17 de septiembre de 2014 | Riviera Maya, Quintana Roo, México | Libna Stevens/DIA
Tuvo que repetir tres veces el primer grado. Cuando llegó a cuarto grado, aún no sabía las tablas para multiplicar. Vivía en su hogar en San Vicente, El Salvador, con sus nueve hermanos y hermanas, y por ello, no parecía haber mucha esperanza para Elmer Omar Alférez. Sus calificaciones eran sumamente bajas, hasta que llegó a sexto grado, donde fue enviado al Colegio Modelo Adventista de su pueblo.
En ese lugar, encontró un maestro llamado Daniel Avilez, que se interesó de manera especial en Alferez y le dijo que no permitiera que nadie le dijera que no podía lograr las cosas».
“Vas a llegar a ser el mejor alumno de matemática de la escuela», dijo Avilez. Y entonces comenzó a darle clases adicionales varias veces a la semana después de la escuela.
«Me invitó a su casa, me dio de comer y dedicó horas a enseñarme en un pizarrón negro que tenía allí», dijo Alferez. «Me convertí en un destacado alumno de matemática, y hasta participé en varias competencias».
Alferez comenzó a colportar cuando estaba en séptimo grado para pagar sus estudios y el resto de los años de la escuela secundaria. Entonces completó la carrera de teología en la Universidad Adventista Centroamericana, en Costa Rica, trabajó como pastor distrital, obtuvo una maestría en Ministerio Pastoral, y ahora es presidente de la Misión Central de El Salvador, en ese país.
«Si me preguntan qué es un docente», dijo Alferez, «en primer lugar, es alguien que toca el corazón y luego la mente, alguien que va más allá de enseñar en el aula, alguien que enseña para la vida», dijo mientras posaba junto a Avilez, su maestro de sexto grado, y se dirigía a los más de mil docentes y administradores de la iglesia, durante el II Congreso Interamericano de Educación llevado a cabo en Riviera Maya, México, del 10 al 13 de septiembre de 2014.
Durante los cuatro años en que ha sido presidente de misión, Alferez ha mejorado las seis escuelas adventistas de su región al actualizar los salones de clase, duplicar los salarios de los docentes, que son los maestros mejor pagados del país, y brindarles un capellán para atender las necesidades espirituales de los docentes, los estudiantes y sus padres.
“Mi querido maestro Avilez me inspiró para soñar lo que no podía ver por mí mismo, y he prometido servir a mi iglesia y garantizar que cada estudiante que llegue a nuestras instituciones aprenda cómo soñar, cómo aferrarse a Dios y ser una bendición para la iglesia y la comunidad», dijo Alferez.
Alferez es producto del sistema educativo adventista, uno sistema que busca equipar a los estudiantes para mejorar sus mentes, sus cuerpos y sus espíritus en servicio al prójimo, y prepararse para el reino celestial, dijo el doctor Gamaliel Florez, director de educación de la Iglesia Adventista en Interamérica, al presentar un pin especial de servicio a Avilez por sus más de 25 años de enseñanza en El Salvador.
Celebración de la educación adventista: La celebración de los docentes y su compromiso con la educación de miles de estudiantes, y la reafirmación de su función como ministros del evangelio fue el centro mismo del II Congreso Interamericano de Educación, un evento de cuatro días de duración.
“Ustedes han recibido un llamado para comprometerse a trabajar para la salvación de las almas, dijo el doctor Florez. «El principal evangelio que predicarán será el que predicarán con su vida, y la manera de vivir será una lección aún más grande; la vida de ustedes será la lección maestra», añadió.
Los administradores de las universidades, uniones, asociaciones y misiones se unieron a los cientos de docentes en representación de los casi diez mil docentes de las 910 escuelas primarias, secundarias y universidades del territorio de la División Interamericana para efectuar una revisión de la filosofía de la educación adventista, la función que tienen como educadores y administradores, el uso de los fundamentos curriculares, las mejoras de la calidad de las clases, la promoción institucional, el compromiso con la evangelización y la retención, y la participación como promotores financieros.
La doctora Lisa Beardsley-Hardy, directora de educación de la Iglesia Adventista mundial, agradeció a los docentes por cuidar a los niños pequeños de sus clases. «No es fácil, porque sé que los niños llegan al aula con muchas necesidades, y ustedes están haciendo lo mejor que pueden», dijo la doctora Beardsley.
Hacer lo mejor dentro del contexto de la misión de la educación adventista significa «hacer que la educación llegue a ser el rostro fundamental de la filosofía adventista de ministrar a toda la persona», expresó.
