El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, posa junto al presidente de la Iglesia Adventista mundial, Ted N.C. Wilson, el lunes 6 de abril. Imagen por Evan Schneider/UN

7 de abril de 2015 | Ciudad de Nueva York, Estados Unidos | Andrew McChesney, director de noticias de Adventist Review

El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó su preocupación por la mundialmente creciente intolerancia religiosa, durante una reunión privada con el presidente mundial de la Iglesia Adventista, Ted N.C. Wilson, e instó a la Iglesia Adventista del Séptimo Día a trabajar en conjunto con la ONU ayudando a las personas.

Ted Wilson, primer presidente de la Iglesia Adventista que se reúne con un alto jefe de las Naciones Unidas, hizo notar que la iglesia ha apoyado por mucho tiempo la libertad religiosa y dijo que estaba dispuesto a participar en iniciativas que sigan el ejemplo del ministerio de Cristo ayudando a la gente en forma física, mental, social y espiritual.

Ganoune Diop, director asociado del departamento de asuntos públicos y libertad religiosa de la iglesia adventista mundial, quien asistió a la reunión, dijo que su departamento toma seriamente las palabras de Jesús de ser la “sal de la tierra” y la “luz del mundo”, registradas en Mateo 5:13, 14.

Dijo además: “Sus representantes se relacionan con los líderes políticos y religiosos en cada país sin perder o comprometer la identidad adventista distintiva”.

El Secretario Ban Ki-moon se reunió con el presidente Wilson, G. Diop, y John Graz, director del departamento de asuntos públicos y libertad religiosa, a las 12:10 p.m. del lunes, en una sesión de 45 minutos en su oficina del edificio de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York.

La reunión fue concertada a través de la intervención personal del Embajador Joseph Verner Reed, decano de los subsecretarios generales de la ONU y amigo de los adventistas del séptimo día, quien se mantuvo en contacto regular con G. Diop para convertir esta reunión en una realidad, informó el mismo G. Diop.

“Fue un verdadero privilegio conocer al secretario general y escuchar su apelación de ayuda en favor de la humanidad”, dijo el presidente Wilson a la Adventist Review (Revista Adventista).

“Los adventistas del séptimo día debemos estar listos para testificar en favor del Señor dondequiera que vayamos y dar testimonio acerca de la bendición de Dios en nuestra vida y de lo que podemos hacer en su nombre”, dijo. “El mundo está a la expectativa de este tipo de testimonio inspirado por el cielo, con claras respuestas a los problemas actuales”.

Ban Ki-moon se refirió a asuntos globales tales como la pobreza y la falta de educación, antes de expresar su preocupación acerca de la intolerancia religiosa que está alcanzando globalmente niveles sin precedente. Apenas la semana pasada un grupo militante islamista mató a 148 personas en un ataque a cristianos en una universidad en Kenia. En meses recientes, IS y otras organizaciones extremistas en Irak, Siria, Nigeria, Libia y otros lugares, han hecho blanco de los cristianos y otros grupos religiosos, usando frecuentemente de violencia mortal.

Subrayó también su creencia de que la gente debe cultivar respeto por todos los seres humanos, incluyendo aquellos de otras religiones. Indicó además que apreciaba la labor de la Iglesia Adventista al promover la libertad religiosa, así como la educación, la salud y la labor humanitaria a través de ADRA, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales. ADRA ha trabajado con la ONU ayudando a los refugiados en el Oriente Medio y en muchas otras partes.
El presidente Wilson le agradeció al secretario general Ban Ki-moon por la reunión y le habló de varias iniciativas de la iglesia coincidentes con la misión de las Naciones Unidas de ayudar a la gente.

“Tuvimos una excelente reunión con el secretario general y algunos miembros de su personal, dándoles a conocer ciertas cosas en las que la Iglesia Adventista puede ayudar, tales como libertad religiosa, libertad de conciencia, valores éticos y espirituales, respeto por la dignidad humana, orientación familiar, aliento a los jóvenes y necesidades humanas básicas, tales como agua pura y educación básica”.

Y añadió el Pastor Wilson: “Solamente si somos guiados por el Señor podremos realmente ser eficaces al acercarnos al mundo, preparando a las personas para la pronta venida de Cristo y llevando a cabo el ministerio práctico de Jesús a través del poder del Espíritu Santo”.

Muy temprano el lunes, el secretario Ki-moon entabló conversaciones con el presidente de Tanzania, Jakaya Kikwete, a quien el presidente Wilson conoció incidentalmente durante una vista a este país del Este africano, en el mes de febrero.

En la reunión con el presidente Wilson, John Graz dio un breve informe acerca de los congresos más importantes organizados por la Asociación Internacional de Libertad Religiosa afiliada a la iglesia y que promueve la libertad religiosa, y del fuerte apoyo por parte de la iglesia, al Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice que toda persona tiene el derecho de “cambiar de religión o de creencia”.

John Graz, secretario general de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa, dijo que le animaba el hecho de observar la preocupación del secretario general de la ONU respecto a la intolerancia religiosa y su deseo de ver a las personas de buena voluntad trabajando juntas en pro de la justicia y la libertad.

“Fue una reunión histórica entre el secretario general de la ONU y el presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, acerca del estado del mundo y de la manera en que podemos ayudar a la gente que vive en ambientes muy difíciles”, dijo el secretario Graz.

“Como discípulos de Jesús, deseamos ayudar a la gente y especialmente a aquellos que no tienen voz y voto, los discriminados y los perseguidos”, dijo. “En este sentido, compartimos los valores esenciales de la ONU”.

Ganoune Diop dijo que vio también formas en que la iglesia y la ONU podrían cooperar, particularmente en la erradicación de la pobreza y en la promoción de la educación y los servicios de cuidados de salud.
“Los impresionantes objetivos y logros de servicio de la Iglesia Adventista en favor de toda la familia humana son extraordinariamente afines a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”, dijo en una declaración.

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