October 12, 2013 – Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Mark A. Kellner/Adventist Review and Ansel Oliver/ANN

Una de las mentes más brillantes de Silicon Valley presentó a cuatrocientos líderes de la Iglesia Adventista mundial el desafío de crear un clima de innovación en cada nivel de la denominación.

Gary Hamel habla con los dirigentes de la Iglesia Adventista el viernes, 11 de octubre.  Imagen por Ansel Oliver.

“Creo que la aspiración es la mejor garantía contra la irrelevancia”, dijo el analista empresarial Gary Hamel en su presentación como parte del programa de capacitación de Educación y Desarrollo del Liderazgo (LEAD), que precedió a la apertura del Concilio Anual de la Iglesia Adventista este 11 de octubre. “Ninguna organización puede superar sus propias aspiraciones”.

Hamel, citado por el periódico The Wall Street Journal como el pensador empresarial más influyente del mundo, animó a los líderes para que sean conscientes del clima cambiante que puede existir entre sus miembros. En general, dijo, la sociedad está cambiando la manera en que ve e interactúa con instituciones tales como la iglesia, lo que hace que a veces esas instituciones sean menos efectivas: “Toda organización exitosa lo es hasta que deja de serlo”, dijo, y añadió: “Como seres humanos, todos somos susceptibles a la negación”.

El programa LEAD es parte de un esfuerzo para que los que toman las decisiones dentro de la Iglesia Adventista mundial puedan acceder a las innovaciones actuales y mejores prácticas en el área de liderazgo.

Hamel es fundador de Strategos, una firma consultora de gestión administrativa internacional. Entre sus libros se destacan “Lo que importa ahora”, una guía para desarrollar organizaciones que florezcan en medio de la incertidumbre y el cambio de prioridades.

Hamel instó a los líderes para que permitan la experimentación y el cambio dentro de los rangos de la organización: “El ritmo de cambio es en último término cuestión de saber cuánta experimentación se está produciendo dentro de la organización”, dijo Hamel. “La tarea de cada líder es asegurarse de que el cambio siempre entusiasme más que no hacer nada”.

Hamel recordó a su audiencia que aunque las verdades divinas son eternas, las estructuras de las organizaciones que comunican esas verdades pueden y deberían adaptarse a los tiempos: “No adoramos la tradición, sino que adoramos un Señor resucitado”, dijo.

A partir de su experiencia como consultor en el epicentro de la industria de alta tecnología de los Estados Unidos, la famosa zona denominada “Silicon Valley” entre San José y San Francisco (California), destacó que Google se esfuerza por llevar a cabo cada año cinco mil experimentos que buscan mejorar la tecnología de búsqueda de la compañía, con la esperanza de que un número significativo de ellos produzca resultados para la compañía.

“Básicamente, toda gran corporación tiene un laboratorio de innovación en Silicon Valley, dijo. “Acaso la Iglesia [Adventista] también necesite un laboratorio de innovación”.

Hamel dijo que aunque la iglesia está comprometida con la redención, la renovación y la reconciliación, hay momentos en los que los programas, los reglamentos o las prácticas establecidos oscurecen el mensaje central.

“La única manera de saber si uno está realmente comprometido es si está dispuesto a sacrificar algunos de esos hábitos, algunas de esas estructuras, en favor de esos compromisos”, dijo.

G. T. Ng, secretario ejecutivo de la Iglesia Adventista mundial, dijo que las presentaciones anteriores que hizo Hamel al departamento de Secretaría motivaron la invitación de dirigirse a los líderes durante el Concilio Anual de este año. Ng dijo que la iglesia puede aprender mucho del mensaje de Hamel.

“La iglesia en sus diferentes niveles podría hacer más para superar la inercia al cambio en términos de metodologías, para maximizar el uso de la tecnología, para mantenerse al ritmo de un mundo de rápidos cambios”, dijo Ng. “Acaso podríamos mejorar la tarea misionera si quitamos o reducimos la burocracia. En la Secretaría, ya hemos dado pasos en ese sentido. Un buen ejemplo es la División del Pacífico Sur, que ha hecho recortes para dedicar más fondos a la misión”.

La conferencia de LEAD se inició el jueves por la noche con presentaciones que hablaron de las investigaciones sobre el mensaje de salud de la iglesia.

Fred Hardinge, director asociado del departamento de Ministerios de Salud, se ocupó de las evidencias científicas que enfatizan el mensaje adventista de salud. Después de citar numerosos estudios que brindan sustento a los diversos puntos, destacó que no alcanza con la educación para la salud.

“Este mensaje no tiene que ser separado del mensaje del evangelio. Algunos de los efectos del mensaje de salud que promueven la buena salud han sido confirmados por la ciencia, pero el científico actual más hábil y perceptivo no puede dar vida a los muertos”, dijo Hardinge. “Jesús es el único que da la vida, y es el único que da la salud”.

Kathleen Kuntaraf, también directora asociada de Ministerios de Salud, analizó la manera en la que los principios de salud de la Iglesia Adventista pueden ayudar a luchar contra las enfermedades no transmisibles. “Dios realmente se interesa por nosotros y nos dio esta prescripción integral por nuestro propio bien”, dijo. “Sin embargo, la lucha entre las buenas y las malas decisiones para nuestra salud es continua”.

Y Peter Landless, quien acaba de asumir como director del departamento de Ministerios de Salud, destacó la importancia para el tiempo del fin que tiene compartir la educación para la salud con el mundo en general: “El mundo está enfrentando desafíos sin precedentes tanto en los países desarrollados como en las economías emergentes, por temas de obesidad, diabetes tipo II, hipertensión, enfermedades relacionadas con el tabaco y enfermedades coronarias. Somos llamados no solo a practicar la temperancia en nuestra vida sino también a compartirla con un mundo quebrantado y moribundo”.

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