7 de noviembre de 2012 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos….Informe de Mark Kellner, Adventist Review

Los líderes de la División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (NAD) votaron una asignación asistencial de emergencia de 500 mil dólares para ayudar a las víctimas del Huracán Sandy, que azotó la región nororiental de los Estados Unidos el mes pasado. Este próximo 10 de noviembre se espera llevar a cabo la recolección de una ofrenda especial en las congregaciones de todo el territorio que podría reunir otros 500 mil dólares para ese objetivo.

La medida fue aprobada el pasado 4 de noviembre, cuando más de trescientos delegados y líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se reunieron en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos), en ocasión de la sesión anual de la Junta Directiva de la División Norteamericana.

El pastor G. Alexander Bryant, secretario ejecutivo de la División Norteamericana, observa mientras el pastor Dan Jackson, presidente de la División Norteamericana, anuncia el voto de donar 500 mil dólares para ayudar a las víctimas del Huracán Sandy, en la región nororiental de los Estados Unidos. La decisión fue tomada el pasado domingo 4 de noviembre, durante la sesión anual de la Junta Directiva de la División Norteamericana en Silver Spring (Maryland, Estados Unidos). Imágenes de Dan Weber/NAD

Dan Jackson, presidente de la División Norteamericana, dijo a los delegados que la división estaba “recurriendo a dinero de sus reservas” para financiar este esfuerzo. Y añadió: “Creo que eso muestra lo que estamos tratando de expresar. Estamos apresurando todo el proceso”.

La decisión se produjo en respuesta a los emotivos llamados de ayuda por parte de los líderes de la iglesia de la región afectada: “Les hacemos un llamado para que hagan todo lo que puedan para aliviar el sufrimiento”, expresó ante los delegados Daniel Honoré, presidente de la iglesia en la Asociación Nororiental, con sede en Long Island (Nueva York, Estados Unidos).

Después de estar sin electricidad o calefacción durante casi una semana antes de llegar a Maryland para la sesión, Honoré dijo que la tarea de ayudar a los habitantes de la zona constituye una preparación óptima para NY13, los esfuerzos misioneros que la Iglesia Adventista ha planificado para el próximo año en la región metropolitana de Nueva York.

“Creo que hay personas que jamás se van a acercar a nuestras reuniones solo porque les enviemos un folleto por correo”, dijo Honoré, “pero ahora tenemos una oportunidad de alcanzar a las masas de Nueva York por medio de nuestra bondad y nuestro amor. Si creemos realmente que NY13 puede ser un gran éxito de la evangelización, salgamos a satisfacer las necesidades de la gente, y hagámonos de amigos en esta región metropolitana de manera que, cuando vayamos allí a predicar el evangelio, miles de personas se hagan presentes”.

En la sesión anual de la Junta Directiva del territorio, el presidente Daniel Jackson hizo un llamado en el sermón del pasado sábado a que las iglesias sean más “inclusivas”.

“Ha llegado el momento de que el pueblo de Dios tome muy en serio” la comunión con otras personas, dijo Jackson.

“En realidad”, agregó el presidente, “la comunión cristiana genuina es el resultado de una conexión con Dios. Tanto ustedes como yo, en efecto, fuimos traídos a la existencia para tener una comunión con Dios. En último término, la experiencia que tenemos con él es lo que nos ofrecemos mutuamente más allá del estilo de vida, la teología, las circunstancias, la raza, o cualquier otra cosa”.

Y añadió: “Una de las cuestiones aquí es que en nuestras iglesias y conferencias a menudo se encuentra ausente la comunión genuina […]. Esa comunión no es vista o experimentada en la manera en que tratamos a los que se muestran en desacuerdo con nosotros, en la forma en que nos tratamos unos a otros en el hogar, la escuela, la iglesia y el lugar de trabajo. Esto nos está matando, porque lleva a que las personas se cierren”.

