19 de noviembre de 2013 – Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…ANN
Los principales directivos de la Iglesia Adventista mundial han votado en el día de hoy contribuir 250 mil dólares a los esfuerzos asistenciales humanitarios en las Filipinas después de uno de los tifones más devastadores que se conozcan que azotaron una región habitada.
La semana pasada, el supertifón Haiyan azotó la región central de las Filipinas, destruyendo por completo pueblos enteros con vientos sostenidos de más de trescientos kilómetros por hora y una marejada masiva. La tormenta destruyó las comunicaciones y las vías de transporte en la región, restringiendo los esfuerzos asistenciales durante días.
“Queremos expresar a la iglesia de las Filipinas nuestra sensibilidad ante esta enorme tragedia”, dijo Juan Prestol, subtesorero de la Iglesia Adventista mundial.
“La cantidad de dinero no es la más grande del mundo, pero queremos demostrar que nos preocupamos por ellos, y queremos ser un ejemplo para otras entidades de la iglesia que también van a contribuir”, dijo.
La donación pertenece al Fondo de Contingencias del Presupuesto Mundial de la Iglesia Adventista.
Una declaración votada esta mañana por los principales directivos de la iglesia dijo: “La ayuda será usada, a discreción de la División [de Asia Pacífico Sur], para ayudar a restaurar la normalidad en la vida de nuestros miembros y de los afectados en esa región, dándose consideración, de ser aconsejable, a la restauración de la operación normal de las escuelas”.
Desde la asistencia inicial, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales ha distribuido más de 3500 paquetes de alimentos y 5000 tiendas. El brazo humanitario de la iglesia también se ha asociado con otras organizaciones asistenciales para poner en funcionamiento sistemas de purificación de agua en zonas donde se necesita agua potable pura.
Los hospitales adventistas de Cebú, Calbayog y Bacolod están sirviendo como centros de atención misionera para las zonas afectadas, expresó un informe de la División de Asia Pacífico Sur. La Asocación de Visayas Oriental, en Taclobán, también está sirviendo como centro de operaciones asistenciales y asistencia médica.
“El proceso es lento porque los adventistas también están tratando de salvar lo que quedó de sus hogares”, dijo una declaración de la asociación.
Según ADRA Filipinas, las necesidades siguen siendo “acuciantes”. La mayoría de los once millones que se estima de desplazados por la tormenta siguen necesitando alimento, agua y refugio con urgencia.
“Las prioridades de la Iglesia Adventista son salvar vidas y aliviar el sufrimiento”, dijo G. T. Ng, secretario ejecutivo de la Iglesia Adventista mundial. “El maravilloso pueblo de las Filipinas ha sufrido mucho por esta catástrofe, y se merece toda la ayuda que podamos darle”.
Traducción de Marcos Paseggi