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Publicado el 7 de julio de 2015 |San Antonio, Texas, Estados Unidos | Ed Zinke, editor especial, Adventist Review

La Iglesia Adventista del Séptimo Día rara vez revisa sus Creencias Fundamentales. Entonces, ¿por qué lo haría ahora?

Hay al menos seis razones por las que una denominación podría considerar una revisión de sus declaraciones de creencias. Puede que quiera:

A. Hallar un mejor lenguaje y una mejor estructura de oraciones. B. Hallar un lenguaje que resulte más fácil de traducir a otros idiomas. C. Actualizar la terminología cuando el significado o el uso del lenguaje haya cambiado. D. Clarificar el lenguaje que acaso no exprese con claridad cuál es la posición de la iglesia. E. Enfrentar nuevas situaciones que requieren de una clarificación. F. Añadir un énfasis que no fue mencionado en declaraciones anteriores. G. Cambiar o añadir nuevas declaraciones que añadan o cambien el significado de declaraciones anteriores. No hubo cambios en las creencias adoptadas el viernes que representen la categoría G.

Aunque no hay adiciones mayores (categoría F), sí se produjeron algunas menores. Por ejemplo, la Creencia Fundamental número 2, “La Trinidad”, añadió la frase “Dios, que es amor”. La Creencia Fundamental número 11, “Crecimiento en Cristo”, enfatiza la dimensión social del cristianismo bíblico. La afirmación del amor de Dios y el énfasis en el bienestar de la comunidad siempre ha sido importante para nuestra iglesia.

Muchos cambios se encuadran dentro de las categorías A y B. Por ejemplo, en la Creencia Fundamental número 17, “Dones espirituales”, se cambió una palabra de “los cuales” a “que”; en la número 25, “La segunda venida”, se cambió la frase “La venida de Cristo es inminente” a “La venida de Cristo está cercana”. Este cambio no solo posee la ventaja de usar el lenguaje bíblico, sino que también facilita la lectura y hace que sea más fácil de traducir.

También se produjeron muchos cambios bajo la categoría C, cambios en el significado del lenguaje. La número 7, que se llamaba “La naturaleza del hombre”, es ahora “La naturaleza de la humanidad”, lo que representa un lenguaje que incluye a ambos sexos. En la número 23, “El matrimonio y la familia”, el término “compañeros” fue cambiado a “un hombre y una mujer”. El significado de la palabra “compañeros” en referencia al matrimonio ha cambiado su uso social para indicar un compromiso entre matrimonios de distintos o también del mismo sexo. El significado actual no era común en 1980 cuando se revisó por última vez la declaración. Este cambio editorial señala que la iglesia seguirá fiel al concepto bíblico de matrimonio a pesar de los cambios en la cultura contemporánea.

Se han producido cambios significativos en la categoría D. En la número 9, “La vida, muerte y resurrección de Cristo”, se incorporó el término “corpórea” al hablar de la resurrección de Cristo. Ahora hemos aclarado que la resurrección de Cristo no fue una influencia continua o la experiencia de un espíritu, sino una resurrección real de Cristo en toda su persona, lo que incluye su cuerpo. Aunque las Escrituras enfatizan este punto, es algo rechazado por muchos teólogos, quienes no reconocen la historicidad del relato bíblico. Por ello fue importante añadir la palabra “corpórea”, para este asunto que deriva de preocupaciones presentadas hace 35 años.

La número 18, “El don de profecía”: Algunos sentían que la declaración anterior de la iglesia daba a Elena G. White, una de las fundadoras de la iglesia, una autoridad comparable a la de la Biblia. Se han hecho cambios para remover esa potencial ambigüedad. White misma enfatiza que su autoridad está sometida a la de las Escrituras. La nueva redacción de esta declaración de ninguna manera minimiza la comprensión que tiene la iglesia sobre la autoridad de la Biblia o la autoridad profética de Elena G. White.

La número 8, “El gran conflicto”: La declaración anterior contenía una frase sobre la naturaleza “mundial” del diluvio bíblico. La intención de esa declaración era representar la enseñanza bíblica de que el diluvio cubrió todo el mundo. No se anticipó que “mundial” sería reinterpretado por los que no aceptan la historicidad de Génesis 1-11 que entienden como “el mundo conocido entonces”, lo que se refiere así a un gran diluvio regional. Por ello, en este Congreso de la Asociación General se cambió esa palabra a “global”.

La número 6, “La creación”, fue la razón primordial por la cual se revisó en este Congreso de la Asociación General la “Declaración de Creencias Fundamentales”. La declaración existente ha sido reinterpretada por algunos hasta que significa casi cualquier cosa que deseen pensar respecto de los orígenes, lo que incluye la evolución teísta. Así es que el Concilio Anual 2004 produjo una declaración que clarificó que la vida en esta Tierra tuvo lugar tal cual se expresa en Génesis 1 y 2. Los que escogieron reinterpretar la Creencia Fundamental número 6 sostuvieron que la declaración del Concilio Anual 2004 no tenía autoridad, dado que no fue votada en el Congreso de la Asociación General. Es por ello que la declaración de 2004 fue afirmada en el Congreso de la Asociación General 2010, con la solicitud de que la sustancia del voto fuera incorporado a la Declaración de Creencias Fundamentales. La declaración revisada aprobada por este congreso deja en claro que Dios creó la vida en seis días literales, y que con la adición del sábado, se corresponde con la semana tal cual la conocemos ahora.

Traducción de Marcos Paseggi

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