Beardsley repasó la historia de la educación adventista y extrajo lecciones de Battle Creek, Míchigan, Estados Unidos, para desafiar a los docentes para que continúen con la misión y enseñen y preparen a los futuros líderes.
La misión no depende de los docentes, sino que es un esfuerzo en equipo, dado que los pastores, los directores de educación y los administradores de la iglesia, tienen que estar en sintonía con la misión del sistema educativo adventista, dijo el doctor Florez.
«Los pastores preparan una, dos, tres o cuatro campañas de evangelización por año, y sin embargo, nuestros docentes tienen una campaña de evangelización cada día en el aula», dijo el doctor Florez al dirigirse a los administradores de la unión, la asociación y la misión.
«Presidentes, ustedes tienen que hacer que sus pastores apoyen la educación, nuestras escuelas e instituciones», enfatizó el doctor Florez. «Alrededor del setenta por ciento de nuestros estudiantes están afuera del sistema educativo adventista. Los necesitamos para ayudar a que nuestros miembros comprendan la importancia de la herencia adventista, la educación adventista para su salvación y servicio en el mundo venidero».
Las estadísticas muestran que en Interamérica, la educación adventista no está creciendo proporcionalmente con el crecimiento de la feligresía, y lo mismo sucede en la iglesia en general, explicó Florez.
Está claro que los miembros de iglesia necesitan entender la misión, dijo el doctor Lowell Cooper, vicepresidente general de la Iglesia Adventista mundial.
«La Iglesia Adventista necesita ver a las escuelas como una extensión de la iglesia», dijo el doctor Cooper. «El aula es una expansión de la iglesia, por lo tanto, el maestro es un ministro del evangelio».
Esa función de docente es una de las más importantes de la sociedad, siguió diciendo el doctor Cooper. «Un maestro siempre está tocando la eternidad, porque la escuela de hoy es la cultura del mañana».
Las estadísticas de la educación adventista no son lo que deberían ser, dijeron los líderes.
Necesidad de más estudiantes adventistas: “Hoy día tenemos unos dos estudiantes adventistas por cada cien miembros», dijo el doctor George Knight, escritor y profesor jubilado de filosofía de la educación e historia de la iglesia de la Universidad Andrews. «Vivimos en una paradoja, al tiempo mismo que los padres adventistas están descuidando la educación adventista de sus hijos».
«Necesitamos mostrarnos más activos para garantizar que las familias adventistas de nuestras congregaciones tengan la oportunidad de enviar a sus hijos a las escuelas adventistas, porque la pérdida más desgarradora en la iglesia se da entre las familias que descuidan la espiritualidad de sus hijos», añadió el doctor Knight.
El doctor Knight recordó a los docentes que miren la vida de Cristo y la manera en que él fue sembrando durante su vida en esta tierra.
“Los docentes jamás olvidan los tres principios no negociables de la educación adventista: una educación excelente para este mundo, la presentación de Jesucristo como Salvador a los estudiantes, y la inspiración para que ellos compartan el mensaje de Dios», dijo Knight.
«Están tratando con el producto más valioso de este mundo: Los hijos de Dios, que tienen posibilidades infinitas», añadió Knight. «Las escuelas adventistas deberían ser vistas como un lugar donde ven a Jesús y donde se establecen los objetivos para seguir transmitiendo en evangelio, no importa cuál sea su profesión».
Sentido del llamado: Los docentes recibieron el desafío de seguir buscando una relación estrecha con Dios mientras estudian las Escrituras, oran diariamente, y tocan cada día las vidas de sus estudiantes.
“Presten atención a su vida privada con Dios», dijo el doctor Cooper, «porque él se ocupará de su vida pública, dado que ustedes tienen un llamado, una comisión, un compromiso», dijo.
Implica buscar en primer lugar a Dios, reclamando sus promesas y avanzando, reafirmó la doctora Ella Simmons, vicepresidenta general de la Iglesia Adventista mundial durante el congreso.
Al reflexionar en la vida del profeta Hageo, animó a los docentes y a los líderes para que respondan al llamado, confíen en Dios y se tomen en serio la responsabilidad de reconstruir la educación adventista.
«Tenemos que comprometernos con el total y la relevancia de la educación adventista», dijo la doctora Simmons. «Tenemos que comprometernos con la reconstrucción del templo de la educación adventista, para traer a todos nuestros niños a la educación adventista, para llegar más allá de nuestros hogares».
Los docentes como promotores financieros: La reconstrucción de la educación adventista también tiene que ver con la promoción del contexto financiero, dijo Filiberto Verduzco, tesorero de la Iglesia Adventista en Interamérica, al repasar las cifras financieras de los fondos invertidos en el sistema educativo adventista de la División Interamericana.
