September 30, 2013, Silver Spring, Maryland, United States…Ansel Oliver/ANN

Hace diez años, los doctores Oscar y Eugenia Giordano organizaron un consejo consultivo de líderes adventistas en el África, con la misión de desarrollar un ministerio en favor de los millones de enfermos de HIV/SIDA.

Los doctores Oscar y Eugenia Giordano dirigen el X Consejo Consultivo del Ministerio Internacional Adventista sobre el SIDA. Desde que se estableció hace diez años, la Iglesia Adventista ha visto grandes progresos en la toma de conciencia sobre el HIV/SIDA entre sus miembros del África, incluida la disminución del temor y el estigma asociado con la enfermedad. Imagenes por cortesía del AAIM/ANN

La denominación acababa de establecer en el continente una sede para atender los problemas relacionados con el HIV/SIDA y había designado a este dúo de marido y mujer como directores del ministerio. La enfermedad estaba rodeada por la vergüenza, el estigma y la discriminación, y muchos adventistas del África no querían siquiera hablar de ello. Muchos adventistas que tenían HIV morían porque se resistían a hacerse los estudios médicos.

A esa primera reunión asistieron cuatro personas.

“No teníamos nada. No había ninguna red”, recuerda Giordano. “La iglesia no era sensible a este tema. Sentíamos que hasta los que [en la sede central de la iglesia] establecieron la nueva dependencia no comprendían cabalmente el trabajo que había que hacer.

Ahora, una década después, el Ministerio Internacional Adventista del SIDA (AAIM) está coordinando y promoviendo cientos de programas de apoyo sobre el HIV/SIDA para los que viven con la enfermedad en el África subsahariana.

Y el X Consejo Consultivo de este año, que se llevó a cabo hace unos días en Nairobi (Kenia), atrajo a setenta asistentes, todos los cuales trabajan directamente para AAIM como coordinadores en decenas de países y unidades administrativas de la iglesia. Pero más que una asistencia mayor a una reunión, esto simboliza la aceptación de la iglesia de su función de lucha contra la pandemia, dijeron los directivos de la iglesia, y esto brinda recursos a los miembros y los líderes para ofrecer atención y apoyo a los que sufren de HIV/SIDA.

En la última década, la Iglesia Adventista ha establecido más de tres mil programas para ayudar a los afectados por el HIV/SIDA en 26 países.

“Mientras sigamos siendo fieles en responder con compasión a los que necesitados, Dios seguirá proveyendo los recursos necesarios para enfrentar las grandes necesidades que surgen de los efectos de esta pandemia”, dijo Geoffrey Mbwana, uno de los vicepresidentes generales de la Iglesia Adventista mundial. “Hemos visto que Dios ha hecho exactamente eso en los últimos diez años de este ministerio”.

El Ministerio Internacional Adventista sobre el SIDA ha brindado capacitación laboral a enfermos de HIV/SIDA, muchos de los cuales pierden el trabajo en África por el temor y el estigma asociado con la enfermedad. En la fotografía, un sastre trabaja en una calle de Adís Abeba (Etiopía), después de recibir equipos y capacitación por parte de AAIM. 

Es verdad que para el año 2000, ya habían surgido en África varios ministerios relacionados con el HIV/SIDA. Pero muchos dicen que el esfuerzo coordinado por AAIM ha reducido el estigma asociado con el HIV/SIDA, que a menudo puede ser el desafío más grande para reducir la pandemia.

El doctor Peter Landless, director de Ministerios de Salud de la Iglesia Adventista, dijo que nadie en la denominación hizo más para instar a la iglesia a establecer AAIM que su antecesor, el doctor Allan Handysides. “Sus perspectivas como resultado de los quince años que pasó como misionero en África, su experiencia como clínico, y su enfoque cristocéntrico y basado en la gracia del ministerio de salud ayudó a que los líderes de la iglesia vean la necesidad de confrontar el temor y el estigma asociado con el HIV/SIDA”, dijo Landless.

“El estigma sigue siendo la barrera más importante para la acción pública”, dijo el secretario general de las Naciones Unidas Bank Ki-moon en 2008.

Oscar Giordano dice que el punto de Ban aún es válido. La Iglesia Adventista ha hecho grandes avances, pero aún queda mucho por hacer.

“El estigma del HIV/SIDA aún prevalece en muchas de nuestras iglesias de África Occidental, mientras que en África Oriental y Meridional, donde AAIM ha trabajado por muchos años, es menos marcado”, dijo Giordano.

En el consejo consultivo de este año, los líderes de los ministerios adventistas regionales de HIV/SIDA se reunieron en la sede central de la División de África Centro-Oriental de la denominación para desarrollar e implementar proyectos. Las iniciativas van desde campañas de conciencia pública y oportunidades económicas para los infectados hasta el apoyo familiar y los servicios de consejería.

En Maasailand (Kenia), una masái trabaja en una panadería, uno de los muchos emprendimientos para los que viven con HIV/SIDA. El Ministerio Internacional Adventista del SIDA ha ayudado a establecer cientos de estas oportunidades en todo el continente africano.

