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14 de octubre de 2013 – Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Edwin Manuel García/ANN

¿Cómo explicar algunos de los más comunes, pero importantes aspectos de los reglamentos de la denominación y hacerlo interesante para los centenares de administradores de la iglesia que han venido de todo el mundo para el Concilio Anual 2013 de la Asociación General?

El secretario ejecutivo de la iglesia mundial adventista, G. T. Ng, pone un examen a la “clase” durante el Concilio Anual, el 14 de octubre. Altos ejecutivos de la iglesia dictaron una conferencia sobre “Reglamento Operativo 201”, a fin de reforzar los principios de gobierno de la denominación. Imagen por Edwin Manuel García

Imagina que transformas el auditorio de 650 asientos en una supuesta aula universitaria, pones pruebas o exámenes, repartes manzanas y libros como premio y le pides al organista que toque “Pompa y Circunstancia” al final de la clase de 90 minutos de duración.

Como secuela al popular curso inaugural del año pasado, los administradores de la iglesia enseñaron el lunes de tarde el curso GCWP201- Reglamento Operativo 201 de la Asociación General: Conceptos Fundamentales de Organización y Gobierno de la Iglesia.

El propósito central de la sesión fue ayudar a los dirigentes de la iglesia a entender que las reuniones que celebran en su territorio necesitan estar en armonía con los documentos de gobierno de la iglesia.

Traducción por Gloria A. Castrejón
Después del curso, el presidente de la iglesia mundial, Ted N.C. Wilson, tomó el micrófono para reafirmar la importancia de la clase. “Lo que se ha presentado hoy, se viola sorprendentemente en muchas partes del mundo”, dijo. “Deseo que tomen nota en forma muy especial de lo que se ha presentado. Asegúrense de que estamos siguiendo en el correcto camino de comprensión de lo que es el Reglamento Operativo”.

Gran parte del curso, presentado por el “canciller” G.T. Ng, el entusiasta secretario ejecutivo de la iglesia adventista mundial y sus “profesores” Karnik Doukmetzian, el consejero general y Lowell Cooper, un vicepresidente, enfocaron al atención en un solo pasaje contenido en las 900 páginas del libro de Reglamento Operativo, conocido también como el “código de conducta familiar”.

Su tarea era repasar y explicar conceptos básicos y avanzados, algunos de ellos tan sencillos como la estructura de la organización de la denominación: Las iglesias locales responden a las asociaciones y misiones, las cuales responden a las uniones, quien a su vez responden a la Asociación General.

Entre los asuntos más complejos figuraron: Comprender que la denominación tiene una estructura tanto corporativa como eclesiástica. Por ejemplo, la entidad corporativa posee propiedades y tiene responsabilidad fiduciaria ante sus miembros, mientras que la entidad eclesiástica es el brazo “sin ánimo de lucro” que se mantiene unida por el Reglamento Operativo y el Manual de Iglesia.

El libro Reglamento Operativo, de tapa dura y encuadernado en negro, está diseñado para proteger a la organización de un liderazgo autocrático y errático, de toma de decisiones reactivas y de patrones de acción ampliamente distintos. Por otra parte, El Manual de la Iglesia es una guía operativa para las iglesias locales.

Karnik Doukmetzian enseñó la forma como está estructurada la iglesia desde un punto de vista legal. Explicó cómo la mayoría de las actividades de la denominación se llevan a cabo a través de las entidades no incorporadas de la iglesia, que incluyen las uniones y asociaciones. Sin embargo, algunas veces, la denominación enfrenta desafíos, tales como cuando una persona posee alguna propiedad de la iglesia, y cuando muere, los familiares sobrevivientes reclaman legalmente tal propiedad. “Nos hemos metido en algunas dificultades”, reconoció.

Lowell Cooper repasó los ocho elementos clave de la Sección B del Reglamento Operativo: Organización basada en constituyente definido, estatus conferido; representativa y basada en constituyente; autoridad fincada en Dios; distribuida entre todos, sistema de juntas, administración compartida, no presidencial; unidad de entidades; y separación, pero no independencia de organizaciones.

Expresó también los errores comunes cometidos cuando las instituciones de la iglesia se desvían de sus constituciones, estatutos y reglamento operativo, como cuando una junta directiva encuentra que no atendió a tiempo las enmiendas.

“El punto, hermanos y hermanas”, dijo L. Cooper, “es asegurarnos de que nosotros, quienes tenemos los privilegios y responsabilidades del liderazgo en la iglesia, necesitamos de alguna manera demostrar competencia en esta función tan esencial de la vida de la organización, permitiendo que los miembros tengan una voz”.

Y añadió: “El recurso humano más importante en la iglesia es la confianza y, aquellos de nosotros que estamos en liderazgo, podemos actuar en forma que fortalezcamos tal confianza”.

Al final de la clase, el Secretario Ng distribuyó formas de evaluación y tarjetas de informe. Cada estudiante presente recibió como calificación una A+. La tarea para llevar a casa fue familiarizarse mejor con los documentos de gobierno de la iglesia

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