7 de marzo de 2012, Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Mark Kellner, Adventist Review
Más de una década de tenaz persistencia por una Academia Adventista del séptimo día en Fort Worth, Texas, Estados Unidos, podría haber ayudado a otra escuela parroquial – esta vez una institución judía ortodoxa – ganar un torneo reprogramándose para mover un juego del sábado bíblico, que los judíos y los adventistas observan.
Frente a una demanda federal presentada por tres padres y tres estudiantes de la escuela de Houston, la Asociación Texana de Escuelas Privadas y Parroquiales (TAPPS siglas en inglés), dijo que cedería y reprogramaría un juego semifinal fuera de horas de sábado. Esto permitiría a los estudiantes de la Academia Robert M. Beren, la escuela ortodoxa judía competir.
La demanda, que incluye el Distrito Escolar Independiente de Mansfield (Texas), programado para auspiciar la competencia, alega discriminación religiosa por parte del acusado, que está prohibido por las leyes de los derechos civiles.
Annise Parker, alcaldesa de Houston y el senador John Cornyn, estaban entre quienes pidieron a TAPPS para auspiciar, indicaron informes de prensa.
«A diferencia de muchas personas, TAPPS cumple la ley y nosotros cumpliremos», dijo el director ejecutivo de TAPPS, Edd Burleson al Houston Chronicle, que fue uno de varios medios nacionales que cubrieron la historia, junto con ESPN.com y The New York Times.
La cuestión del sábado ya Burleson la había enfrentado antes, a partir de 2001. Cuando la Academia Adventista Burton, ubicada en Arlington, Texas, un suburbio de Fort Worth, tenía «un muy buen equipo de baloncesto,» recuerda el director atlético de la escuela, Kevin Klein.
A pesar de que el equipo de Burton tuvo una temporada de 17-3 y ganó el acuerdo de las otras escuelas programado para la postemporada de ese año, TAPPS fue categórica: las reglas eran las reglas, y a menos que el equipo de Burton jugara, sería perder el juego. La escuela se resistió, lo cual debe haber decepcionado a los estudiantes.
Lo mismo ocurrió en 2004, agregó. La escuela tuvo un gran año, eran juegos finales obligados, pero sus sueños dorados fueron desvanecidos por TAPPS, a pesar del apoyo de la comunidad y de los medios de comunicación locales.
«Los muchachos merecen lo que ganan», explicó Klein en una entrevista telefónica con la Revista Adventista. «Si ganaban la oportunidad para jugar en el campeonato estatal, déjenlos jugar para eso».
Para la temporada de fútbol del otoño de 2010, sin embargo, había una grieta en el muro de TAPPS: si la Academia Adventista de Burton aseguraba, y pagaba, un sitio alternativo para la final de fútbol se había programado para el sábado, TAPPS los acomodaría. La escuela cumplió, pero el equipo perdió su partido semifinal, dejándolos fuera del juego del campeonato.
Klein y la escuela lo vieron como una victoria: aquí estaba una apertura para los observadores del sábado para competir con otras escuelas privadas y parroquiales, permaneciendo fiel a sus creencias. Una situación similar ocurrió en 2011 con el equipo de baloncesto de Burton: la escuela hizo arreglos para cubrir gastos de reprogramación, pero perdió un partido de semifinal.
Aún así, el creciente impulso para los estudiantes de Burton, ahora acompañado de la atención nacional al caso de la Academia Beren, puede conducir a un cambio real por el liderazgo de TAPPS.
«Teniendo nuestro equipo esa oportunidad realmente fue una parte fundamental de esto,» dijo Klein, antes de salir para ver el juego del equipo Beren jugar un juego pre-sabático. «Me emociona que sucedió».
El entrenador del Beren, Chris Cole estuvo de acuerdo: «Todo lo que pedimos fue una oportunidad y la conseguimos,» le dijo a http://www.espn.com/
Traducción: Aleida T. Romero