El SIDA o síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que fue diagnosticado por primera vez en 1981, es una enfermedad que debilita el sistema inmunológico, destruyendo lentamente la capacidad del cuerpo de luchar contra las infecciones y ciertos tipos de cáncer. Es causado por el HIV, el virus de inmunodeficiencia humana.

El virus ya no llena tantos titulares de noticias como en el pasado, pero aún mata a casi cinco mil personas por día en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. El HIV suele ser transmitido mediante el contacto sexual, las agujas infectadas y las madres que amamantan a sus hijos.

El estigma en la Iglesia Adventista, una denominación que promueve la abstinencia sexual antes del matrimonio y las uniones heterosexuales monógamas, se debe a pensar que los miembros con la enfermedad estaban siendo inmorales. A menudo, sin embargo, muchos contraen el virus debido a un cónyuge infiel. Más allá de cómo se lo contraiga, los líderes de la iglesia quieren ministrar y crear conciencia sobre cómo mostrar compasión y cuidado. Pero al comienzo, aun hablar de la enfermedad era incómodo.

“Hace diez años, nuestras iglesias de África estaban en una negación casi total sobre estos temas”, dijo Giordano. “Ahora enfatizamos la compasión y el amor de Cristo. En África, muchos que contraen el HIV/SIDA pierden sus relaciones, su familia y el trabajo”.

Huérfanos reciben zapatos y chaquetas gracias al Ministerio Internacional Adventista del SIDA.

Euginia Keebine es una adventista que descubrió hace 16 años que era HIV positiva. Comenzó entonces un ministerio informal de HIV/SIDA y fue la única adventista de su ciudad en dar a conocer que tenía la enfermedad. Desde 2010, es la coordinadora de AAIM de la Iglesia Adventista en la Asociación de Trans-Orange, con sede en Johannesburgo (Sudáfrica).

“El programa de AAIM está transformando no solo las vidas de los miembros de iglesia sino también de la comunidad”, dijo Keebine. “Algunas iglesias no me permitían hablar del tema o revelar que tenía la enfermedad, pero hoy día, soy libre de hablar de estos temas. La iglesia que antes estaba en silencio sobre el HIV/SIDA ahora se expresa en voz audible, y los miembros están aceptando a los que viven con la enfermedad”.

El Ministerio Internacional Adventista del SIDA ha alcanzado el éxito mediante grupos de apoyo, incluidos los encuentros de varias familias, grupos de pacientes, abuelas, o mujeres y sus hijos.

“Es muy difícil que un individuo solo enfrente el HIV/SIDA, por lo que son esenciales los grupos de apoyo”, dijo Giordano.

En Zimbabue, cada una de las 1500 iglesias del país tiene un director de HIV/SIDA, y los grupos de apoyo sirven a más de 15.000 feligreses e integrantes de la comunidad, dijo Innocent Gwizo, director de Ministerios de Salud y Coordinador de HIV/SIDA de la Unión Asociación de Zimbabue de la denominación. El gobierno ha invitado a los adventistas para que participen en iniciativas de HIV y sus programas han recibido cobertura televisiva.

Los doctores Oscar y Eugenia Giordano son directores del Ministerio Internacional Adventista del SIDA, con sede en Johannesburgo (Sudáfrica). En lugar de establecer una gran sede, en 2003 lanzaron una oficina pequeña y desarrollaron una red de asociados en todo el continente africano. 

“El estigma y la discriminación han abandonado nuestros templos”, dijo Gwizo. “La Santa Cena ahora es servida por los que viven con HIV, y sus pies son lavados por otro miembro de iglesia. Todo esto no era así en el pasado”.

Cuando la gente que no sufre de HIV/SIDA se involucra, el estigma y la discriminación disminuyen dramáticamente, según Gabriel Maina, de la iglesia adventista de King’eero y Centro de Capacitación de AAIM en Nairobi. El ministerio de la iglesia de King’eero fue iniciado en 2002, y desde entonces ha servido a cientos de personas infectadas con el HIV/SIDA con la ayuda de más de trescientos profesionales de la salud. El centro también ha apoyado a más de seiscientos huérfanos del SIDA.

Durante un tiempo, se pensó que el HIV/SIDA era un problema mayormente africano, pero es un tema global, dijo Mbwana, vicepresidente general de la Iglesia Adventista. “Ahora tenemos una respuesta exitosa que ha sido probada y que ha producido resultados positivos”, dijo. Los Giordano han servido también como consultores de las divisiones Norteamericana, Interamericana y Sudamericana de la Iglesia Adventista.

El progreso del Ministerio Internacional Adventista del SIDA en estos diez años agrada de manera especial a muchos líderes de la iglesia, incluido Pardon Mwansa, que es oriundo de Zambia y también uno de los vicepresidentes generales de la Iglesia Adventista mundial. En el Concilio Anual 2003, Mwansa, quien entonces era presidente de la División de África Meridional-Océano Índico, dijo a los líderes de la iglesia: “Muchas veces he estado en un avión en dirección a África y la persona junto a mí me dijo que iba a África a estudiar el SIDA. Y siempre me pregunto: ‘¿Cuándo va a venir alguien a realmente hacer algo en relación con esa enfermedad?’”

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