Verduzco afirmó que la División Interamericana ha apoyado plenamente la educación adventista al ofrecer miles de dólares en forma de subsidios a los miles de estudiantes de las escuelas de la iglesia. Hay más de 153 mil estudiantes que asisten a las escuelas y universidades de la Iglesia Adventista en la División Interamericana.
Las cifras revelaron que un estudiante promedio que recibe educación durante 16 años en los niveles primarios, secundarios y universitarios, recibe más de once mil dólares en ayudas financieras durante esos años.
Esa ayuda no incluye los programas de trabajo estudiantil y las campañas de recolección de fondos que son destinados a los costos de la educación.
«La educación adventista tiene que ser financiada», dijo Verduzco. Para que el sistema financiero tenga apoyo, «los docentes tienen que apoyar plenamente la filosofía de la educación adventista, apoyar actividades para mantener sólidas operaciones financieras institucionales, y apoyar la recolección de fondos para el desarrollo de los estudiantes y la institución».
Algunas de las actividades que presentó Verduzco para que los docentes estén activos en la promoción de la institución incluyeron: la participación en la promoción de la institución entre diversas audiencias, la recolección de fondos para el desarrollo institucional, la recolección de fondos para apoyar financieramente a los estudiantes, la generación de ingresos de las industrias educacionales y la conservación de sólidas relaciones con los líderes de la iglesia, entre otros.
Docentes apasionados: Un grupo de docentes fue condecorado con medallas y reconocimientos en una ceremonia especial por su sacrificio y compromiso con la misión de la educación adventista.
Entre los 27 condecorados estuvo Irma Huerta Escutia, que es maestra de sexto grado en el Instituto Adventista Soledad Acevedo de los Reyes, un colegio primario y secundario en Montemorelos, en la región Mexicana del Norte. Desde muy pequeña, Huerta sabía que quería ser maestra. Durante más de treinta años, ha visto pasar cientos de estudiantes por sus clases.
«Los niños son parte de mi vida, y disfruto de la oportunidad de tocar sus vidas», dijo Huerta. «Mis estudiantes están en una edad en las que tienen muchas dudas, muchas preguntas que a veces no se animan a hacer en sus hogares», explicó Huerta. La responsabilidad de enseñar tiene que ser llevada a cabo con amor y paciencia, dijo Huerta, y «me impulsa a llevarlos a Jesús cada día para ayudarlos a tomar las decisiones correctas».
Durante el congreso, Huerta pudo recordar el legado que ha dejado Jesús para que lo sigamos. Ahora quiere llevar ese mismo mensaje a sus estudiantes para «Amar a Dios, respetar a los demás y cumplir con las responsabilidades».
Para Ruth Rolle, de Gran Bahamas, Bahamas, enseñar ha sido su pasión durante más de cuarenta años. Ha enseñado primer grado durante décadas en el Colegio Grand Bahama, un colegio adventista primario y secundario, y hace poco fue designada directora de la institución.
De todos sus años como maestra, enseñó tres años para el gobierno de Bahamas, y siempre ha tenido en claro la visión y la misión de la educación adventista.
«Enseñar es una responsabilidad asombrosa, porque estamos capacitando a los niños y preparándolos para la eternidad», dijo Rolle, quien hace unos treinta años fue testigo de la construcción de la escuela, y sonríe al recordar los cientos de niños que pasaron por sus clases. La escuela, dijo, tiene unos 250 estudiantes y dos tercios de ellos no son adventistas. Ha visto que muchos niños que pasan por la institución tienen preguntas sobre Dios, y sabe cuán importante es su función como ministra del evangelio en el salón de clases.
Rolle entiende el desafío de recuperar la visión de la educación adventista para los docentes que han estado educando en el sistema educativo adventista, y para los nuevos docentes que se incorporan y que acaso no se dan cuenta cuán fundamental es comprender esa visión y misión de la educación adventista.
Para Gerardo Romo, fue un premio especial trasladarse hace dos años de enseñar nueve años en una universidad de Baja California para enseñar ingeniería química en la Universidad de Montemorelos. Jamás estudió en escuelas adventistas, y fue bautizado hace poco más de trece años. Aun así, Romo ha captado la visión de la educación adventista, y disfruta mucho de hallar una conexión diaria con sus estudiantes.
«Enseñar a los estudiantes de una institución adventista brinda una amplia perspectiva, porque se relaciona con el desarrollo integral del estudiante», dijo Romo. «Es mucho más trabajo, pero es mucho más satisfactorio tocar las vidas de los estudiantes».
