4 de octubre de 2012 Brasilia, Brasil ASN /ANN
Los editores adventistas de dos casas editoras de Sudamérica están integrando su ministerio de las comunicaciones.
Más de cuarenta editores de la Casa Publicadora Brasileña ubicada en San Pablo (Brasil) y de la Casa Editora Sudamericana de Buenos Aires (Argentina) se reunieron en Brasilia el mes pasado con motivo del primer consejo de editores en más de dos décadas.
El evento reconoció el trabajo de los editores, alentó la colaboración entre las dos casas editoras y brindó recursos y oportunidades de trabajo conjunto, dijeron los líderes de la iglesia.
“Los editores siempre están ofreciendo tanto a la gente, pero no siempre reciben el apoyo que necesitan a cambio de ello”, dijo Erton Kohler, presidente de la Iglesia Adventista en Sudamérica.
Numerosos editores adventistas destacados dirigieron presentaciones durante la conferencia. Bill Johnsson, ex editor de Adventist Review y de Adventist World, compartió lecciones que aprendió durante su carrera como escritor y editor, que abarcó varias décadas. El historiador de la iglesia, escritor y editor George Knight ofreció ejemplos de los primeros pioneros de la iglesia que ayudaron a dar forma al ministerio adventista de las comunicaciones.
Alberto Timm, director asociado del Patrimonio White y Wilmar Hirle, director asociado de Ministerios de Publicaciones de la Iglesia Adventista mundial, se refirieron a los principales desafíos culturales y eclesiológicos que enfrenta actualmente la iglesia, y la manera en que los editores pueden ofrecer claridad y contexto en ese ámbito.
Para Almir Marroni, uno de los vicepresidentes de la División Sudamericana, la conferencia sirvió para motivar a los editores, quienes, explicó, juegan una función clave en la preparación del mundo para la segunda venida de Cristo.
“La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce la importancia del ministerio de los que fueron llamados por Dios para comunicar el evangelio por medio de la palabra escrita en los últimos días de la historia”, dijo Marroni.
Traducción de Marcos Paseggi