Daniel Honoré, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la Asociación Nororiental, explica cuáles son las necesidades de las personas afectadas por el Huracán Sandy, y las posibles maneras en que la iglesia puede colaborar.

Un par de días después, Jackson repasó las visitas que había llevado a cabo durante el último año, visitas que, afirmó, reflejaron la vitalidad y la diversidad de la división. Al mismo tiempo, expresó, la “división madre” de la Iglesia Adventista mundial está enfrentando desafíos, que el presidente del territorio pasó a enumerar. Entre ellos, destacó varios objetivos para la región, como por ejemplo redoblar los esfuerzos de aumentar el número de alumnos en las escuelas adventistas.

Larry Blackmer, vicepresidente de educación de la División Norteamericana, dijo que la división buscará lanzar una red educacional integrada en línea, que ofrecer capacitación a los jóvenes adventistas, a los que son educados en sus hogares o asisten a instituciones educativas no adventistas, así como cursos de nivel universitario y de educación continua para pastores, obreros de la iglesia y voluntarios.

Blackmer dijo que la división estaba lista para lanzar “una plataforma de ‘Educación para todos’”. Estamos listos para comenzar a brindar la capacidad de conectar a esta iglesia como nunca antes”.

Otro vicepresidente de la División Norteamericana, R. Ernest Castillo, informó de los planes misioneros de la iglesia a los grupos de ministerios multilingües, destacando que casi 352 mil miembros de los 1,15 millones de adventistas del territorio provienen de esas comunidades. Castillo añadió que alrededor del 55 por ciento de los bautismos de 2011 provinieron de estos grupos.

Los miembros de la junta también recibieron una actualización sobre los registros de miembros. El secretario ejecutivo Alexander Bryant dijo a los delegados que en promedio, cada día se unen a la Iglesia Adventista de Norteamérica 108 personas.

Bryant dijo que en el territorio hay 1.154.428 adventistas que se reúnen en 5 413 iglesias 773 grupos en todo el territorio, según datos estadísticos hasta el pasado 30 de junio.

G. Alexandar Bryant, secretario ejecutivo de la División Norteamericana, analiza las tendencias de crecimiento en la feligresía adventista durante su informe anual a los delegados.

“Desde 2000, nuestra división ha continuado un aumento creciente de miembros”, dijo Bryant a los delegados. “Cuando ponemos el énfasis en el evangelismo, vemos un incremento del índice de crecimiento”.

El crecimiento neto de la feligresía en la región Norteamericana para el período que terminó el pasado 30 de junio fue de 1,35 por ciento, dijo, lo que significa un ligero descenso de 0,3 por ciento en comparación con el año anterior.

Lo que se suma a este complicado cuadro de la feligresía en la región son las cifras de los miembros perdidos o fallecidos, en comparación con los que se han unido a la iglesia. En el período de seis años (desde 2006 hasta el final de 2011), un total de 240.891 miembros se unieron a la Iglesia Adventista en Norteamérica. A pesar de ello, un total de 130.929 miembros han fallecido, han dejado de asistir a las actividades de la iglesia o han decidido abandonar la iglesia. Es así que, en ese período de seis años, dijo Bryant, la ganancia neta fue de 109.962 feligreses.

Bryant dijo que los datos demográficos de la División Norteamericana muestran que aunque los adventistas de la región están viviendo más, los jóvenes a menudo están “perdidos en acción” en lo que respecta a las actividades de la iglesia. La División Norteamericana tiene “un porcentaje más bajo de miembros jóvenes que otras divisiones”, expresó. Aunque el seis por ciento de la población de los Estados Unidos y Canadá tiene entre 25 y 34 años, informó Bryant, solo el tres por ciento de los miembros adventistas se encuadra en esa categoría.

Otra disparidad —que Bryant afirmó que debería cambiar— es que si bien la feligresía adventista en Norteamérica está compuesta en un sesenta por ciento por mujeres, solo 14 de los 214 puestos ejecutivos de las asociaciones y uniones están ocupados por ellas.

Traducción de Marcos Paseggi

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