la Biblia y comparte con los miembros de la iglesia las bendiciones que disfrutaron durante la semana.
«[Hemos tenido] a una niña que se apegó tanto a la Biblia de la iglesia que no quería que sus padres la regresaran el siguiente sábado, o a un padre llorando en agradecimiento a Dios mientras hacia el recuento de cómo el Señor aumentó… sus ingresos porque la familia decidió comenzar el día leyendo la Biblia», expresó Jiménez.
La familia Reynoso tuvo un reavivamiento espiritual cuando se llevó la Biblia el año pasado. Con tristeza, ellos habían descuidado su vida espiritual, pero al regresar del retiro espiritual de Ministerios de la familia, tomaron la decisión de solicitar la Biblia. Tuvieron su servicio de adoración familiar en la mañana con sus dos niños, cantando y leyendo la porción escogida de la Biblia. Cuando llegó el tiempo de regresar la Biblia, expresaron la paz y el despertar espiritual que tienen ahora.
«En cinco años como miembros de iglesia, nunca nos habíamos sentido tan confiados – estamos protegidos en los brazos del Señor», dijo el señor Reynoso.
Luis Aguilar comparte una historia similar: «Cuando comencé a leer la Biblia a las 5 a.m. con mis niños, sentí el amor de Dios. Vi con claridad que el Señor quiere que tanto yo como mi familia seamos fieles. Como dueño de un taller de reparación de autos, decidí leer la Biblia con mis empleados antes de empezar nada. Las bendiciones del Señor comenzaron a llover a cántaros. Entonces di un paso más e hice una promesa de regresar al Señor un cierto porcentaje de todas las ventas. Después de hacer esto por tres meses, estoy sorprendido. «¡El Señor es bueno en realidad!».
Ministerios de la familia en Templo Auditorio mantiene el momentum viendo los mensajes de correo eléctrónico donde el director comparte pensamientos devocionales, hace la lista de solicitudes de oración, y le recuerda a la iglesia del programa de lectura y eventos futuros.
«El objetivo de los correos elctrónicos es ayudar a los miembros de la iglesia a caminar estrechamente con el Señor a través de la oración», Dijo Jiménez. «Pero, también estamos cosechando paz con Dios y reconciliación entre nosotros mismos. Tal paz y afirmación espiritual son los frutos que pueden obtener todos los que emplean tiempo en la comunión con Dios».
Traductora: Aleida T. Romero
