Participantes de todas las edades y trasfondos disfrutaron del ejercicio en las primeras horas de la mañana. Fotografía de Kenn Dixon AR/ANN

Publicado el 6 de julio de 2015 | San Antonio, Texas, Estados Unidos | por Marcos Paseggi, Adventist Review/ANN

Un espíritu festivo inundó el aire del alba cuando 2500 adventistas que asisten al Congreso de la Asociación General en San Antonio, Texas, Estados Unidos, cambiaron la comodidad de la cama para participar de una caminata/carrera de 5000 metros.

La carrera «InStep for Life», que cubrió una vuelta en las cercanías del Centro de Convenciones Henry B. González, en el centro de la ciudad de San Antonio, donde se están llevando a cabo parte de las sesiones del congreso, reunió a los obreros de la iglesia y a sus familias para apoyar el ejercicio físico como componente clave de la vida sana.

«Mi razon para estar aquí es muy simple: Quiero ser saludable», dijo Jonathan Kuntaraf, de 68 años, quien es director del departamento de Escuela Sabática de la Asociación General.

«En la actualidad, el ejercicio es la mejor indicación de una larga vida», añadió Kuntaraf, que planea jubilarse cuando termine el Congreso de la Asociación General el próximo 11 de julio.

John Bradshaw, orador y director del ministerio televisión «It Is Written» (Está escrito), dijo que no podía imaginarse no ser parte de la carrera, y entonces bromeó: «Solo me cuestiono cuán justo es dejar que también corran los kenianos», en referencia a un país famoso por sus maratonistas de fondo.

Corredores en representación de la Unión Asociación de Noruega celebran después de completar la carrera. Fotografía de Tor Tjeransen AR/ANN

Vicente Sanchez, un agente de la Policía de San Antonio asignado a colaborar con el cierre de calles cerca de la línea de llegada, expresó incredulidad ante semejante despliegue.

«Si no estuviera de turno, no hay duda que estaría durmiendo. Pero ver a todas estas familias juntas, de todas partes del mundo… ¡Es impresionante!», dijo.

El corredor que llegó en primer lugar fue Elpidio Sánchez Rocha, de México, con un tiempo de 18 minutos y 46 segundos. La mujer que obtuvo el primer lugar fue Yanory Hernández, de Downers Grove, Illinois, con un tiempo de 20 minutos y 43 segundos.

La carrera, patrocinada por los departamentos de ministerios de salud de la Asociación General y la División Norteamericana, fue un evento sumamente familiar. Muchos padres y sus hijos corrieron juntos, y algunos se vieron acompañados por abuelos, tíos, tías y primos.

Youngsik Ham, que nació en Corea del Sur pero trabaja como coordinador de evangelismo laico en Uganda, corrió junto con su hijo Hyungwoo, de 6 años, y su hija Seojin, de 9. Y Emilio e Ixchel Sobrino, de la ciudad de México, México, corrieron como parte de un grupo familiar de ocho personas, que incluyó a Eleonor, de solo 18 meses, quien fue registrada por sus padres y que, portando su propia pechera, fue empujada en su cochecito o carriola a lo largo de los 5100 metros del trayecto.

Unos 15 minutos antes de la hora de partida a las 6.00, los corredores fueron dirigidos en ejercicios de calentamiento por un grupo de entrenadores físicos. Entre los miles que participaron del calentamiento estuvieron Paul y Joanne Ratsara, que corrieron junto con un hijo, una hija y una nuera. Ratsara, que es presidente de la División de África Meridional Océano Índico y quien suele correr periódicamente, dejó bien en claro la razón de su presencia.

«Sentimos pasión por el mensaje de salud», dijo. «Y lo hacemos en aprecio por el don divino de la vida».

Su esposa concordó con él, diciendo que tenían el objetivo de alabar a Dios, efectuar una declaración e inspirar a otros para que procuren tener una mejor salud.

«Queremos mostrar a otros que cuando se pasan los 50 años, todavía se puede seguir en buen estado y correr», dijo ella. «Todos necesitan saber que no solo hablamos de salud sino que también practicamos lo que predicamos».

Un momento gracioso antes de la carrera se dio cuando Lincoln Steed, editor de la revista adventista de libertad religiosa Liberty. Se le pidió a Steed, quien en su juventud fue un corredor pero que últimamente no ha corrido, que remplazara a Charles Ecklund, un miembro de su iglesia local en Maryland, que está acostumbrado a competir en carreras de triatlón pero tuvo que cancelar su participación a último momento.

«Voy a correr en lugar de él», dijo Steed, con la pechera de Ecklund. «No hay ninguna duda: será el peor tiempo [de carrera] que alguna vez va a obtener».

Traducción de Marcos Paseggi

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