Seventeen Palés de ADRA con 1360 lonas son cargados en Dubai para ser enviados por vía aérea a Nepal. Imagen de ADRA

28 de abril de 2015 | Silver Spring (Maryland, Estados Unidos) | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review

Un equipo de respuestas a emergencias de ADRA llegó a Nepal el martes para incrementar los esfuerzos de ofrecer alimento y refugio a cientos de personas que quedaron sin techo después del mortífero terremoto que azotó el país el fin de semana pasado.

La catástrofe del pasado 25 de abril se cobró la vida de más de cinco mil personas y dejó otros diez mil heridos, dijeron las autoridades nepalíes.

Ningún adventista perdió la vida, pero Umesh Pokharel, presidente de la Iglesia Adventista de Nepal, informó del primer herido del que se tuvo conocimiento: un jovencito de una familia adventista. El muchachito de una aldea nepalí fue golpeado por una piedra durante el sismo y permanecía en el hospital este martes, dijo Pokharel a la Adventist Review.

La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales dijo que ha adquirido 400 lonas y 348 tiendas de diversos proveedores nepalíes, y que espera que 17 palés con 1360 lonas lleguen desde Dubai el miércoles.

Las lonas, que tienen un valor de aproximadamente 21 mil dólares, están siendo enviadas por vía aérea por un grupo asistencial de las Naciones Unidas en nombre de ADRA.

«Se necesitan refugios temporarios para todos –incluido el personal de ADRA– los que viven al aire libre porque han perdido sus hogares o temen los riesgos que presentan las réplicas», dijo ADRA en una declaración por correo electrónico.

Dijo asimismo que las primeras estimaciones indican que 1.400.000 personas necesitan asistencia alimentaria, lo que incluye a 750 mil que viven en casas de escasa calidad cerca del epicentro a unos ochenta kilómetros de Katmandú,, la capital del país.

«El terremoto ha interrumpido los preparativos para la próxima estación de la siembra, lo que podría afectar la situación alimentaria de Nepal en los próximos meses», dijo ADRA. «Faltan solo dos meses para que llegue la estación del monzón. Será una carrera contra el tiempo asegurarse de que la gente pueda sembrar».

La Iglesia Adventista en el país también está participando de los esfuerzos asistenciales. Pokharel, presidente de la sección de Nepal, un campo adjunto de la División Sudasiática de la Iglesia Adventista, dijo que la sede ha conseguido cien tiendas, cien bolsas de arroz, cien envases de fideos chow y agua potable, y dedicará la siguiente semana para repartir estos artículos en dos puntos de distribución.

Pokharel también está preocupado por el bienestar de decenas de pastores adventistas y otros feligreses que perdieron sus hogares, y el lunes apeló a los miembros de todo el mundo para que brinden ayuda.

El martes, agradeció a Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial; a los líderes de la División Sudasiática y a otros líderes por su inmediata respuesta.

«Nuestros amigos en todo el mundo se interesaron profundamente en nuestra situación», expresó.

Dana Dai, conductor de la sede de ADRA Nepal, perdió muchas de sus pertenencias en la catástrofe, pero no ha faltado ni un solo día a su trabajo. Imagen de ADRA

Se necesita más ayuda, dijo.

Mientras tanto, ADRA dijo que enfocaría sus primeros esfuerzos asistenciales al distrito de Dhading, al oeste de Katmandú, y más tarde al distrito oriental de Kavre, donde se encuentra en Hospital Scheer Memorial, propiedad de la Iglesia Adventista.

A pesar de ello, el lunes, un equipo de evaluación no logró llegar al distrito de Dhading para analizar los daños, debido a que los caminos se habían vuelto intransitables. El equipo lo intentó nuevamente el martes, esta vez con motocicletas, y los coordinadores de ADRA aguardaban para recibir el informe.

Entre los afectados por la destrucción en el distrito de Dhading se encuentra Dana Dai, el conductor de la sede de ADRA Nepal en Katmandú. El terremoto destruyó por completo su casa en el distrito de Dhading. Todos sus animales murieron. Perdió también a su abuelo. Su familia extendida ahora está viviendo al aire libre, bajo un plástico, junto con otras quince familias.

A pesar de ello, dijo ADRA, Dai aún aparece cada día para trabajar en las oficinas de ADRA. Dice: «Soy el único conductor, y no estoy disponible allí en las oficinas, ¿quién va a conducir el vehículo cuando hay que salir a algún lado?»

Traducción de Marcos Paseggi

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