11 de octubre de 2014 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Edwin Manuel Garcia/ANN

El evangelista Mark Finley sostiene una Biblia manchada con sangre que recordó a un colombiano de sus raíces religiosas. La anécdota fue una de las varias contadas el viernes de noche y el sábado por la tarde durante el Concilio de Evangelismo y Testificación, que es parte del Concilio Anual en la sede central de la denominación. Imagen de Ansel Oliver

Este sábado, representantes de la iglesia de diversas partes del mundo compartieron las iniciativas más exitosas y singulares de sus regiones para alcanzar a los incrédulos de las ciudades más grandes del planeta. Entre otros, se habló de un pastor que testifica en su tabla de surf y de una clínica a la que asisten miles de pacientes.

Las iniciativas fueron parte del informe del Concilio sobre Evangelismo y Testificación presentado a los delegados al Concilio Anual 2014 de la Iglesia Adventista.

Muchos de los esfuerzos de evangelización incluyeron un tema común con el año pasado: Cómo esparcir el evangelio en las ciudades y zonas metropolitanas donde viven millones de incrédulos.

“En nuestro territorio tenemos enormes desafíos, pero creemos firmemente que esta es la obra de Dios”, dijo Jairong Lee, presidente de la División de Asia-Pacífico Norte. El continente asiático, dijo, cuenta con el sesenta por ciento de la población mundial, pero los cristianos solo suman el cuatro por ciento de la población.

En la División de África del Sur-Océano Índico, donde hay ciudades como Ciudad del Cabo y Luanda, la iglesia llevó a cabo programas de evangelización en 1682 sedes. Quinientas de ellos estuvieron a cargo de niños, algunos de tan solo 6 años. Como resultado, se establecieron 686 nuevas iglesias, y funcionarios de alto rango de los diversos gobiernos comenzaron a abrazar el mensaje de salud.

Representantes de los Estados Unidos compartieron sus esfuerzos en ambas costas, entre ellos, la masiva campaña NY13 en la ciudad de Nueva York, y un importante ministerio de salud en California.

NY13, una campaña misionera multifacética, dio como resultado 64 nuevos grupos en la ciudad de Nueva York. El año próximo, se está planificando un esfuerzo similar en la Asociación del Sur de Nueva Inglaterra y en la Conferencia del Noreste, para una iniciativa denominada “Compasión Boston”.

Dan Jackson, presidente de la División Norteamericana, resumió en una presentación de video “Puentes hacia nuestra comunidad”, una feria de salud de tres días en San Francisco y Oakland, dos ciudades de California (Estados Unidos), que están conectadas por un puente muy transitado. La feria de salud atendió las necesidades de casi tres mil personas y atrajo voluntarios de diversas partes del país.

En el presente, se está planeando un programa de evangelismo de salud en la Unión del Sudoeste de los Estados Unidos en preparación para el Congreso de la Asociación General 2015, que será llevada a cabo en San Antonio (Texas, Estados Unidos).

La División Sudasiática ha enfatizado la obra misionera al alentar a los laicos a que dediquen de dos a tres meses a trabajar como colportores en sus propios vecindarios.

En Sudamérica, un innovador proyecto cuenta con un surfista que ahora es pastor y esparce el evangelio en una playa del estado de San Pablo (Brasil), donde ofrece estudios mientras descansa en tabla de surf, leyendo de una Biblia impermeable.

No todos los esfuerzos están enfocados en las personas. En Rumania, Norel Iacob, editor de Semnel Timpului, la revista Señales de los tiempos de ese país, explicó que la mejor manera de alcanzar a la audiencia general es “escribir sobre las noticias y eventos más importantes desde una perspectiva bíblica”. El sitio web de la revista, dijo, se ha vuelto sumamente popular, y entre sus lectores se encuentra un expresidente de Rumania.

Los líderes de la División de África Centro-Oriental se han enfocado en la obra misionera pública a cargo de talentosos jóvenes que organizan conciertos en las calles de grandes ciudades, lo que ha atraído el inmenso interés de los transeúntes, contó Blasious Ruguri, el presidente de la Iglesia Adventista en la región. La gente se detiene a escuchar, dijo, y entonces pregunta quiénes son los cantantes. “Entonces, los jóvenes comparten un libro como ‘El camino a Cristo’, ‘El conflicto de los siglos’, ‘El Deseado de todas las gentes’, y se hacen amigos de la gente”, dijo, al citar libros escritos por Elena G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista.

Las últimas campañas en la región han producido casi 34 mil bautismos y 104 nuevas iglesias en lugares tales como Ruanda, Tanzania y Burundi.

La obra misionera en Irlanda se centró en satisfacer las necesidades de la gente en sus vecindarios, dijo Janos Kovas-Biro, coordinador de evangelismo de la Iglesia Adventista en el norte de Europa. “Descubrimos que había necesidades familiars, financieras, de salud e intelectuales, y también necesidades de ofrecer un servicio de cuidado de niños”.

Entre una presentación de evangelismo y otra, Mark Finley, asistente del presidente de la Asociación General, usó una anécdota para animar a los líderes regionales para que conserven la fe.

Mientras sostenía una vieja Biblia de tapas marrones, Finley contó de un grupo pequeño que estaba reunido hace setenta años en Bucaramanga (Colombia), cuando asesinos ingresaron al hogar y mataron a los adventistas. Un matrimonio fue el blanco de los asaltantes. Después de matar al marido, la esposa llevó a su hijo a la ventana y se lo pasó a otra persona. Entonces, también ella perdió la vida.

El muchachito creció y llegó a ser un anciano septuagenario. Cierto día, se sintió curioso de su pasado y decidió asistir a una campaña de evangelización a cargo de Robert Costa, del programa televisivo “Escrito está”. El hombre finalmente fue bautizado.

En esa campaña, también estaba presente el hijo del asesino y, desde entonces, él también ha sido bautizado.

Los hombres se han comprometido a persuadir a sus propias familias para que se unan a la Iglesia Adventista. Ese grupo inicial de quince adventistas que se reunía en un hogar de Bucaramanga se ha transformado en una comunidad de adventistas que suma veinte mil personas, dijo Finley, quien relató la historia mientras sostenía la Biblia manchada de sangre que perteneció a los padres del hombre hace ya setenta años.

Traducción de Marcos Paseggi

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