23 de julio de 2014 | Brewster, Washington, Estados Unidos | Jay Wintermeyer
La iglesia adventista de Brewster, en el estado de Washington, en la región noroeste de los Estados Unidos, abrió sus puertas para ayudar a los afectados por el fuego en el Complejo Carlton solo horas después de que el templo mismo fuera amenazado por las llamas de lo que se convirtió en el incendio forestal más grande de la historia del estado.
Los hogares en las cercanías de la iglesia de la ciudad de Brewster fueron evacuados el jueves de noche después de que las autoridades emitieron un aviso de evacuación obligatoria para la región. Las llamas del incendio se estaban aproximando rápidamente a las cercanías de la iglesia, y podían ser vistas por sobre la colina que da hacia el sur.
Los miembros oraron y esperaron mientras observaban cómo el fuego asolaba la zona. Según el pastor Ryan Kilgore, una familia de la iglesia perdió su hogar y varias otras perdieron cabañas, lo que representa tan solo una pequeña parte de los más de 185 hogares que hasta ahora fueron destruidos por el fuego.
Tan pronto como pasó el peligro inminente y se levantó el aviso de evacuación, los feligreses comenzaron a planificar de qué manera ayudar a la comunidad. En pocas horas, organizaron un centro de distribución de prendas de vestir para los que perdieron todo. Asimismo, algunos miembros fueron de casa en casa en las zonas más afectadas de Pateros para ayudar a que la gente tuviera acceso a generadores de electricidad.
El incendio, de un tamaño cuatro veces mayor al de la ciudad de Seattle, comenzó el 14 de julio, hace más de una semana, como resultado de rayos que cayeron durante una tormenta que atravesó el Valle Methow. En cierto momento, el incendio había alcanzado más de 160 kilómetros de largo y alcanzó un tamaño de más de cien mil hectáreas. El número de recursos trabajando para contenerlo ahora incluye unos 2110 bomberos y especialistas.
«Aún tenemos por descubrir qué quedará después de que la noticia deje de estar entre los titulares y los trabajadores humanitarios abandonen el lugar», dijo Kilgore. «Nuestra iglesia trabajará a largo plazo para apoyar a los vecinos que han sido afectados por el fuego, en especial a los que no cuentan con seguro contra incendios».
Traducción de Marcos Paseggi