30 de enero de 2015 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ansel Oliver/ANN

El Subsecretario de la Iglesia Adventista Myron Iseminger muestra un dispositivo de votación remota que será usado en el Congreso de la Asociación General en julio próximo. Ya no se usarán más las tarjetas amarillas de votación que se utilizaron en congresos anteriores. Imagen de Ansel Oliver

Los delegados al Congreso de la Asociación General de la Iglesia Adventista en julio próximo ya no usarán tarjetas amarillas para votar como lo habían hech0 en congresos anteriores. En su lugar, por primera vez, los delegados al evento podrán votar presionando un botón en un dispositivo de votación electrónica. Los votos serán calculados en forma instantánea, y los resultados finales serán exhibidos en un diagrama de barras en una pantalla.

Los directivos de la iglesia dicen que el uso de la tecnología brindará una mayor exactitud a las votaciones y ofrecerá anonimato, aliviando potencialmente parte de la presión que algunos podrían sentir a votar de una manera determinada.

«La tecnología ejerce un impacto sobre nuestras vidas de diversas maneras, y nosotros estamos buscando continuamente formas de mejorar nuestros sistemas en el Congreso de la Asociación General por medio de la tecnología», dijo Myron Iseminger, subsecretario de la Iglesia Adventista mundial.

Los directivos de la iglesia en la sede central de la denominación usaron un sistema de votación electrónico durante el Concilio Anual de la denominación en octubre pasado. Allí, cientos de directivos de la iglesia votaron por medio de sus dispositivos electrónicos individuales. Al llevar el sistema al Congreso de San Antonio (Texas), los líderes de la iglesia lo pondrán a disposición del mayor órgano de gobierno de la denominación, un grupo de casi 2600 delegados.

Iseminger dice que el nuevo sistema es más eficiente. En congresos pasados, los votos eran calculados por directivos que contaban cuántos delegados sostenían en alto la tarjeta de votación, lo que llevaba tiempo. Los votos sensibles eran llevados a cabo por votación secreta, lo que demandaba aún más tiempo.

Iseminger, que ha trabajado como administrador de la iglesia en varias regiones del mundo, dijo que el sistema electrónico también ayudará a gente de diversas culturas que enfrentan el problema de tener que decidir si seguir sus convicciones o seguir a su líder regional.

«Creo que en muchas culturas, los delegados quedan atrapados en una difícil situación porque, por un lado, los animamos a que con oración voten de acuerdo con su conciencia, pero por otro, es para ellos muy importante respetar a su líder local y hasta sentarse cerca de él», dijo Iseminger. «Esperamos que esta presión particular sea quitada en esta ocasión».

«Queremos ser transparentes y justos, y creo que este es un gran paso adelante», añadió.

Los directivos del congreso alquilarán varios miles de dispositivos de votación remota de una compañía que también estará a cargo de administrar el proceso.

La División Interamericana de la Iglesia Adventista, con sede en Miami, Florida, Estados Unidos, está adquiriendo su propio sistema de votación, y algunas de las unidades administrativas locales de Norteamérica han usado la votación electrónica durante más de una década.

Max C. Torkelsen, presidente de la Unión Asociación del Pacífico Norte con sede en Ridgefield, Washington, Estados Unidos, dijo que la votación electrónica muestra con exactitud cuántas personas están participando de cada voto, y también les asegura a los delegados que el voto que han emitido ha sido tomado en cuenta.

Torkelsen era presidente de la Asociación de Upper Columbia en esa unión cuando se implementó la votación electrónica allá por fines de los años noventa. La transición desde las tarjetas de votación y de los votos a viva voz llevó a una mayor «credibilidad» de todo el proceso, dijo él, en particular para la gente que vota en contra de un punto de agenda que finalmente es aprobado. «Saben que su voto fue contado», expresó.

Los que dirigen la sesión también pueden usar la votación electrónica para saber qué sienten los presentes sobre una determinada discusión, aun cuando no corresponda registrar el voto, dijo Torkelsen.

Acaso el único punto que resulta ligeramente controvertido sobre la votación electrónica es que cuesta dinero. Algunos sistemas pueden costar varios miles de dólares. Pero Torkelsen afirma que el gasto vale la pena «ya desde la primera vez que se use».

«Eleva el nivel de confianza de la gente respecto de la votación», expresó.

Torkelsen dijo que la vecina Asociación de Oregón ahora cuenta con su sistema de votación electrónico y lo alquila a otras asociaciones para sus propios congresos.

El Congreso de la Asociación General comienza el 2 de julio y continúa hasta el 11 de julio.

Traducción de Marcos Paseggi

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