«Trabajar en la Universidad de Montemorelos me ha enseñado a ver cómo Dios está al frente de su misión educativa, y se pueden ver los desafíos que aparecen, y cuán rápidamente se resuelven», dijo Romo.
Romo quiere que la imagen de las instituciones adventistas sea más visible, para que estas no sean conocidas tan solo por los valores morales que enseñan, sino también como una opción de una calidad de educación.
«Tenemos muchas oportunidades de mejorar, y grandes responsabilidades de ser educadores adventistas».
Mejorar la educación: Mejorar la educación adventista forma parte de las estrategias que han preparado los principales administradores y educadores de la iglesia para todo el territorio de Interamérica durante décadas, aunque aún más durante los últimos diez años, dijo el pastor Israel Leito, presidente de la División Interamericana.
«Hemos estado uniendo a la educación como un solo sistema con tres niveles (primario, secundario y universitario), y eso ha generado mayor participación, porque las uniones están asumiendo una función más destacada para mejorar la infraestructura de las instituciones que supervisan», dijo el pastor Leito.
La iglesia también ha hecho provisión para la educación continua de los docentes de la DIA, por medio de la Universidad Herbert Fletcher, que ofrece capacitación en línea. Asimismo, los estudiantes cuentan con nuevos libros de texto, se han dado nuevos préstamos ventajosos para mejorar las instituciones, y el número de instituciones acreditadas se ha duplicado en los últimos cinco años, entre otras mejoras.
Un desafío que aún enfrenta el sistema educativo de Interamérica es mejorar los salarios docentes y garantizar que todos los docentes de las escuelas y universidades pertenezcan a la Iglesia Adventista, dijo el pastor Leito. «El porcentaje de docentes no adventistas no es elevado, pero es fundamental que todos los docentes sostengan la filosofía de la educación adventista».
Para el doctor Florez, los salarios docentes es un tema que le pesa. «Nuestros maestros son ministros del evangelio en el salón de clases, pero aun así, en algunos lugares de nuestro territorio, un pastro puede ganar aproximadamente 800 dólares por mes, mientras que un maestro recibe 150. Es una de las principales razones por las que muchos maestros abandonan el sistema educativo adventista, y eso es algo que tiene que cambiar», expresó el doctor Florez.
Tiene que cambiar, dijo el pastor Leito. Los principales líderes de la iglesia seguirán trabajando juntos para mejorar los salarios en todo el territorio. «Es una realidad que queremos que mejore. No solo los salarios, sino quizá también otros beneficios para nuestros docentes», dijo Leito.
Durante el evento, los líderes de la iglesia felicitaron a los educadores, docentes y administradores de México por contar con el sistema educativo adventista más grande de Interamérica (205 instituciones).
La Iglesia Adventista de la región Mexicana del Norte ha conformado un modelo abarcador de educación adventista que supervisará el diseño curricular, la educación continua de los docentes, la infraestructura organizacional, las finanzas y el bienestar del docente y su familia.
El modelo abarcador ha sido planificado durante más de cuatro años, y comenzó a ser implementado este año en seis escuelas. El objetivo es alcanzar a las 42 escuelas adventistas de la región norte, con sus más de seiscientos docentes y unos siete mil estudiantes, dijo Juan Jorge Acuña, director de educación de la Iglesia Adventista en la región Mexicana del Norte.
Los principales administradores de las otras cuatro grandes regiones de la iglesia en México ya se han reunido para aprender el modelo para los cientos de instituciones educativas de sus territorios.
La Iglesia Adventista de la República Dominicana y Guatemala también han preparado un nuevo plan estratégico para ofrecer instituciones educativas adventistas en las que la educación de calidad, los salarios docentes y los beneficios puedan estar a disposición de manera uniforme tanto de los docentes como de las mismas instituciones.
Se recolectó una ofrenda especial, que será usada para brindar educación continua para los cientos de docentes de las 81 instituciones educativas adventistas de Haití.
Entre los oradores y presentadores durante el congreso, estuvieron, de la Iglesia Adventista mundial: Mike Lekic, director asociado de educación; Luis Schulz, director asociado de educación; John Wesley Taylor, director asociado de educación; Susana Schulz, editora asistente de la revista Diálogo Universitario; y Dan Tucker, director de promoción de Adventist Review Publishing. De la División Interamericana: Israel Leito, presidente de la DIA; Elie Henry, secretario ejecutivo; Myrna Costa, vicepresidenta; y Myrna Colon, vicerrectora de la Universidad Adventista de las Antillas.
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Traducción de Marcos Paseggi